Al Grupo Poma —uno de los conglomerados empresariales más importantes de El Salvador— le tomó 17 años concretar su primera inversión hotelera en Perú. En la cuarta semana de mayo, la compañía inauguró dos hoteles en Miraflores: el cinco estrellas Real InterContinental y el boutique Indigo, que en conjunto suman cerca de 400 habitaciones en una de los distritos más turísticos de Lima. ¿Qué expectativas tiene el grupo con esta incursión? ¿Busca expandirse más allá del rubro hotelero? Fernando Poma, director ejecutivo de Real Hotels & Resorts, división hotelera del Grupo Poma, lo reveló a Gestión.
“Perú siempre nos ha parecido un país con un enorme potencial de crecimiento, tanto turístico como corporativo. Tiene una moneda relativamente estable, niveles de inflación razonables y un déficit fiscal bajo. Todo eso genera un entorno de predictibilidad, que es fundamental cuando hablamos de inversiones de largo plazo como las hoteleras, que se piensan a 30, 40 o incluso 50 años. Estas inversiones no se hacen por un momento coyuntural, sino porque crees en el país y en su futuro. Por eso buscamos destinos estables, con políticas claras y reglas que se mantengan en el tiempo. Sentimos que Perú cumple con esos requisitos”, agregó.
¿Cómo llegaron a estos hoteles?
Fue una oportunidad que se fue dando de manera casi inesperada. El InterContinental y el Indigo eran parte de un proyecto que ya estaba, diría, en un 70% construido. Pertenecía a una familia muy reconocida en el sector minero aquí en Perú. Ellos habían iniciado este desarrollo en un terreno de su propiedad, pero con la llegada la pandemia y con la inestabilidad política del 2020, decidieron reenfocarse en su negocio principal, como es la minería.
En ese contexto, optaron por vender el activo que ya tenían avanzado. Y justamente ese terreno era uno que nosotros habíamos identificado hace 17 años como ideal para un hotel en Lima. En ese momento no estaba en venta y, por entonces, los precios de los terrenos en Lima eran bastante elevados, lo que hacía inviable desarrollar un proyecto como el que queríamos.
¿Qué características tenía ese terreno que les pareció atractivo?
No solo estaba frente al mar, al lado de Larcomar y junto a un parque, sino que también tenía el tamaño y la capacidad constructiva que necesitábamos. Hay terrenos buenos, pero no todos permiten desarrollar hoteles con las especificaciones que buscamos. Este sí las tenía. De hecho, desde hace años evaluamos muchas otras opciones en Lima, pero ninguna se ajustaba tan bien.
¿Y cómo se dio finalmente el acercamiento con los propietarios?
Nos contactó su representante, Gonzalo de Lozada, y nos comentó que la familia estaba considerando vender los activos. Cuando nos dijo la ubicación, no lo podíamos creer ya que era el mismo terreno que habíamos identificado 17 años atrás. Además, ya habían firmado con las marcas InterContinental e Indigo, que pertenecen a InterContinental Hotels Group, cadena con la que nosotros venimos trabajando desde el inicio de nuestra historia hotelera.
¿Coincidieron también en las marcas?
Hay cientos de marcas hoteleras con las que pudieron haber trabajado, pero eligieron justo las que nosotros usamos en más de 10 hoteles en otros países. Además, el diseño arquitectónico y el interiorismo que habían desarrollado nos encantó. Todo esto nos hizo ver que era una oportunidad única, hecha a la medida.
Después de llegar a un acuerdo, tomamos el control y le dimos nuestro sello. Ajustamos el diseño de interiores y otros detalles para alinear todo con nuestros estándares. Fue la forma ideal de entrar a Perú después de tantos años buscándolo.
En términos de inversión, me comentó que encontraron los hoteles con un 70% de avance. ¿Cuánto se invirtió en completar y desarrollar el proyecto?
No tengo la cifra exacta en este momento, pero fue una inversión de más de US$ 100 millones entre ambos hoteles. El InterContinental cuenta con 321 habitaciones, y el Indigo tiene 76. En total, estamos hablando de casi 400 habitaciones. Asimismo, el complejo incluye unos 1,100 metros cuadrados (m2) de espacios para reuniones, cinco restaurantes de especialidades, un bar, y un restaurante-bar en el piso 21 con una piscina y vista de Miraflores, del mar por un lado y de la ciudad por el otro.
¿Ambos hoteles ya están operativos?
Sí, abrimos oficialmente el 20 de mayo. Y algo importante es que ambos están ubicados en el mismo terreno, por lo que comparten ciertas áreas. Por ejemplo, los une un restaurante al aire libre llamado Circo, que tiene música en vivo y es ideal para el entretenimiento. Es un espacio con pérgolas y plantas naturales, que funciona como un patio que conecta los dos hoteles
Una característica de esta incursión hotelera es que los huéspedes del Indigo, pueden acceder a todos los restaurantes y facilidades del InterContinental. Eso le da un valor agregado muy interesante al Indigo, porque tienes una experiencia boutique con todos los beneficios de un cinco estrellas.
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¿Qué proyecciones manejan en cuanto a ocupabilidad?
Estamos incorporando 400 habitaciones nuevas al mercado, lo cual naturalmente genera un ajuste. Cuando introduces esa cantidad de habitaciones, hay un proceso de absorción. En general, las tasas de ocupación en Perú aún están en proceso de recuperación; no han vuelto a los niveles prepandemia. Se va avanzando poco a poco, pero todavía no estamos ahí. Las ocupaciones en promedio andan como en 50%.
¿Entonces el 50% sería una meta alcanzable para el primer año?
No, ese 50% corresponde al promedio actual de ocupación en Lima para hoteles de este nivel. Para nosotros, que recién abrimos, sería muy optimista pensar en eso desde el inicio. La hotelería es progresiva ya que el primer mes puedes tener un 5%, luego 10% en el segundo mes, y así vas subiendo. Para este primer año, lo que queda hasta mayo del próximo, estaríamos cómodos si logramos alcanzar un 30% promedio de ocupación. Ya para el segundo año sí esperamos llegar a los niveles del mercado, alrededor de 50% y 55%.
¿Qué tipo de viajero buscan atraer en cada hotel?
El InterContinental está pensado para el viajero ejecutivo, el turista internacional de alto poder adquisitivo, especialmente del segmento corporativo. Nuestro foco principal ahí es el mercado norteamericano. En cambio, el hotel Indigo apunta a un público más joven, entre los 35 y 45 años, que busca una experiencia cultural más auténtica. Es alguien que valora el diseño, el entorno, y quiere sentir que realmente está en el Perú. El diseño del Indigo fue hecho para reflejar esa identidad local.
¿Actualmente cuántos hoteles operan en el país?
Esta es nuestra entrada formal al mercado peruano. En total, como Grupo Poma, tenemos más de 30 hoteles en 11 países de Latinoamérica y Estados Unidos bajo marcas como InterContinental Hotels Group, Marriott International y Choice Hotels International, pero en Perú estamos iniciando con el InterContinental y el Indigo.

Los siguientes pasos del Grupo Poma
Considerando que la división hotelera del Grupo Poma representa a marcas globales, ¿tienen previsto incorporar alguna otra de ellas en el mercado peruano?
En el caso de Choice Hotels, lo que tenemos es la franquicia maestra para Centroamérica, Panamá, el Caribe, Colombia y Ecuador. Lo cual significa que tenemos la potestad de afiliar a terceros a alguna de las marcas de esa cadena. Por ejemplo, si alguien tiene un hotel independiente en Perú y quiere afiliarse a una marca de Choice, puede hacerlo a través nuestro. Pero esos no son hoteles de nuestra propiedad. Nuestros hoteles propios —los que desarrollamos, operamos y gestionamos directamente— suman 25 y están distribuidos en 10 países, principalmente con las marcas InterContinental, Marriott y algunas también de Choice.
En ese sentido, ¿se plantean nuevos proyectos hoteleros en Lima o en otras ciudades como Cusco o Arequipa, por ejemplo?
Respecto a nuevos proyectos, es una pregunta interesante, pero también compleja, dado que un proyecto solo avanza si “se alinean las estrellas”. Eso significa que se den varias condiciones a la vez. No tomamos decisiones apresuradas. Para Perú esperamos 17 años para poder concretar esta inversión, precisamente porque no se habían alineado esas condiciones antes.
¿A qué se refiere con que se alineen las estrellas?
Implica que exista una demanda real e insatisfecha en la plaza, que haya espacio para diferenciarnos de la oferta existente, que encontremos un terreno con buena ubicación y condiciones constructivas viables y que podamos trabajar con las marcas que manejamos. También es importante contar con apoyo de las autoridades locales.
A mí Cusco me encanta, me parece una plaza muy interesante. Pero tenemos que evaluar si hay un terreno disponible con ubicación privilegiada, si podemos competir de manera diferenciada, si el proyecto es financieramente viable. Solo si todas esas variables se alinean, damos el siguiente paso.
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Pero ahora que a están en el país, ¿sería razonable pensar que no pasarán otros 17 años para ver una tercera apuesta hotelera del grupo?
No vamos a esperar otros 17 años. Diría que, en un plazo de tres, cuatro o cinco años deberíamos ver un nuevo proyecto hotelero. Porque una vez que estamos presentes en un país, empezamos a observar activamente nuevas oportunidades.
¿Y podría incluir también otras divisiones del Grupo Poma, más allá de la hotelera?
A la par de nuestra división hotelera, Real Hotels and Resorts, también tenemos otras unidades como Grupo Roble, que se enfoca en el desarrollo inmobiliario tales como centros comerciales, oficinas, proyectos residenciales, entre otros. Es muy posible que esta división también evalúe oportunidades en Perú.
¿Hay algún avance concreto respecto al posible ingreso del Grupo Roble a Perú?
Aún no hay algo concreto, pero con esta primera inversión ya consolidada, seguramente el Grupo Roble comenzará a explorar oportunidades en el rubro inmobiliario peruano.
¿Veremos eso este año o más adelante?
Es un proceso que toma tiempo. Yo diría, y esto es una estimación personal, que en los próximos cuatro años deberíamos tener otro proyecto en desarrollo, ya sea hotelero o inmobiliario. Incluso podrían ser ambos.
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Claves
- Estructura de capital: El director ejecutivo de la división hotelera del Grupo Poma, explicó que el negocio hotelero es cíclico y que las fluctuaciones en la ocupación, como las que se observan actualmente por el contexto económico y político en Estados Unidos, son parte esperada del rubro. Ante estos vaivenes, destacó la importancia de contar con una estructura de capital conservadora y con baja deuda, lo que les permite mantener estabilidad financiera incluso en escenarios adversos. “No tenemos una carga alta de intereses ni obligaciones financieras que nos pongan en una situación precaria si los ingresos disminuyen”, acotó.
- Diversificación: En esa línea, el directivo expresó que aunque mantiene una estrategia de expansión clara y busca diversificar el origen de sus viajeros para no depender de un solo mercado —lo que incluye captar turistas provenientes de Europa, Asia, países árabes, Canadá e incluso China—, su enfoque en inversiones sigue siendo disciplinado. “Definitivamente apostamos por diversificar, pero eso es algo que hacemos siempre. Trabajamos para generar nuevos contactos y flujos de negocio, sin depender en exceso de un solo país”, dijo.
- Divisiones: El Grupo Poma cuenta con cinco divisiones empresariales. Estas son Excel Automotriz (abocada a la venta y distribución de vehículos); Grupo Roble (enfocada al desarrollo inmobiliario y constructor); Real Hotels & Resort (se dedica a la administración hotelera); Autofácil (se encarga a la financiación y el servicio de vehículos) y Solaire (que opera en la industria de la construcción y fabricación).