UE multa a Google con más de US$5.000 millones por prácticas ilegales con Android
UE multa a Google con más de US$5.000 millones por prácticas ilegales con Android

Por Shira Ovide (*)

El miércoles, The Intercept informó sobre las discusiones de la compañía para posiblemente reanudar su servicio de búsqueda en internet en China, seguido de otro informe de prensa que indicó que Google también está desarrollando una aplicación de noticias digitales para el país.

Ha pasado casi una década desde que Google redujo las operaciones en el país luego de que los ataques cibernéticos a los sistemas informáticos de la empresa hicieran que los ejecutivos pensaran dos veces sobre su cooperación con las leyes de censura en línea de China, particularmente a la luz de la limitada relevancia de Google en el país.

No está claro si Google y el Gobierno de China llegarán alguna vez a un acuerdo para reactivar la búsqueda web de la empresa en el mercado de internet más grande del mundo. Las tensiones entre Estados Unidos y China están en un momento álgido y las restricciones de censura del país no han retrocedido.

Pero si la empresa matriz Alphabet Inc. reinstaura su servicio de búsqueda en China, se estará buscando problemas políticos en Estados Unidos y traicionando sus ideales fundacionales a cambio de una apuesta arriesgada de éxito comercial en un país que ha logrado avanzar sin Google. En resumen, un regreso a China sería mayoritariamente una desventaja para Google.

Algunas otras compañías estadounidenses de tecnología sí operan en China y cumplen con una miríada de reglas gubernamentales sobre censura e intercambio de información con funcionarios del gobierno.

La red social de Facebook está prohibida en China, aunque la compañía ha probado varios métodos para encontrar la manera de abrir sus puertas en el país.

Google tiene publicidad y otras iniciativas en el país y tiene inversiones en compañías chinas. Pero su producto principal todavía tiene las cicatrices de sus aproximadamente cuatro años de operación en China desde el 2006.

En el 2009 Google descubrió que sus sistemas computacionales y los de otras compañías habían sido atacados por piratas informáticos chinos, quienes hackearon los códigos fuente de Google e intentaron acceder a las cuentas de Gmail de defensores de los derechos humanos chinos.

A principios del 2010, Google decidió que ya no quería operar su servicio de búsqueda en internet desde el interior de las fronteras de China, con todas las restricciones de censura y las vulnerabilidades digitales que eso conllevaba.

Otro factor fue que la participación de mercado de Google en la búsqueda en internet parecía insignificante en comparación con la de la firma china Baidu Inc. Google trasladó su servicio de búsqueda de internet en chino a Hong Kong, y desde entonces los servicios clave de Google con frecuencia continúan siendo inaccesibles desde China.

Sergey Brinel, el cofundador de Google que nació en la Unión Soviética, ha caracterizado el retiro de su compañía de China en términos morales. "En algunos aspectos de su política, particularmente con respecto a la censura, con respecto a la vigilancia de los disidentes, veo las mismas características del totalitarismo, y personalmente me parece bastante preocupante", dijo Brin al Wall Street Journal en el 2010.

No todos en la compañía estuvieron de acuerdo con Brin en ese momento o desde entonces, y parece que los ciberataques fueron una gran motivación. Pero si Google reincorpora su motor de búsqueda en China, tendrá que explicar por qué la postura de Brin contra la censura y la vigilancia del gobierno ya no se sostiene.

En todo caso, la restricción contra internet en China se ha vuelto mucho más sofisticada y agresiva desde que Google dejó el país. Al igual que cualquier otra compañía de internet en el país, Google tendría que poner en lista negra los resultados de búsqueda que las personas pueden ver sobre las noticias del mundo, su propio historial, videos vulgares de internet e incluso las imágenes del osito regordete de animación.

En su propio país, Google sentirá la presión si reanuda la búsqueda web en China. Rápidamente los políticos le pedirán a Google que explique por qué se niega a vender inteligencia artificial para un programa militar de Estados Unidos, pero sí acepta ayudar al Gobierno de China a censurar la información de sus propios ciudadanos (ya está sucediendo en Twitter).

Los empleados de Google que protestaron por la venta de tecnología de inteligencia artificial al Departamento de Defensa de Estados Unidos ya están furiosos por la cooperación con China. ¿Qué pasó con hacer al mundo "universalmente accesible", la declaración de la misión de la compañía?

¿Cuál es el punto, entonces? Dinero, por supuesto, y el potencial de llegar a los casi 800 millones de usuarios de internet de China: más del doble de la población de Estados Unidos. Sundar Pichai, máximo ejecutivo de la división Google de Alphabet, ha dicho que quiere que Google llegue a todo el mundo, y eso incluye China.

Pero no está claro si Google avanzará mucho en China con la búsqueda u otras tecnologías. Desde que Google se retiró de China, el mercado de tecnología de consumo del país se ha disparado atendiendo a los gustos y hábitos locales.

El internet de China es como ningún otro en el mundo, no solo por los efectos de la censura, y Google podría no ser lo que quieren los internautas chinos. China no necesita a Google, incluso si Google quiere a China.

Supongo que Google está tratando de jugar un juego a largo plazo en términos comerciales. La compañía puede ver los posibles beneficios comerciales en China con sus servicios de computación en la nube, inteligencia artificial y otras tecnologías más allá de la búsqueda en internet, y el producto emblemático de la compañía puede ser un precursor para avanzar en otros intereses comerciales de Google en el país.

De acuerdo; pero es fácil ver los dolores de cabeza que sufrirá Google por profundizar sus negocios en China. ¿Las posibles oportunidades comerciales futuras valen la oposición que enfrentará Google de parte de sus empleados y de las autoridades de Estados Unidos y la traición a una postura moral?

(*) Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.