Por Sarah Green Carmichael
El anuncio que hizo Google esta semana de que los empleados pueden trabajar desde casa hasta julio del 2021 fue una sorpresa. Pareciera que el gigante de datos y búsqueda cree que la pandemia se desatará sin control por otro año.
Pero en realidad es una decisión muy compasiva para los padres trabajadores de la compañía, y según el informe del Wall Street Journal, el director ejecutivo de Google, Sundar Pichai, se vio influenciado por la preocupación por ellos ante tanta incertidumbre sobre la reapertura de las escuelas.
Debido a que el año escolar generalmente se extiende desde fines de agosto hasta mediados de junio, la decisión de Google da a los padres que trabajan en la compañía al menos una cosa con la que pueden contar en este año académico. Esa es una variable menos por la cual angustiarse.
Algunas compañías han adoptado un enfoque más moderado, intentando restablecer la oficina como la norma, mientras tienen en cuenta las situaciones particulares de los empleados, incluidas las responsabilidades de cuidado y las condiciones médicas que harían que un contagio por COVID-19 fuera especialmente peligroso. Pero hay beneficios en una política general de trabajo desde casa.
Por un lado, los equipos totalmente remotos a menudo funcionan mejor que los equipos parcialmente remotos, dice Barbara Larson, profesora de la Universidad Northeastern que estudió equipos geográficamente dispersos mucho antes de que se volvieran necesarios en una pandemia.
En los equipos parcialmente remotos, se tiende a tener un grupo dentro y uno fuera de la oficina, dice ella. El grupo que trabaja desde la oficina tiene más información y conocimiento tácito sobre lo que está sucediendo; el grupo externo, que trabaja desde casa, a menudo queda inadvertidamente excluido de decisiones y conversaciones clave. Pero con las organizaciones virtuales, “no hay un grupo externo”. Todos están en el mismo campo de juego.
Y piense en las personas en particular que probablemente necesiten trabajar de forma remota este próximo año: cuidadores y empleados con problemas de salud. Ya existe un estigma relacionado con la paternidad laboral y el cuidado; permitir que esos empleados se queden en casa mientras otros deben lidiar con el transporte público atestado de gérmenes fomentará el resentimiento entre otros miembros del personal.
Permitir que solo los empleados con tareas de cuidado trabajen desde casa, sería como pedirles que usen una camiseta que diga “No me asciendan”.
Del mismo modo, es probable que permitir que solo los empleados con afecciones de salud trabajen de forma remota resulte en conversaciones sobre justicia laboral con el personal de la oficina. Los gerentes serían acusados de tener diferentes estándares para diferentes empleados y no podrían explicar por qué algunos empleados reciben un tratamiento especial sin revelar información de salud privada.
Además, ofrecer una exención de salud significa que algunos empleados podrían tener que revelar información confidencial a sus jefes cuando preferirían mantenerla en secreto y tener todo el derecho a la privacidad.
Una política general de trabajo desde casa abarca todas estas “trampas”. Y durante esta temporada de incertidumbre, cuando tantas decisiones han tenido que diferirse o depender de eventos fuera del control de las personas, cuando hacer planes a largo plazo se siente completamente inútil, es revitalizante ver a un líder como Google tomar una decisión simple y definitiva. Para su negocio, un plan a largo plazo de trabajo remoto elimina la incertidumbre y les permite hacer otros planes.
Pero seamos claros. Al hacer esta elección, Google y otros están convirtiendo un camión de limones en limonada agria. El Gobierno nos ha fallado. Estados Unidos tiene el peor récord del mundo en COVID-19.
Sería mejor si EE.UU. tuviera un plan para coordinar las respuestas locales y eliminar el COVID-19. Sería mejor si nuestras escuelas tuvieran un plan para reabrir de manera segura. Sería mejor si compañías como Google, Facebook y Twitter no se encontraran en esta situación. Pero sus empleados pueden estar agradecidos de que la compañía esté dispuesta a hacerse cargo.