
Las fiestas de Fin de Año movilizan uno de los momentos más fuertes para el negocio del entretenimiento en el país. En los últimos años —ya con la industria liberada de restricciones sanitarias—, la Asociación Peruana de Autores y Compositores (APDAYC) había registrado crecimientos anuales de entre 5% y 7% en la emisión de licencias de espectáculos comerciales. Sin embargo, para este cierre del 2025, la expectativa ya no apunta a seguir expandiéndose. “Probablemente no haya crecimiento, pero tampoco contracción”, afirmó Marlon Castro, director de Megaconciertos de APDAYC, en conversación con Gestión. Pero una temporada importante son las fiestas de Fin de Año y las proyecciones son auspiciosas.
El ejecutivo precisó que el mercado muestra señales de estabilidad, en un contexto donde no se han producido cierres significativos de explanadas, estadios o centros de convenciones. “Los espacios son los mismos que teníamos al cierre del 2024. Entonces, nos hace presumir que la actividad tendría que básicamente replicarse”, indicó. Bajo este escenario, la oferta se mantendría con la misma dinámica del año pasado, con fiestas temáticas como formato predominante, más allá de los conciertos encabezados por artistas específicos: “El artista es un complemento y la propuesta del espectáculo lleva al tipo de artista”, agregó.

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Eventos de Año Nuevo 2026 en Lima y provincias
Lima continuará siendo el eje principal de las celebraciones masivas por Año Nuevo. Según APDAYC, la capital concentra entre el 60% y 65% de los espectáculos que se realizan durante el cierre de año, una distribución que se ha mantenido estable en las últimas campañas. Esta dinámica se explica por la permanencia de los principales centros de entretenimiento que ya están posicionados en el circuito.
En Lima, la oferta se concentra en zonas habituales y con estructuras ya probadas para entretenimiento masivo: Esencia de La Molina, el Círculo Militar de Jesús María, el Complejo Santa Rosa y El Huaralino son sedes tradicionales. Hacia el sur, los clubes de Santa María y las discotecas de Asia y del km 40 se activan por la temporada de verano. Nuevas explanadas como la del Estadio Monumental también podrían sumarse si un promotor apuesta por ese formato.
En el interior del país, la oferta también se mantiene activa, pero con una estructura distinta. “Todas las provincias tienen actividades; pero siempre destacan Arequipa, Trujillo, Chiclayo, Piura y Cusco por el valor promedio del ticket y los espectáculos más relevantes”, afirmó Castro. Para estas ciudades, los eventos suelen estar más ligados a propuestas convencionales —cena, cotillón y música—, y su ticket promedio ronda entre S/ 120 y S/ 150, generalmente con todo incluido. De esta manera, regiones concentran entre el 35% y 40% del total de eventos del país, consolidando una participación importante en el negocio del entretenimiento festivo.

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Predominan fiestas temáticas en eventos de Año Nuevo
En las celebraciones de Fin de Año, la fiesta temática sigue siendo la reina de la cartelera. Según APDAYC, la mayoría de propuestas comerciales no se construyen en torno a un nombre artístico, sino a un concepto festivo que luego se complementa con música en vivo. “No es mayoritaria la propuesta con un artista en específico. El artista es un complemento y la propuesta del espectáculo lleva al tipo de artista”, explicó Castro. Los organizadores primero lanzan el concepto —como “Año Nuevo Dorado” o un show por décadas— y, en fechas más próximas, anuncian a los artistas invitados para reforzar la venta de entradas. Este comportamiento se repite año tras año y caracteriza por completo la temporada.
La magnitud de estos eventos puede variar de forma importante según el aforo proyectado. Castro detalló que un espectáculo pasa a ser megaespectáculo cuando la taquilla supera los S/ 360,000, un indicador que suele estar ligado a asistencias de entre 4.000 y 5.000 personas, lo que incluso requiere permisos del Ministerio del Interior. En cambio, hay fiestas pequeñas con 200 a 300 asistentes, pero con tickets más altos debido al público hipersegmentado. Aun así, el ejecutivo advirtió que no existen cambios disruptivos este año: “Es una campaña muy convencional”. Las tendencias se ajustan ligeramente a los grupos etarios —urbano para los más jóvenes, más comfort y servicios para adultos—, pero el formato temático sigue marcando el pulso del negocio.
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Eventos de Año Nuevo por grupo etarios
La oferta de espectáculos de Fin de Año se diseña en función de rangos etarios claramente diferenciados, lo que determina tanto el formato como la propuesta musical. “Si se apunta a un público de 18 a 25 años, la propuesta es mucho más vinculada a lo urbano, mucho más vinculada a lo actual, a las tendencias que inclusive se presentan en plataformas digitales o con presencia de tiktokers, de influencers”, explicó Marlon Castro. En estos casos, el público prioriza la experiencia social y el ritmo del show por encima de otros atributos del servicio.
Cuando la audiencia objetivo sube en edad, también cambian las prioridades. Para el público entre 25 y 35 años, el enfoque ya pasa por la comodidad y la seguridad: buenos espacios, estacionamientos y servicios adecuados. Y para grupos de 35 a 50 años, predominan propuestas más familiares, con cena, cotillón y mesas reservadas para compartir entre amigos o parientes. “Va variando conforme a las expectativas, ya no tan de experiencia, para ser más preciso”, resumió el ejecutivo. Así, el tipo de público no solo determina el estilo de fiesta, sino el modelo de negocio detrás de cada espectáculo.
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Periodista. Escribo para la sección negocios en el diario Gestión de El Comercio. Bachiller por la Universidad Jaime Bausate y Meza.








