Pocas son las marcas peruanas que han presenciado (y sobrevivido) a una serie de eventos históricos que han marcado al Perú desde su independencia. De hecho, pocas son las que, con los vaivenes económicos, han mantenido su nombre luego de ser adquiridas por holdings internacionales. Una de ellas es FIELD que, aunque su nombre inglés como el de su creador confunda a muchos, es una marca con orígenes 100% peruanos que, este año, cumple 160 años en el mercado local.
La historia inicia en 1863, cuando Arturo Field llega al Perú. A pesar del convulsionado escenario político de aquel año, en el que el ciudadano inglés vio pasar a 4 presidentes por Palacio de Gobierno, decidió quedarse y apostar por hacer industria en un país naciente. Así, en 1864, emprendió su negocio galletero junto a su amigo y socio Adolfo Fribourg, dando inicio al mercado nacional de golosinas.
Por entonces, la capital limeña llegaba a los 100 mil habitantes y era una ciudad que empezaba a crecer materialmente, en medio de una limitada actividad comercial. Lo que se vendía era mayormente importado, ya que la industria nacional no estaba desarrollada. La apuesta de Field era una visión a largo plazo.
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Arturo Field decidió instalar su local en la ‘plazuela de Guadalupe’ (hoy frente al Palacio de Justicia y la Clínica Maison de Santé de Lima), en una antigua casona. En ella colocó algunas máquinas y un horno; y contrató a número reducido operarios. Sin embargo, al poco tiempo cerró ese local y se trasladó al Callao.
·Solo cinco años después de haber iniciado el negocio, los productos de Arthur Field ya se vendían en Chile, teniendo gran acogida en ese país y luego pasando a otros mercados como Ecuador, Bolivia y Centroamérica.
Para 1877, en cada aviso publicitario la marca Field se preocupaba en indicar que sus galletas eran “producto nacional”. Esto era clave, pues aún en el Perú se importaban golosinas y galletas. Las cifras iban creciendo y la empresa comenzaba a posicionarse a nivel regional hasta que llegó 1879 e inició la ‘Guerra del Pacífico’.
El impacto de la guerra con Chile
Durante la llamada ‘Guerra del Salitre’ con Chile, Lima fue ocupada por tropas chilenas, tras cruentas batallas en San Juan y Miraflores. El 17 de enero de 1881 empezó ese calvario para los limeños y para Field, ya que su fábrica debió hacer frente a una situación concreta: la pérdida de sus operarios, quienes también defensores de la ciudad y la mayoría de ellos murió en los ‘reductos’ de Miraflores con verdadero heroísmo.
Esa trágica etapa que vivió el Perú se reflejó en una escasa producción, así como en las importaciones que permanecieron prácticamente paralizadas. El campo fue abandonado a causa de la invasión chilena y muchas fábricas fueron destruidas. De esta forma, los años de posguerra en el Perú fueron muy duros.
La década siguiente al final de la guerra, la de 1890 a 1900, fueron años de lenta recuperación económica. El 12 de junio de 1896 se creó la Sociedad Nacional de Industrias, y Field formó parte de las empresas que la conformaron.
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El adiós al fundador
En 1895, ya estaba en funciones un directorio y Arturo Field dejó que lo representara Alfredo Field en la fábrica, en el puesto de gerente técnico. Con esa nueva jefatura se adquirió la finca de Agustín Guerin, donde se instaló la sección de chocolatería. Sin embargo, en 1907 Alfredo renunció a su cargo y, junto con dos socios, fundó ‘La Estrella’, que se convirtió en una seria competencia para el negocio galletero del pionero. La respuesta de Arturo fue rebajar sus precios, pero ‘La Estrella’ hizo lo mismo.
Arturo Field estaba agotado. Así que en 1908 se fue del Perú, y no pensó en retornar. Cuatro años después, en 1912, la fábrica ‘La Estrella’ compró todas las acciones de la “Compañía Industrial Field”, rescatándola y repotenciándola.
Entonces se vivía una coyuntura internacional prebélica complicada. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) se avecinaba y eso sería difícil de afrontar: afectaría a las importaciones y a la economía en general. Las empresas industriales como Field resintieron el golpe.
Así avanzaron las décadas, y la marca Field se imponía en un mercado bastante variado hasta que la noche del 16 de enero de 1944, un incendio consumió prácticamente toda la fábrica, en el centro de Lima. El lamentable hecho dejó sin trabajo por dos años a unos 400 trabajadores, entre hombres y mujeres. Recién en febrero de 1946, se logró reiniciar las actividades al 100% con una nueva fábrica, ubicada en la avenida Venezuela, a la afueras del centro de Lima.
La nueva era de Field
A partir de la década de 1970, y tras varios cambios internos, se inició un recambio de nuevas marcas de galletas dentro de la empresa. Estas se volvieron tan emblemáticas como la ‘Soda Field’ (o las galletas ‘María’, famosas en los años 60). Por ejemplo, aparecieron las ‘Coronitas’, ‘Pipos’ y ‘Miami’ (galletas); así como ‘Butterfield’ y ‘Mostro’ (barras bañadas); también ‘Cometa’ y ‘Recreo’ (chocolates); y ‘Picolines’ y ‘Cocorocos’ (caramelos).
La empresa había generado el interés de inversionistas locales y extranjeros a lo largo del tiempo. En 1970 fue adquirida por la familia Arteaga. Y en 1992, la compró la foránea ‘Golosinas Internacionales’. Un año después, en 1993, pasó a manos de Nabisco, una transnacional estadounidense del rubro. En el 2000, Kraft Foods (hoy Mondelez) compró Nabisco.
Actualmente, Field es una de las principales representantes de Mondelēz Perú, que cuenta con un portafolio de 11 marcas que han logrado posicionarse en la mente de los consumidores peruanos: Doña Pepa, Cua Cua, Coronita, Vainilla, Charada, Butterfield, Cream Crackers, Chokosoda, Travesuras, Wafer y la tradicional Soda Field. Algunas de estas se exportan a Chile, Bolivia y Ecuador.
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Periodista curiosa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con experiencia en coberturas políticas, sociales y de economía para diversas plataformas (web, radio y televisión). Actualmente, en cubro los sectores inmobiliarios, retail, startups, tecnología, gastronomía y managment en la secciones Negocios y Estilos, del diario Gestión.
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