Eira Thomas, CEO de Lucara Diamonds. (Foto: Bloomberg)
Eira Thomas, CEO de Lucara Diamonds. (Foto: Bloomberg)

Eira Thomas ha descubierto diamantes en el remoto norte, contribuido a fundar compañías mineras e integrado decenas de juntas directivas, entre ellas la de la empresa de energía más valiosa de Canadá.

Es por eso que la mujer de 49 años se sintió algo sorprendida cuando hace poco un inversor sugirió que debía contratar a un ingeniero como director de operaciones a los efectos de contar con un respaldo en el área ejecutiva. Después de todo, Thomas sólo era geóloga.

“Llevo 30 años en esta actividad”, dijo Thomas, que en febrero entró en funciones como máxima responsable de Lucara Diamond Corp., que tiene sede en Vancouver. “He participado en múltiples proyectos que se han convertido luego en minas. Integro la junta directiva de Suncor y me pregunto si a un nuevo CEO hombre con los mismos antecedentes se le habría hecho el mismo comentario”.

Es uno de los mayores obstáculos a una mayor presencia femenina en altos cargos del sector minero: la convicción de que los líderes tienen que empezar en la construcción de minas en lugares remotos para poder dirigirlas. Trasladar mujeres de los departamentos legales, de sostenibilidad o de finanzas y encontrar formas flexibles de que adquieran experiencia operativa será clave para atraer el personal que la industria necesita para prosperar, dicen líderes del sector minero como Thomas.

La industria de materiales, que comprende a las compañías mineras, está rezagada en relación con los demás sectores del Índice Bloomberg World en porcentajes de participación femenina, tanto en la fuerza de trabajo en general como en la administración. Sólo una de cada 20 compañías mineras globales tiene una mujer al frente, según datos que reunió Bloomberg de empresas que proporcionan desgloses de género.

Cavar en campamentos remotos

Thomas se inició en la minería al pasar los veranos de su infancia explorando el norte con su padre, que buscaba oro. Cuando decidió seguir los pasos de su padre, la idea de trabajar durante meses en campamentos temporales lejanos no la desalentó.

“Eira es diferente porque le gusta explorar y ha estado en esos lugares”, dijo Lukas Lundin, titán de las materias primas que fundó Lucara Diamonds con Thomas y Catherine McLeod-Seltzer en 2007. “La minería no atrae a muchas mujeres que quieran cavar hoyos en el suelo”.

Las geólogas sostienen que no es el hecho de cavar sino la necesidad de vivir durante semanas o hasta meses en lugares inhóspitos, sobre todo durante los años de maternidad, lo que puede constituir un problema. Pero hay otras formas de llegar a la cima.

Catherine Raw, de Barrick Gold Corp., pasó más de 10 años como gerente de cartera de BlackRock International Ltd. antes de convertirse en ejecutiva de la mayor compañía productora de oro del mundo. Luego de estudiar geofísica en Cambridge y finanzas mineras en el Imperial College London, la directora de finanzas de 36 años dice que le gustó la exploración pero que la vida en Londres es más atractiva.

“La administración suele pensar que sólo un minero puede ser CEO, que tiene que haberse ensuciado las manos construyendo cosas”, dijo Raw. “Eso ha derivado en una falta de comprensión de cómo se agrega valor en realidad, y no es sólo a través de la producción”.

En momentos en que las compañías mineras se ven cada vez más obligadas a demostrar los beneficios que aportan a la sociedad, Raw y Thomas dicen que contar con una formación variada es clave. Los equipos de administración tienen que ser idóneos en los planos político, medioambiental, social y financiero, dice Raw. Thomas dice que una mayor cantidad de mujeres contribuirá a que el sector innove y se haga más transparente y que eso también atraerá a los millennials, que serán su próxima fuerza de trabajo.

Nota Original: You Don’t Need to Have Dug a Mine to Run One, Female Leaders Say