Una familia de ingenieros químicos tuvo la idea de crear productos de limpieza con cero químicos tóxicos, o al menos reducirlos un poco. Y así nació Química Verde, empresa ecológica que produce y comercializa productos biodegradables de limpieza para el hogar, restaurante, hoteles e incluso para el sector minero. Sus dos principales clientes, a quienes les hace el mantenimiento de sus máquinas son Ferreyros y Komatsu. Gestión conversó con Daniel Salas, gerente de ventas de Química Verde y Jorge Luis Salas y Rosa Martell, fundadores de la empresa, para conocer los planes de crecimiento que le permitan escalar al siguiente nivel: aumentar su producción y clientes.
Química Verde nació en 2010 como una pequeña tienda de productos de limpieza. Su crecimiento comenzó en Startup Perú, allí recibió S/ 150,000 para la financiación de su proyecto de desengrasante ecológico para la industria gastronómica.
La empresa tiene productos de limpieza biodegradables que sustituyen los químicos tóxicos, por lo que deciden crear una línea de productos. más allá de desengrasante. “Desarrollamos una línea de productos gastronómicos dedicados a la limpieza de los baños, lavavajillas, limpiador de piso y mesas para los restaurantes”, resaltó Jorge Luis Salas, fundador de la empresa.
A la fecha, los ingresos del fabricante ecológico han crecido entre un 15% y 20% en comparación al mismo período del año anterior. “Estamos facturando por encima de un S/ 1 millón cada año”, agregó.
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Nueva planta en Lurín: la inversión requerida
Respecto a su portafolio de producto, Daniel Salas, gerente de ventas del fabricante ecológico, indicó que cuenta con la línea hogar, horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) e industrial. “Tenemos desengrasantes para motores o equipos dentro del sector de la minería y textil”, explicó. Además, mencionó que la línea industrial representa el 70% de los ingresos de la empresa y el 30% corresponde a la línea de hogar y horeca.
Química Verde trabaja con empresas de servicios, quienes colaboran directamente en la limpieza de los restaurantes u hoteles. Sin embargo, su principales clientes son Ferreyros y Komatsu. Al tener una línea de productos industriales, el fabricante ecológico es un actor clave en la limpieza de maquinarias para la minería. “Hacemos el mantenimiento período a esas máquinas gigantes que recogen mineral”, resaltó Salas, quien aspira tener una próxima línea dedicado al sector de alimentos.
Sin embargo, entrar a dicho mercado es un reto para Química Verde porque allí los requisitos o exigencias son mayores debido a que va al consumo humano. Otra barrera—cuenta Salas—es la inexistencia de un “sello verde” en Perú para acreditar que el producto es ecológico. En ese aspecto, Colombia nos lleva por delante, ya que tienen su Sello Ambiental Colombiano (SAC). “Nuestros productos han pasado por análisis de biodegradabilidad en laboratorios”, afirmó.
Por ahora, tiene un taller de 200 m2 en Pachacamac. “Al mes estamos produciendo 2,000 galones mensuales en general. Nuestra capacidad está al 40%”. Más adelante, tienen previsto la construcción de su primera planta de 1,600 m2 en Lurín. El presupuesto estimado es de casi US$ 1 millón. “Ya estamos adquiriendo un terreno en el parque industrial Lúcumo y posiblemente nos trasladaremos el próximo año”, adelantó el fundador de Química Verde.
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Desarrollo de detergente a base de quinua
Recientemente, la empresa tiene un proyecto cofinanciado por ProInnóvate (S/360,000) para crear un detergente a base de la cáscara de quinua. “Pasa un proceso de descalificación, es decir, se quita la cáscara—normalmente se bota como residuo—y dentro de ella hay un compuesto que se conoce como saponinas, ellas contienen propiedades del detergente. Dicho producto biodegradable sería en láminas y dedicado a la línea hogar”, contó Daniel Salas.
En Europa o Estados Unidos, tiene forma de lámina pero son sintéticos. Actualmente, se encuentra en etapa de escalamiento piloto, por lo que se espera que el prototipo esté terminado en 2025. A futuro, confían en producir en masa su detergente para atender al sector industrial, ya que la construcción de su planta servirá para cumplir ese objetivo.
“Para el próximo año esperamos crecer un 20% o 25%. Nos gustaría atender a más empresas, eso involucra la capacidad productiva que manejamos. Mudarnos a la zona industrial en Lurín nos permitirá ese crecimiento. Además, el catálogo de nuestros productos (en total 30) aumentaría en 30%”, indicó Salas.
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Redactor de Negocios con enfoque en Industrias, Tecnología y Educación. Anteriormente, exredactor de Economía en Diario El Gobierno. Desde el 2023 es parte de Gestión.
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