La petrolera estadounidense ExxonMobil anunció que reducirá su estructura de costos más allá de lo previsto para potenciar sus ganancias futuras, poco después de sumarse al éxodo de empresas que abandonan sus proyectos en Rusia.
La compañía, que el año pasado volvió a la senda de los beneficios tras aplicar fuertes recortes, dijo en una nota que para el final del 2023 habrá ahorrado US$ 9,000 millones anuales en costos, US$ 3,000 millones más de lo previsto, lo que le permitiría duplicar sus ganancias prepandemia en el 2027.
A última hora del martes, ExxonMobil anunció que no invertirá en nuevos proyectos en Rusia y que está “dando pasos” para salir de su último negocio de producción, ubicado en Sakhalin (este del país), y que opera en nombre de un consorcio de empresas japonesas, indias y rusas.
La petrolera desgranó que ha empezado “el proceso de interrumpir las operaciones” en la plataforma de petróleo y gas de Sakhalin, donde participa con un 30% y que después de 25 años supone una de las mayores inversiones directas internacionales en Rusia.
ExxonMobil mostró su rechazo a la “acción militar de Rusia que viola la integridad territorial de Ucrania y pone en peligro a su pueblo” y dijo que cumpliría con “todas las sanciones” impuestas por Occidente en represalia a la invasión ordenada por el presidente ruso, Vladímir Putin.
La empresa se enzarzó hace años en una batalla legal con el Gobierno de Estados Unidos después de que este impusiera sanciones contra Rusia tras la anexión de Crimea debido a sus negocios con Igor Sechin, el máximo ejecutivo de la estatal rusa Rosneft, cuyas afiliadas participan en Sakhalin.
ExxonMobil ganó US$ 23,000 millones en el 2021 y aumentó su liquidez hasta US$ 48,000 millones, lo que le ha permitido pagar “casi toda” la deuda acumulada durante la pandemia tras aplicar una dura política de recortes, y ahora planea “beneficiarse de la recuperación económica”.
En su nota, la empresa dijo que planea gastar entre US$ 20,000 millones y US$ 25,000 millones anuales hasta el 2027 en proyectos de extracción y exploración con “bajo coste de suministro”, y unos US$ 15,000 millones a lo largo de los próximos seis años para reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero.