La empresa española Solarpack firmó este viernes con el Gobierno de Ecuador el contrato para la construcción y concesión del proyecto fotovoltaico El Aromo, la planta de energía solar más grande del país, que tendrá una capacidad instalada de 200 megavatios de generación eléctrica.
Así, a través de este contrato que le concede la concesión del proyecto por 20 años, la compañía, con sede en la localidad vizcaína de Getxo, aumenta su presencia en Sudamérica, donde ya maneja proyectos en Chile, Perú y Uruguay.
En la firma del contrato, que contempla una inversión de US$ 150 millones, intervinieron el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso; el ministro de Energía y Minas, Fernando Santos Alvite, y el apoderado de Solarpack en Ecuador, Íñigo Urízar.
El Aromo se construirá en la costera provincia de Manabí, a 20 kilómetros de la ciudad de Manta, sobre una zona de 300 hectáreas, y generará suficiente electricidad como para abastecer al 60% de la población de Manta, que asciende a unas 650,000 personas, según destacó Lasso.
El mandatario ecuatoriano aseguró que El Aromo será una realidad en 2025 y contribuirá a la reducción de emisiones de carbono de Ecuador, al evitar la dispersión cada año de 221,000 toneladas de ese compuesto y el consumo de 98.4 millones de litros de diésel.
Si bien el 88% de la energía eléctrica producida en Ecuador viene de energías limpias, principalmente de hidroeléctricas, Lasso recordó que las centrales de energía solar y eólica que hoy funcionan en el país generan en conjunto 100 megavatios, por lo que con este proyecto fotovoltaico se triplicará esa potencia.
“Este es el primero de varios proyectos de energía eléctrica renovable y limpia. En los próximos meses firmaremos más contratos con prestigiosas empresas internacionales”, señaló Lasso.
El jefe de Estado también destacó que el proyecto generará 700 empleos directos e indirectos durante su construcción, operación y mantenimiento.
Paso a la descarbonización
Por su parte, Urízar aseguró que El Aromo es el primer proyecto fotovoltaico a gran escala de Ecuador, lo que anticipó que supondrá “un gran paso hacia el futuro energético sostenible y la descarbonización de la matriz energética” del país.
“Por sus bondadosas condiciones geográficas, la energía solar fotovoltaica es extremadamente complementaria con la potencia hidroeléctrica instalada, y desplazará a una importante potencia térmica que es altamente contaminante”, indicó Urízar.
“Estamos muy entusiasmados con la oportunidad de poder llevar a cabo este proyecto y ser una referencia de las energías renovables en Ecuador”, agregó.
Un “contrato modelo”
A su turno, el ministro Santos Alvite destacó que el acuerdo con Solarpack es “un contrato modelo que ha tomado un tiempo negociarlo”.
“Como hay componente internacional, financiado por organismos internacionales, el Gobierno de los Estados Unidos envió a dos representantes del Tesoro para que nos acompañen en el proceso de negociación”, dijo Santos Alvite.
“Esto hace que ese contrato sea bajo los más altos estándares de transparencia y de respeto a las normas técnicas y a la responsabilidad social y ambiental”, concluyó.
El proyecto fotovoltaico fue adjudicado en diciembre de 2020 a la promesa de consorcio Solarpackteam, como resultado de un proceso público de selección que contó con siete empresas precalificadas, de las cuales tres presentaron ofertas.
En septiembre pasado, tras casi dos años, concluyó la fase del cierre transaccional para la concesión del proyecto a la empresa española.
Fuente: EFE