
Presente en más de 20 países y con operaciones regionales en expansión, Equans es un actor global en servicios multitécnicos e infraestructura crítica. En la región andina, Perú representa hoy más del 20% de la operación, consolidándose como una plaza estratégica dentro del portafolio del grupo. Si bien el país aún enfrenta desafíos estructurales —como horizontes contractuales más cortos y menor madurez en sectores como el retail—, el potencial de industrias como minería, energía y aeroportuaria, así como el sector público, está abriendo espacio a modelos de mayor escala y duración. En ese marco, Omar Lam, CEO de Equans Perú, detalló a Gestión la evolución del negocio y el horizonte de crecimiento proyectado hacia 2026.
¿Qué balance hace de esta primera mitad del año?
Cerramos el 2024 como un año histórico, alcanzando los S/310 millones en contratos. La principal palanca de crecimiento fue el segmento de facility management, que abarca la gestión integral de instalaciones e infraestructura, incluyendo todos sus componentes internos. En los últimos años, este segmento ha crecido significativamente y continúa expandiéndose. Ha sido complementario a los mercados donde ya teníamos presencia, como energía, generación, transmisión y distribución eléctrica. También registramos avances en sectores como minería y energías renovables, aunque en menor medida.
¿Cómo se distribuye actualmente su negocio por líneas de operación?
Las unidades de facility management y redes eléctricas aportan, cada una, alrededor del 40% de los ingresos de la operación, mientras que el 20% restante se distribuye entre los negocios de energías renovables y telecomunicaciones. Antes de la pandemia, el 90% de nuestra operación estaba concentrada en redes eléctricas, y el 10% restante correspondía a una combinación de otras actividades.
El punto de quiebre se dio en 2020, cuando asumimos el contrato de facility management integral para las sedes de los Juegos Panamericanos. Bajo el marco del acuerdo gobierno a gobierno con el Reino Unido, fuimos seleccionados para encargarnos de toda la gestión de instalaciones y posteriormente hemos sumado nuevos proyectos en diversas industrias.
¿Qué metas se han trazado hacia el 2026 en términos de captación de nuevos proyectos?
Aspiramos a un crecimiento responsable, pero ambicioso. Nuestra proyección es alcanzar un backlog de S/400 millones hacia el 2026, pese a nuestro mercado tiene particularidades que lo hacen único frente a nuestras otras operaciones hermanas en Chile y Colombia. Más allá de las oportunidades privadas, hemos abierto un frente interesante con el Estado, aprovechando mecanismos como el de obras por impuestos. Aunque tradicionalmente se ha usado en construcción, estamos impulsando su aplicación en operación y mantenimiento.
¿Ya tienen alguna propuesta concreta bajo esa modalidad?
Sí, tenemos en curso una primera iniciativa con el IPD, por un monto aproximado de S/400 millones. El proceso está en marcha. Originalmente lo presentamos el año pasado ante la entidad Legado, pero con su extinción en marzo y el traspaso de funciones al IPD, tuvimos que reiniciar el trámite. Ya logramos la aprobación del manual de operación y mantenimiento y ahora estamos gestionando las aprobaciones del Ministerio de Economía y Finanzas. Estimamos que en dos o tres meses deberíamos haber concluido el proceso.

LEA TAMBIÉN: Tgestiona alista su ingreso a nuevos sectores y retoma planes de internacionalización
Las oportunidades en el sector público y privado
Más allá del proyecto con el IPD, ¿qué otras oportunidades visualizan a largo plazo con el sector público?
Vemos un gran potencial en los sectores de salud y educación. Son ámbitos donde nuestra experiencia en infraestructura deportiva puede replicarse de manera efectiva. No es un secreto que alrededor del 85% de la infraestructura educativa en el país está en condiciones de riesgo alto, y en salud la situación es bastante similar.
¿Ya se ven este tipo de contratos en el país)
Recientemente, ProInversión adjudicó una APP para la operación y mantenimiento del Hospital de Emergencias de Villa El Salvador por unos US$280 millones. De ese total, US$60 millones están destinados únicamente a poner en óptimas condiciones una infraestructura que no tiene ni diez años de construida. Ese caso evidencia lo costoso que puede resultar no haber contemplado desde el inicio un esquema de facility management. Lo mismo podría suceder con activos como el Centro de Convenciones de Lima, el Teatro Nacional o diversos museos.
Con respecto a oportunidades en el ámbito privado, ¿qué sectores considera estratégicos?
En los últimos años hemos empezado a posicionarnos en el mantenimiento vial, trabajando con concesionarios bajo un modelo integral. No solo atendemos la vía, sino también los sistemas inteligentes de monitoreo, control de incendios, accesos, energía e iluminación. Para ello, venimos fortaleciendo nuestra unidad de tecnología y robótica.
Por su parte, el sector minero también figura como una prioridad en la agenda donde queremos seguir creciendo, junto con los proyectos vinculados a las energías renovables. Actualmente, estamos trabajando en iniciativas con el Banco Mundial y con el BID, ya que desde hace cerca de diez años contamos con una concesión mediante la cual hemos conectado a más de 6,000 familias en la región San Martín, que ahora cuentan con energía eléctrica convencional a través de paneles solares.
Ambas instituciones nos han solicitado presentar nuevas iniciativas, pero a mayor escala, para que puedan ser financiadas. También estamos en conversaciones con algunas entidades privadas que tienen interés en desarrollar este tipo de proyectos. La idea es poder conjugar —porque es parte de nuestro expertise— energía limpia, conectividad y, ojalá, algo de saneamiento: integrar los tres componentes en un solo proyecto.

LEA TAMBIÉN: Sodexo busca reforzar el negocio de facility management
Innovación tecnológica hacia nueva líneas de negocio
¿En qué tipo de soluciones tecnológicas están aplicando?
Hoy atendemos determinados contratos utilizando drones para inspecciones aéreas, robots para trabajos en superficie terrestre e incluso robots para tareas subacuáticas, gracias a la experiencia acumulada con el IPD. Esta evolución ha traído impactos concretos en eficiencia de recursos, sostenibilidad hídrica y energética. En minería, estamos instalando sistemas de almacenamiento de energía que permiten operar almacenes, oficinas y laboratorios de forma totalmente autónoma con energía limpia.
En el Aeropuerto Jorge Chávez estamos desarrollando una relación orientada a la gestión de instalaciones con enfoque en eficiencia energética. El plan hacia 2030 contempla casi triplicar la base de cargadores eléctricos instalada en el país en la misma infraestructura.
¿Estos avances apuntan a crear nuevas líneas de negocio?
Definitivamente están abriendo camino a nuevas líneas de negocio. Hoy, buena parte del trabajo operativo aún es manual. Por ejemplo, en las torres de energía y telecomunicaciones, probablemente el 90% de las intervenciones se realizan con técnicos subiendo físicamente. Sin embargo, en Europa, el Equans ya está transportando personal técnico en drones para realizar trabajos en altura. Nosotros también venimos desarrollando soluciones para inspecciones estructurales y termografías mediante drones, tareas que tradicionalmente eran 100% manuales.
¿Qué aplicaciones específicas ya se están implementando en Perú?
En la Videna, una de las principales sedes del IPD, hasta el año pasado las labores de mantenimiento requerían el uso de elevadores y una considerable cantidad de personal en campo. Actualmente, ese trabajo se realiza con solo tres o cuatro personas, operando desde tierra un sistema montado en un vehículo, complementado con el uso de drones.
¿El mercado peruano está interesado en estas soluciones?
Clientes como Backus ya han identificado el potencial de estas soluciones y están interesados en aplicarlas en sus plantas de Arequipa y Motupe, donde hay estructuras de 40 o 50 metros de altura que no habían recibido mantenimiento justamente por riesgos operativos. En Chile, esto ya es casi una práctica estándar, pero en Perú aún predomina un enfoque manual. Por eso, vemos un potencial real para desarrollar nuevos servicios y entrar en sectores que antes no abordábamos.
Finalmente, ¿,manejan iniciativas que impliquen inversión directa en activos (capex)?
Sí, aunque en escalas prudentes, sobre todo en proyectos vinculados a eficiencia energética. Un ejemplo concreto es que en 2021 inauguramos la primera planta de cogeneración instalada en un centro comercial en el país, específicamente en La Rambla (San Borja). Fue una inversión capex nuestra, bajo un contrato de operación y mantenimiento por 12 años.
Es una solución donde participamos desde el diseño, la implementación y, luego, la operación y el mantenimiento. Actualmente estamos evaluando dos proyectos similares, y también estamos en conversaciones con el sector minero, donde hay creciente interés por soluciones modulares que permitan dotar de autonomía energética limpia a campamentos, laboratorios y almacenes.

Licenciado en Comunicación de la Universidad de Lima, con especialidad de periodismo y comunicación corporativa. Actualmente redacto en la sección negocios del Diario Gestión.