Antes de la pandemia se proyectaba que la sobreoferta de energía eléctrica en el Perú llegaría a su fin el 2022. Sin embargo, debido a la contracción de la demanda ocasionada por el impacto económico del COVID-19 y a la postergación de los proyectos de inversión que podrían acortar la brecha, el superávit podría prolongarse por unos años más.