Con un clima más favorable, los tres primeros meses del año, muchas veces, son el periodo favorito para quienes tienen en mente la realización de un evento social planificado por meses. La actual coyuntura, con un escenario de protestas, sin embargo, está afectando negativamente en las perspectivas del sector de eventos durante esta época estival, e impacta también en la demanda de logística y actores participantes en la cadena de esta actividad.
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Rosa Cusirramos, directora gerente de la escuela de Negocios Event Planners Perú, sostuvo que la realización de matrimonios y otros eventos ya programados se están viendo golpeados particularmente en regiones como Cusco y Puno.
“Tengo alumnos event planners y wedding planner en estos sitios, quienes están realmente preocupados por la situación, pues no solo están teniendo problemas con la cancelación de los eventos, sino también con el traslado de la logística e incluso están de miedo y cuidándose mucho por la situación de descontento social”, explicó la empresaria.
Cusirramos expresó que, en el caso cusqueño, de acuerdo a los empresarios de esta región, los matrimonios planificados para febrero y marzo se están cancelando; y se teme que las bodas de abril tengan el mismo desenlace.
No obstante, los problemas van más allá de las cancelaciones. En Cusco, los “eventistas” también empiezan a tener inconvenientes para dotarse de algunos elementos importantes y básicos en la decoración de sus compromisos, tales como las flores, que, debido a los bloqueos de carreteras, no llegan y si lo hacen, deben adquirirse a precios más elevados.
“Tenemos la incertidumbre de si llegan o no las flores desde Lima; además, al incrementarse los precios de las materias primas, nuestras proformas también varían y es necesario conversar nuevamente con los novios, arriesgándonos a no llegar a un arreglo”, afirmó Mónica Béjar, de la Hacienda Canopata en Cusco.
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Por su parte, Bethzabe Abanto, de Kazabi Bodas y Eventos, lamentó que en lo que va del mes no haya podido concretar ningún matrimonio y, por el contrario, esté cancelando las fechas de los próximos dos meses a pedido de los propios interesados.
“Me preocupa la situación, pues tengo que seguir pagando las cuentas, los impuestos, el personal y el local que alquilo”, añadió la empresaria cusqueña, quien dijo que en diciembre el contexto fue similar.
Pero la situación siempre puede ser peor, como es el caso de los empresarios de este rubro en Puno, quienes postergan sus eventos con fecha abierta ante el temor de ser víctimas de saqueos o algún tipo de violencia durante el traslado de mobiliario o, más grave, que los huelguistas ingresen a las ceremonias.
“A esta zona suelen venir bastante agrupaciones de Lima, pero por el cierre del aeropuerto (de Juliaca) ya no está ocurriendo; entonces, (los eventos) se están postergando. Por otro lado, hay clientes que reservaron desde meses atrás y dieron adelanto de dinero y están exigiendo la devolución al 100% en un contexto de cero trabajo para el sector”, anotaron desde la Asociación de Eventistas de la Región Puno, (ASERP), que alberga a aproximadamente 50 empresarios de la ciudad altiplánica.
Los compromisos más demandados por esta época en Puno, según esta asociación, son los bautizos y los cortes de cabello, pero también se realizan matrimonios, catering, entre otros eventos. “Quienes estén organizando en casa eventos chiquitos como bautizos o similares, están teniendo ajustes en los precios a consecuencia de un mayor valor en los insumos por la dificultad para conseguirlos en la actual coyuntura”, refirió una miembro de ASERP.
El sector de eventos genera encadenamiento con otras actividades, ya que se abastece de proveedores de flores, toldos, mobiliario, vestimenta, fotografía, video; transporte, comida, espectáculos, música, entre muchos otros rubros, sujeto a la exigencia del cliente.
“Si la capacidad del eventista lo permite, en una semana se puede realizar entre uno, dos o tres compromisos, lo que implica dar trabajo a toda una cadena de proveedores. Es difícil medir lo perdido, pero, por ejemplo, en un catering, mínimo un fin de semana, puede ganarse entre S/ 4,000 y S/5,000″, finalizó.
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