Los operadores de renta fija de Citigroup Inc. batieron un récord al final del 2022, mientras que el banco, presionado para mejorar los rendimientos, se preparó para una economía más incierta.
Las apuestas de los clientes en tasas y divisas impulsaron los ingresos de las operaciones de renta fija en un 31%, a US$ 3,200 millones, la cifra más alta que ha registrado el banco en un cuarto trimestre. El volumen total de operaciones aumentó un 18%, superando el incremento del 10% previsto por los ejecutivos el mes pasado.
La ganancia inesperada y el aumento de las ganancias provenientes de tarjetas de crédito ayudaron a Citigroup a superar las estimaciones de los analistas tanto en ingresos como ganancias, incluso cuando otras dificultades se hicieron más evidentes. La compañía no redujo los gastos tanto como preveían los analistas, y reservó más de lo que esperaban para préstamos incobrables.
“Diseñamos intencionadamente una estrategia que puede beneficiar a nuestros accionistas en distintos entornos”, declaró el viernes la directora ejecutiva, Jane Fraser, en un comunicado en el que se anunciaron los resultados. El banco está “muy bien encaminado” para cumplir los objetivos de mejora de la rentabilidad, afirmó.
Anteriormente, Citigroup había dicho que su objetivo era aumentar la rentabilidad del capital ordinario tangible hasta situarla entre el 11% y el 12% a medio plazo. El año pasado cerró en un 8.9%.
En una presentación aparte, Citigroup dijo que es probable que los ingresos en el 2023 se sitúen entre US$ 78,000 y US$ 79,000 millones, por encima de los US$ 76,000 millones que prevén los analistas encuestados por Bloomberg. Los costos, por su parte, se ubicarían en US$ 54,000 millones, también por encima de las estimaciones. Ambas proyecciones excluirán los efectos derivados de la salida de más de una docena de unidades minoristas internacionales en todo el mundo.
Los resultados de Citigroup fueron publicados tras informes similares de sus rivales JPMorgan Chase & Co., Bank of America Corp. y Wells Fargo & Co. JPMorgan advirtió a los inversionistas que los ingresos netos por intereses de este año inferiores serán a lo que esperaban los analistas, mientras que Bank of America obtuvo ingresos por operaciones de US$ 3,720 millones en los tres meses hasta diciembre, un 27% más que un año antes, por encima del aumento del 13% que habían pronosticado los analistas.
Los bancos de Wall Street se han apoyado en la negociación para capear la caída de la actividad de fusiones y adquisiciones, la suscripción y la gestión de patrimonios provocadas por los aumentos de las tasas de interés y el descenso de los precios de las acciones. Esto carece de cierto alivio para Fraser, que ha invertido mucho en reestructurar la administración de riesgos y controles otros internos para apaciguar a los reguladores. Los esfuerzos por simplificar el banco mediante la venta de unidades en el extranjero han eliminado algunos gastos.
La caída trimestral del 21% de los ingresos netos, hasta US$ 2,500 millones, fue menor de lo previsto por los analistas. La ganancia por acción ascendió a US$ 1,16, superando la estimación media de US$ 1,14.
Los gastos operativos disminuyeron cayeron un 4% a US$ 13,000 millones en el trimestre, por encima de los US$ 12,900 millones estimados por los analistas. Excluyendo los costos derivados de la salida de más de una docena de unidades minoristas internacionales, los gastos aumentarán un 5%.
Las provisiones para préstamos incobrables ascendieron a US$ 1,800 millones, lo que contrasta con el año anterior, cuando el banco liberó reservas anteriores. Esta vez, la empresa culpó al deterioro del entorno macroeconómico cuando los volvió a agregar. La cifra incluye US$ 1,200 millones en pérdidas crediticias, que aumentarán un 36%.