Sociedad Minera Cerro Verde -que tiene entre sus accionistas a la estadounidense Freeport-McMoRan y a la peruana Buenaventura- busca extender la vida útil de su unidad de producción de cobre Cerro Verde (Arequipa), asegurando así su continuidad operativa a largo plazo. Para concretar ese propósito, la compañía presentó la Segunda Modificación del Estudio de Impacto Ambiental y Social (II MEIAS) de dicha operación ante el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace), con una inversión aproximada de US$2,100 millones. ¿Qué propone este documento?
El II MEIAS contempla un nuevo esquema de minado, producción de mineral y disposición de desmonte de mina, con el objetivo de extender el periodo de operaciones de Cerro Verde hasta 2053, ocho años más que el horizonte actual fijado en 2045. Entre las principales medidas a desarrolllarse como parte de la ampliación del periodo de operaciones, se encuentra la integración de los tres tajos actuales en un único tajo integrado denominado Cerro Verde-Santa Rosa-Cerro Negro, así como la ampliación de la capacidad de los depósitos de desmonte de mina Oeste, Noreste y Cerro Negro.
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Dicho documento también propone un aumento de la capacidad de procesamiento en sus concentradoras, que pasaría de 408,000 a 420,000 toneladas métricas por día. Además, prevé la extensión de la plataforma de lixiviación PAD 4B como parte de las mejoras en infraestructura de beneficio. Por otro lado, el plan incluye una actualización en la disposición de relaves, con la ampliación del depósito Linga, cuyo dique principal crecería 57 metros. También se extendería la vida útil de los depósitos de relaves Linga y Enlozada, asegurando la continuidad de las operaciones, de acuerdo con la compañía.
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Otras modificaciones propuestas en Cerro Verde
Como parte del II MEIAS, Cerro Verde también plantea la actualización de los recursos necesarios para implementar las optimizaciones propuestas. La medida incluye ajustes en los requerimientos de mano de obra, energía eléctrica e insumos clave como reactivos, explosivos y combustible. En cuanto al uso de agua, se prevé un aumento de hasta 500 litros por segundo de efluentes tratados, en promedio anual, provenientes de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Enlozada, sin requerir mayor extracción de agua del río Chili.
Igualmente, la empresa requiere la optimización de la estrategia de manejo ambiental, incluyendo mejoras en la infraestructura auxiliar, como sistemas de recolección de filtraciones. Adicionalmente, se contempla el desarrollo de estudios técnicos en áreas como geotecnia, geología e hidrogeología, lo que implicará la construcción de plataformas de perforación, piezómetros, pozos, calicatas y accesos.
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La productora de cobre enfatizó que las optimizaciones incluidas en la II MEIAS no contemplan la construcción de una nueva planta concentradora.
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