Tras casi cinco meses de la apertura de la frontera con Chile, en Tacna, las perspectivas de recuperación se mantienen a la baja; ello, con avances de menos del 50% con respecto al 2019 en los diversos negocios y servicios, manifestó la presidenta de la Cámara de Comercio de dicha zona, Corinne Flores.
De este modo, la representante advirtió que los tickets de compra de los vecinos del sur se redujeron aproximadamente de US$ 200 a US$ 100 por persona; en tanto que comercios relacionados con los productos de primera necesidad, entretenimiento, gastronomía y confecciones son los más afectados por un menor consumo.
Flores sostuvo que el problema no solo radica en la inflación que afronta la economía chilena, sino también en las condiciones que deja de ofrecer nuestro país, sobre todo en lo que respecta a la falta de personal para atender en un punto clave como es el complejo fronterizo de Santa Rosa, donde los chilenos generan largas filas de vehículos.
“Estos ‘cuellos de botella’ suceden principalmente los fines de semana, que son los días en que más deberían de vender los negocios tacneños, se supone por un mayor flujo de chilenos; sin embargo, tenemos la experiencia negativa más reciente, que fue la de la semana pasada, con largas colas de carros en la frontera”, expresó la empresaria, en alusión a la visita de sureños, a propósito de las fiestas patrias de Chile.
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En razón de esta fecha, según la ejecutiva, el viernes último, la Ciudad Heroica recibió más de 6,500 turistas chilenos, mientras que estima que el sábado llegó a los 8 mil. No obstante, destacó que estas cifras están lejos de las 20 mil visitas que alcanzaban los fines de semana, antes de la pandemia.
Hoteles pierden reservas
La delegada empresarial señaló que otro rubro que está seriamente afectado es el hotelero, el cual presenta pérdidas de reservas de chilenos que, finalmente, no logran tomar el servicio en la fecha pactada. Esto, de acuerdo a Flores, sucede porque muchos viajeros observan con fastidio el tiempo perdido en la frontera y desisten de su traslado a Tacna.
“Los hospedajes no tienen un 100% de reactivación, aproximadamente un 20% siguen cerrados porque no recuperan capital; por otro lado, la demanda tampoco es la de antaño. A ello, agreguemos que, en un escenario de recuperación, se dejan reservas. Es complejo pensar que al cierre de año puedan revertir los números en rojo”, manifestó.
En su momento, el presidente de Caretur Tacna, Wilfredo Espinoza, en diálogo con Gestión, advirtió de la difícil situación que afrontaban los hospedajes de esta ciudad del país. Explicó que mantener los negocios con gastos fijos que cubrir y un menor flujo de clientes desmotivaba en gran parte a los empresarios, quienes veían más estratégico abrir en fechas claves como fines de semana o feriados largos.
“En nuestra institución están registrados 60 hoteles y su ocupación no llega al 50%, mientras tenemos negocios que han suspendido sus actividades y RUC de manera temporal”, afirmó Espinoza.
EN CORTO
Previo a la pandemia, el constante flujo chileno en Tacna dejaba entre US$ 300 y 400 millones anuales. Además, del consumo en comercios y turismo, los vecinos del sur también son usuarios de servicios de salud en suelo peruano.
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