Ante el contexto de mayor incertidumbre económica, social y política, el siguiente paso para las escuelas de negocios se encuentra en actualizar su oferta educativa para hacer frente a dicho escenario, pues tal coyuntura no ha atenuado los planes de quienes optan por estudiar una maestría o desarrollar habilidades específicas mediante cursos cortos y educación continua.
“La incertidumbre no detuvo el interés de los profesionales por capacitarse, ya que el mercado demanda mayor competitividad. Después de la pandemia, la oferta académica sufrió cambios, ya que había otras necesidades que cubrir”, menciona Giuliana Leguía, directora de Pacífico Business School (PBS).
Esta situación, la cual fue agravada por la crisis sanitaria del 2020, llevó a migrar hacia modelos con un mayor componente virtual y desembocó en el auge de los cursos con una menor duración de tiempo. Así, estos han sumado mayor protagonismo ahora, cuando la inestabilidad económica ya reemplazó a las dificultades sanitarias.
“Un cambio importante fue la generación de formatos más cortos de aprendizaje. Los profesionales demandaron seminarios y cursos de carácter más aplicativo y con una duración de solo horas o máximo una semana”, expresa Jessica Arce, coordinadora general de Educación Ejecutiva de ESAN Graduate School of Business.
Sin embargo, esta mayor virtualidad se presenta exclusivamente en los cursos cortos y programas de especialización, pero en menor medida, en las maestrías.
“Buscamos adecuar los formatos a la necesidad de los participantes; sin embargo, también procuramos que el formato no reste los procesos de aprendizaje. A los ejecutivos no les damos contenidos teóricos, el proceso de formación es prioritariamente práctico”, explica Carrasco.
Por ejemplo, la Pacífico Business School contempla un 80% de presencialidad en sus maestrías. Mientras tanto, los programas de especialización tienen un 50% de presencialidad, y los cursos cortos se manejan a distancia en un 80%.
La incertidumbre que se atraviesa es probablemente mayor a la experimentada en años anteriores a la pandemia. Sin embargo, lo que se espera del directivo es lo mismo o más: el desarrollo de habilidades para acomodarse a estos nuevos entornos complicados y gestionar de la mejor manera la actividad empresarial.
“La incertidumbre es parte de la gestión empresarial. Frente a ello, para nuestros cursos priorizamos fortalecer la visión estratégica y las competencias de liderazgo para saber transformar una organización”, indica Ángela Carrasco, directora del programa de Dirección General de PAD - Escuela de Dirección Universidad de Piura.
Es así que la visión de la nueva oferta educativa de las escuelas de negocio, además de ser más personalizables a la comodidad del ejecutivo, apalancado en el mayor componente virtual, se enfoca en nuevos cursos que resuelvan y aborden requerimientos específicos.
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Mayor internacionalización
Hasta antes de la pandemia, la internacionalización en algunos cursos o maestrías de las escuelas de posgrado se manejaba prioritariamente mediante viajes de profesores y alumnos, al tener un grado mínimo de virtualidad.
No obstante, el mayor componente virtual a raíz de la pandemia ayudó a que las escuelas de negocio puedan avanzar y ampliar esta misma internacionalización, para la cual, algunas escuelas de negocios vienen incorporando cada vez más a alumnos y profesores provenientes de fuera del Perú.
“Ya trabajábamos en nuestra internacionalización mediante alianzas con instituciones de afuera, pero el porcentaje remoto era mínimo, con lo que los profesores tenían que venir a dictar, o nuestros alumnos debían ir. Ahora hemos incrementado nuestro número de profesores internacionales”, señala Leguía, de la Pacífico Business School.
La ejecutiva señala que la PBS se encuentra en casi un 80% de internacionalización, es decir, programas que incluyen dictado por parte de profesore fuera del país. El porcentaje de internacionalización de los programas dependen del tipo de contenidos que se trabajen: hay algunos que son 100% internacionales, y otros con un 40%. Por otra parte, en el total de educación ejecutiva, la escuela tiene alrededor del 20% de alumnos internacionales.
Por su parte, Arce, de la ESAN Graduate School of Business, asegura que la escuela está desarrollando nuevos programas y nuevas categorías de productos con un alto componente internacional, tanto por el dictado de profesores del extranjero y por la generación de bootcamps y seminarios.
Mallas más actualizadas
Como parte de la evolución académica de las escuelas de posgrado, las necesidades en el campo laboral cambiaron. El factor tecnológico —habilidades relacionadas a la aplicación de inteligencia artificial, el análisis de datos, entre otras tendencias— ha sido el gran cambio en los nuevos programas, ya que, o bien algunas escuelas han lanzado programas exclusivamente enfocados a estas habilidades, o han actualizado su oferta existente añadiendo dichas nuevas tendencias.
“Hay cursos que sacamos de la malla curricular porque ya no son de mucha utilidad para los profesionales. Otros, con contenidos generalistas, se les han dado un ajuste, como algunos cursos tradicionales de finanzas. Así, hicimos modificaciones en algunos contenidos para que los cursos tradicionales incorporen los nuevos requerimientos de las empresas. Por ejemplo, el curso de Gestión de Personas ahora tiene contenidos sobre people analytics”, precisa Leguía, quien comenta que han lanzado una maestría junto con el MIT enfocada en el impacto de la inteligencia artificial en la gestión de las organizaciones. Además, para este año sacarán 180 nuevos cursos cortos de 21 horas y 12 nuevos programas.
Asimismo, las habilidades blandas relacionadas a la gestión del management y liderazgo son mayormente requeridas en los cursos cortos —que empezaron a tomar relevancia a partir de la pandemia— ya que el trabajo remoto evolucionó la manera de liderar equipos. El networking que se genera en los programas de alta dirección son fundamentales para desarrollar un aprendizaje colectivo entre los ejecutivos, y que estos evalúen sus problemáticas particulares y potenciales soluciones.
“Adicionalmente, los profesionales demandan que además de los conocimientos impartidos también exista un desarrollo de las habilidades blandas y se genere un networking entre los participantes. En lo concerniente a nuestra oferta, se han hecho actualizaciones a los syllabus para abordar más el impacto de las nuevas tecnologías”, añade Arce.
En tanto, la nueva oferta en las escuelas de posgrado ahora incorpora necesidades propias de sectores empresariales en específico, cuyos cursos incluyen problemáticas y habilidades particulares.
“Hemos lanzado cursos sobre el sector inmobiliario, para la industria minera, etc. Hay una necesidad sectorial por perfeccionarse con el enfoque en el sector y sus necesidades propias. Ahí es donde estamos entrando”, señala Leguía.
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Proceso de licenciamiento
El proceso de licenciamiento de instituciones universitarias, llevado a cabo por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), tuvo como saldo la aprobación de 95 universidades, de las cuales dos son exclusivamente escuelas de posgrado. Este órgano se encargará de supervisar las condiciones básicas de calidad de dichas instituciones en el segundo proceso de licenciamiento, que está próxima a iniciar para algunas universidades.
Dicho proceso seguirá su curso, en medio de algunas controversias vinculadas a la forma de designación de los nuevos miembros del Consejo Directivo del ente regulador de la educación universitaria.
Durante el 2022, fueron aprobadas los siguientes programas de maestrías: la Maestría en Dirección de Marcas (UPC), la Maestría en Gestión de las Organizaciones (UPC), Maestría en Gestión de las Ciudades (Universidad de Lima), la Maestría en Ingeniería del Diseño (Universidad de Lima), y la Maestría en Psicoterapia (Universidad Católica San Pablo).
Según Sunedu, en el 2020 la tasa de acceso nacional a programas de posgrado disminuyó en cinco puntos porcentuales. Mientras que en 2018, la cantidad de estudiantes de posgrado matriculados fue más de 131,000, en el 2020, esta cifra se redujo en un 27,7%, y se ubicó en más de 95,000 estudiantes. Esta situación se ha venido repuntando en la medida que la emergencia sanitaria se normalizó.
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