La pandemia del COVID-19 aceleró, en todo el planeta, cambios en la forma en que los programas de maestría de las escuelas de negocios entregan sus contenidos, y América Latina no ha sido la excepción. Así, entre las modalidades que hoy en día destacan como parte de la oferta de posgrados se encuentran las digitales y las híbridas, pues ahora, con el retorno a la presencialidad, muchas casas de estudios mantendrán esquemas mixtos, con el soporte de las plataformas digitales, que crecieron exponencialmente en los últimos dos años.
En una reciente encuesta elaborada por la Association to Advance Collegiate Schools of Business (AACSB), acreditadora internacional de escuelas de negocios, se mostró que, de 90 escuelas a escala internacional incluidas, 12,5% planearon entregar su programa MBA completamente online en el primer semestre del año 2022; 15,3%, de forma primordialmente online; 39%, presencial o mayormente presencial; y 33%, con una combinación 50%-50% de entrega online y presencial.
“Si bien todavía es prematuro para entender completamente los cambios, se muestra una fuerte tendencia a adoptar modelos digitales o híbridos, alineados con las condiciones cambiantes del medio laboral que enfrentan los estudiantes de MBA, con viajes de negocio constantes, cambios de residencia temporal y un ambiente volátil y en ocasiones difícil de predecir, que requiere de los estudiantes un manejo del tiempo mucho más demandante”, explica Eric Porras Musalem, director nacional de Programas MBA de Egade Business School del Tecnológico de Monterrey.
Porras agrega que el programa presencial es la opción de preferencia, por la interacción que proporciona. Sin embargo, incluso en estos casos los estudiantes valoran los esquemas híbridos, ya que les permiten un nivel de flexibilidad para compaginar sus estudios con la vida laboral.
“La incorporación de modalidades híbridas con el uso de plataformas digitales dentro de los programas presenciales ha logrado aminorar en gran medida estas dificultades y brindar mayor flexibilidad a los alumnos”, asegura Porras.
Para Alejandro Núñez, director ejecutivo del Grupo Educativo Neumann, los profesionales que ya experimentaron un proceso satisfactorio de aprendizaje online ahora buscan solo ese tipo de propuestas, y aquellos que tuvieron malas experiencias en las épocas de pandemia consideran que la presencialidad tiene algunas ventajas.
Núñez señala que uno de los beneficios que brindó la crisis sanitaria a los estudiantes es que se pudo acceder a profesores en tiempo real, pero, además, a conferencistas invitados que se conectaban desde otras ciudades; revisar materiales, diapositivas, pero también acceder a las clases anteriores, compatibilizar los horarios de aprendizaje con el empleo. En algunos casos hasta significó poder cambiar de ciudad de residencia sin perder los estudios.
Por su parte, el responsable académico internacional de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), Ignacio Mayoral, indica que estos nuevos formatos permiten que los profesionales cumplan no solo con la intrínseca necesidad de seguir educándose, sino también con la de especializarse en nichos específicos de trabajo, con la finalidad de potenciar esa área en concreto. “La realización de posgrados supone una ventaja absoluta para el futuro de los profesionales, porque se potencian para el ámbito laboral tanto para buscar nuevos empleos como para reinventarse o ver otras alternativas dentro de su organización”, puntualiza.
El futuro híbrido
Por Martín Rodríguez, director de IE Publishing & Executive Education Online at IE Business School and IE University
La educación ha vivido una gran transformación impulsada por la tecnología en los últimos años. La pandemia aceleró estos cambios y, tras ello, asistimos a un escenario de gran flexibilidad y nuevos formatos, que combinan la formación presencial con la online, con la exigencia por conseguir la misma experiencia inmersiva y la excelencia académica. La mayoría de las universidades apuestan por la presencialidad; algunas diseñan soluciones para que los alumnos puedan continuar con sus programas en remoto, al tiempo que trabajan en compañías en distintos países, impulsan proyectos sociales en otros continentes, etc.
Los profesores se forman de modo continuo para impartir sus clases en un mundo híbrido, las nuevas metodologías permiten a los alumnos optimizar su experiencia y la tecnología apoya ambas cuestiones, de manera que las fronteras entre lo presencial y lo virtual son cada vez más tenues.
Por otro lado, los programas presenciales incorporarán más elementos online asíncronos para contribuir a un mejor aprendizaje, garantizando una formación más rica y efectiva. Como ejemplo está el modelo de liquid learning: la metodología líquida incluye, además de sesiones en el aula, un sinfín de posibilidades basadas en las nuevas tecnologías digitales, tales como clases online síncronas, elementos asíncronos —como actividades con feedback o juegos de rol—, casos y materiales multimedia en web, simulaciones y Gaming; y, más recientemente, estamos incorporando experiencias de realidad virtual y el uso de mundos inmersivos para experiencias colaborativas. Este es solo un ejemplo de cómo se valida la apuesta por la presencialidad pero, al mismo tiempo, se complementa de manera eficiente con componentes online o digitales.