La constante guerra por realizar envíos en cada vez menos tiempo ya no agrega valor al proceso de comercio electrónico. En cambio, el e-fulfillment busca entender el comportamiento de compra para predecir gustos o futuras adquisiciones, para así personalizar la experiencia de compra del cliente —que va desde la gestión de la orden hasta la recepción del producto— y aumentar su fidelidad.