Nobuaki Kurumatani. (Reuters)
Nobuaki Kurumatani. (Reuters)

El presidente y CEO de Toshiba, Nobuaki Kurumatani, presentó su dimisión al frente del conglomerado tecnológico nipón tras quedar cuestionado su liderazgo por parte de los accionistas y mientras el grupo estudia una oferta para su adquisición.

La junta directiva aceptó la renuncia de Kurumatani en una reunión celebrada este miércoles, y nombró como sucesor a Satoshi Tsunakawa, otro alto ejecutivo de la empresa que había ocupado anteriormente su presidencia, según anunció Toshiba en un comunicado.

La salida de Kurumatani se produce después de que la semana pasada el propio presidente de la empresa confirmara que ésta había recibido una oferta del fondo de inversión británico para hacerse con el control del conglomerado nipón.

La oferta está valorada en más de 2 billones de yenes (unos 17,700 millones de euros o US$ 21,000 millones), y ha generado inquietud entre los accionistas de Toshiba debido a un posible conflicto de intereses, ya que Kurumatani ejerció anteriormente como responsable en Japón de las operaciones de CVC.

Kurumatani fue nombrado presidente de Toshiba en el 2018 y se convirtió en el primer máximo directivo del grupo en medio siglo que no había hecho carrera en esta empresa, sumida en un amplio proceso de reestructuración.

El pasado 18 de marzo, el liderazgo del hasta ahora CEO de Toshiba sufrió un duro golpe con la victoria lograda por un inversor activista en una junta extraordinaria de accionistas de la empresa para investigar la legitimidad de la reelección de Kurumatani para el cargo en el 2020.

El fondo Effissimo Capital Management, el mayor accionista de la corporación tecnológica japonesa con un 9.9% en su poder, logró respaldo de la junta para investigar las supuestas presiones ejercidas por la cúpula de la empresa para que Kurumatani siguiera en el poder.

ha protagonizado una sucesión de escándalos de contabilidad en los últimos años, que le valieron amonestaciones de los reguladores nipones, y sus problemas económicos le han llevado a deshacerse de su rama nuclear en Estados Unidos y de su filial de semiconductores, la más rentable del antaño gigante nipón.

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