Un desarrollador de energía renovable está enfrascado en una disputa legal con el mayor grupo energético de Chile en un caso que ilustra los desafíos para desarrollar energía verde en los mercados emergentes.
Golden Sun SpA, desarrollador eléctrico con sede en Santiago controlado por el empresario Félix Jaramillo, interpuso una demanda contra Enel Green Power Chile (EGP) ante el tribunal de libre competencia de la nación. El fallo se espera para el primer trimestre de 2024.
La demanda presentada en enero acusa a EGP, subsidiaria de Enel Chile S.A., de robar información confidencial, simular interés en una asociación y obligar a Golden Sun a abandonar un proyecto fotovoltaico. La empresa alega que EGP, que obtuvo los derechos para el proyecto, planea ahora postergarlo indefinidamente para distorsionar la oferta de energía y obtener beneficios a partir de mantener los precios de la energía altos.
Enel Chile declinó hacer comentarios sobre el caso. Sin embargo, la demanda de Golden Sun será seguida de cerca en Chile, ya que el país busca seguir aumentando su capacidad de energía renovable. También podría tener un impacto en la inflación.
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El Gobierno chileno ha mantenido congeladas las tarifas eléctricas mayoristas desde 2019, primero para calmar el malestar social y después para contrarrestar los efectos económicos de la pandemia. Las cuentas de electricidad deberían subir el próximo año y los legisladores estudian formas de evitar un fuerte aumento de los precios al consumidor.
La disputa de Golden Sun con EGP también se remonta a 2019. Ese año, Golden Sun obtuvo estudios de ingeniería y de impacto ambiental para un proyecto en Llanos de Chulo, una zona desértica y árida a unos 800 kilómetros al norte de la capital, en el desierto de Atacama. El plan consistía en construir un proyecto solar de 250 megavatios en 520 hectáreas de terrenos públicos.
Dado que Jaramillo y sus socios no contaban con la experiencia necesaria para desarrollarlo por sí solos, Golden Sun contactó a EGP para discutir una posible venta del proyecto o una empresa conjunta. La idea dependía de contar con el respaldo de Enel para obtener una licencia clave, denominada concesión de uso oneroso, del Gobierno chileno para desarrollar el proyecto, ya que estaba ubicado en terrenos fiscales.
Sin embargo, Golden Sun alega que, tras las conversaciones iniciales y la firma de acuerdos de confidencialidad y exclusividad, Enel “simuló interés” y, a sabiendas, paralizó las negociaciones sobre una posible adquisición, según una copia de la demanda publicada en el sitio web del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia de Chile. Al día siguiente de que venciera el plazo para solicitar la concesión, Jaramillo y sus socios se enteraron de que Enel se la había adjudicado.
Golden Sun sostiene que Enel le robó información para su propia oferta. El acuerdo de confidencialidad entre las empresas estipulaba que, si no lograban llegar a un acuerdo, Enel proporcionaría pruebas de que había destruido copias de la información confidencial, pero Golden Sun alega que no lo hizo.
En su demanda, Golden Sun también afirma que Enel hizo esto para bloquear el desarrollo del proyecto como una forma de controlar los precios mayoristas de la electricidad en Chile. Enel ha respondido que aún se encuentra dentro del plazo legal para desarrollar el proyecto.
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“Tenemos informes que estarían dando cuenta de que existe un interés de Enel de entrar en estos procesos de licitación y dilatar la ejecución de los proyectos, porque por esa vía se afecta el precio que finalmente tiene la energía eléctrica”, dijo Rodolfo Fuenzalida, socio del estudio de abogados Gamboa, Fuenzalida, Sanfeliú & Ugarte, que representa a Golden Sun. “Y eso tiene un beneficio económico para Enel Green Power”.
Los abogados de Enel discrepan. Golden Sun “intenta dar a una negociación frustrada el carácter de atentado a la libre competencia”, escribieron sus abogados, José Miguel Gana, Rubén Urrutia y Victoria Godoy, del despacho Gana & Urrutia Abogados, en un documento publicado en el sitio web del tribunal.
Chile tiene uno de los mercados de energía renovable más desarrollados de Sudamérica. Según BloombergNEF, la energía solar es actualmente la mayor tecnología de generación de energía del país por capacidad. La energía eólica y la solar juntas representan un tercio y constituyeron el 28% de la generación total en 2022, muy por encima de sus pares Argentina, Brasil y México, donde el promedio es del 13%.
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Sin embargo, esto no significa que todas las empresas de energía renovable estén ganando dinero. Un déficit de transmisión ha llevado a algunas empresas solares y eólicas a comprar otros tipos de energía —como el diésel— a terceros a precios más altos para cumplir con sus contratos de suministro.
Como consecuencia, varias empresas de energía renovable se han declarado en quiebra. La generadora de energía eólica Latin America Power está negociando la reestructuración de su deuda con sus acreedores, mientras que dos filiales locales de la irlandesa Mainstream Renewable Power Ltd. solicitaron protección contra acreedores. Y la española Acciona S.A. se encuentra entre los muchos generadores de energía que claman por una reforma del sistema de tarifas del país.
Jaramillo, por su parte, dijo que ha perdido mucho dinero como consecuencia de la disputa de Golden Sun con Enel. Su empresa ha gastado casi 500 millones de pesos (unos US$ 600,000) en estudios de viabilidad y otros gastos legales.
“Nuestra demanda busca que los actos de Enel Green Power tengan una sanción y que lo que nos pasó a nosotros no le vuelva a ocurrir a ningún competidor”, dijo Jaramillo en una entrevista.
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