De acuerdo a la Asociación de Productores de Uva de Mesa del Perú (Provid), en la campaña 2022 -2023, los envíos peruanos de esta fruta alcanzarán las 73 millones de cajas enviadas, lo que representará un crecimiento de alrededor de 13% con respecto a la campaña anterior.
En la lista figuran como dos de sus grandes proveedoras Piura e Ica, aunque en esta última región el cultivo de la uva de mesa empiece a restarle hectáreas a la uva pisquera, insumo primordial para la elaboración de la bebida bandera peruana.
Así lo informó el presidente de la Asociación de Productores Vitivinícolas de Ica (Aprovi), Manuel Bernales, quien aseguró que se trata de un fenómeno que todavía no han cuantificado, pero que se debe a la mayor eficiencia por hectárea de la uva de mesa frente a la pisquera y a sus mayores mercados de exportación.
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De ese modo, dijo que, por ejemplo, mientras una hectárea de uva de mesa rinde un aproximado de 60 mil kilogramos, una hectárea de uva pisquera solo otorga 30 mil kilogramos. Además, agregó que los precios de la uva de mesa son más rentables que las que se destinan para la uva pisquera, aunque prefirió no ahondar en el valor del fruto, pues, según dijo, es variable.
“Antes de la uva de mesa, la uva pisquera se comercializaba como de mesa. Para la casa se compraba uva Italia, Quebranta, Albilla, en cambio hoy se adquiere la red globe, Sweet Surprise y otras variedades”, anotó.
Al respecto, Bernales sostuvo que es importante que las autoridades pertinentes ejecuten los controles de calidad, sobre todo, en el pisco, pues hay muchas de estas bebidas que son adulterados con mosto de uva de mesa. “El pisco no tiene la misma calidad porque lo mezclan con otro tipo de uva”, agregó.
El pisco tiene un precio promedio de S/ 30 o S/ 35, mientras que las bebidas adulteradas o elaboradas a partir de insumos no adecuados llegan a costar incluso S/ 10, sostuvo el representante de Aprovi.
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Pérdidas
Bernales lamentó que los bloqueos de diciembre y los ocurridos la semana pasada estén impactando negativamente en la imagen de Ica como destino seguro para hacer turismo, lo que también perjudica a su sector, toda vez que el 80% de las ventas que realizan los empresarios del rubro son en la localidad y provienen de los viajeros que llegan a la región sureña.
Aprovi cuenta con 62 asociados dedicados a la elaboración de vino y pisco, de los cuales cerca de 10 son bodegas que realizan enoturismo, lo que implica una oferta más amplia de servicios de cara al turista, que también incluye gastronomía.
“La gente teme que nuevamente cierren las carreteras y puedan ser víctimas de violencia. Por ello, prefieren irse a otros destinos y dejan de lado Ica. Y tampoco se trata de que desbloquean las vías e inmediatamente regresan los viajeros, porque la mala imagen ya queda”, añadió.
Todo este escenario ocurre a solo a menos de dos meses de efectuarse el Festival Internacional de la Vendimia de Ica (FIVI), que tras cuatro años, se volverá a realizar de manera presencial. Las actividades culturales, de espectáculos y otros que rescatan la tradición iqueña iniciarán el 3 de marzo y se prolongarán hasta el 13 del mismo mes.
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