Implicada en numerosos accidentes, la empresa de vehículos autónomos Cruise anunció una interrupción temporal de sus operaciones, pocos días después de la decisión de las autoridades californianas de suspender su permiso para operar coches sin conductor.
La filial del gigante estadounidense General Motors (GM) informó en un mensaje en la plataforma X (antes Twitter) el jueves por la noche que interrumpirá por un tiempo sus operaciones sin conductores.
“Lo más importante para nosotros en este momento es tomar medidas para restaurar la confianza del público. Eso incluye examinarnos detenidamente a nosotros mismos y cómo trabajamos en Cruise, incluso si eso significa hacer cosas incómodas o difíciles”, dijo la compañía.
“Hemos decidido suspender proactivamente las operaciones sin conductor de todas nuestras flotas mientras nos tomamos el tiempo para revisar nuestros procesos, sistemas y herramientas, y considerar cómo podemos operar mejor de manera de garantizarnos el apoyo y la confianza del público”, añadió Cruise.
Según su sitio web, la empresa ofreció viajes en vehículos autónomos en varios centros urbanos: San Francisco, en California, Houston y Austin en Texas y Phoenix en Arizona.
El martes, la Agencia de Vehículos Motorizados de California (DMV) notificó a Cruise que suspendería sus permisos para el despliegue de vehículos autónomos y pruebas sin conductor, “con efecto inmediato”.
Posteriormente, mencionó en un comunicado de prensa la existencia de un “riesgo irrazonable para la seguridad pública”, sin dar una fecha límite de duración de la suspensión.
“La DMV ha proporcionado a Cruise los pasos necesarios para solicitar el restablecimiento de sus licencias suspendidas, que no aprobará hasta que la compañía haya completado las condiciones requeridas a satisfacción del departamento”, dice el comunicado de la autoridad.
A principios de este mes, en San Francisco, un coche de Cruise sin conductor atropelló a una peatona que acababa de ser atropellada por otro vehículo con conductor. La víctima fue hospitalizada en estado crítico.
Cargados de cámaras y lidars (láseres de detección), los taxis eléctricos autónomos de Waymo (Google) y Cruise operan en San Francisco desde el año pasado, provocando intensos debates sobre los avances que aportan y los riesgos que presentan.
En agosto, la Agencia de Transporte de California concedió permiso a las dos empresas para ampliar sus servicios pagos en la ciudad.
Sin embargo, poco después las autoridades de carreteras pidieron a Cruise que redujera a la mitad su flota en San Francisco (50 automóviles activos durante el día y 150 por la noche), mientras investigaban dos colisiones, incluida una con un camión de bomberos.
La decisión de Cruise de suspender sus operaciones sin conductor no está relacionada con “ningún nuevo incidente en la carretera y las operaciones supervisadas continuarán”, indicó la empresa en su mensaje en X.
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