El empresario multimillonario Elon Musk mantuvo a los inversionistas en la incertidumbre este fin de semana, al publicar un críptico tuit con la palabra “tender”, una posible referencia a una potencial oferta de compra a los accionistas de Twitter inc. por el control de la empresa.
La persona más rica del mundo causó revuelo la semana pasada después de que presentó una propuesta de US$ 43,000 millones en la que ofrecía US$ 54.20 por acción por la red social, lo que llevó a Twitter a adoptar el viernes la llamada cláusula “píldora venenosa” para dificultar que Musk o un grupo de inversionistas adquieran más acciones.
Si los directores de Twitter finalmente lo rechazan, el mundo podría saber si Musk realmente estaba amenazando con apelar directamente a los accionistas o si acababa de agregar el éxito de Elvis Presley de 1956 “Love Me Tender” a su lista de reproducción.
Musk podría intentar asociarse con inversionistas que incluyen a Oracle Corp., dado que su cofundador Larry Ellison está en el directorio de Tesla Inc., junto con un grupo de firmas de capital privado entre las que se encuentra Thoma Bravo, escribieron el viernes los analistas de Bloomberg Intelligence Mandeep Singh y Ashley Kim. Esa asociación podría elevar la oferta a US$ 50,000 millones, escribieron.
Una adquisición está lejos de ser algo seguro, incluso sin la cláusula “píldora venenosa” y las tácticas defensivas del directorio de la compañía. Musk dijo en una conferencia TED el 14 de abril que “no está seguro” de si realmente podrá adquirir la compañía y agregó que tiene un plan de respaldo, sin ofrecer detalles.
Durante el fin de semana, Musk dijo que los intereses económicos de la junta directiva de Twitter no están alineados con los de los accionistas. Respondía a un tuit sobre las participaciones accionarias de los miembros de la junta, diciendo que con la salida del fundador de Twitter, Jack Dorsey, la junta “colectivamente casi no posee acciones”. Anteriormente había tuiteado que la junta corre el riesgo de responsabilidad si actúa en contra de los accionistas.
Dorsey, que seguirá en el directorio de la compañía hasta fines de este año, también dio el inusual paso de criticar a sus directivos en la plataforma. “Ha sido sistemáticamente la disfunción de la empresa”, escribió Dorsey sobre el directorio de Twitter.
Con todos los ojos puestos en la batalla por Twitter, los bancos de Wall Street están tomando partido. Twitter contrató a Goldman Sachs Group Inc. y a JPMorgan Chase & Co., el cual ha discutido previamente con Musk sobre la valoración de cientos de millones de dólares en títulos de Tesla. Morgan Stanley está asesorando Musk.
Las acciones de Twitter han subido alrededor de un 15% desde que Musk reveló una participación del 9.2% en la empresa el 4 de abril, pero, a US$ 45.08 al 14 de abril, están muy lejos del precio de su oferta, lo que refleja las dudas de que se concrete un acuerdo.
Tesla ha caído un 9.2% en el mismo periodo, mientras sus inversionistas se enfrentan a la posibilidad de que su director ejecutivo se distraiga con otra empresa pública o con un proyecto que le apasione.
El fabricante de vehículos eléctricos también está bajo presión en China, donde su enorme fábrica de automóviles de Shanghái lleva semanas cerrada por las medidas para contener el COVID-19 en la región.
Esta semana, Tesla presentará sus resultados del primer trimestre, tras haber registrado un récord de entregas en los tres primeros meses del año. Los analistas estiman ingresos de unos US$ 17,800 millones y una ganancia ajustada de US$ 2.27 por acción.
“La próxima fase de crecimiento de Tesla depende principalmente de la eliminación de las limitaciones de capacidad en Europa a medida que la fábrica de Berlín comienza las entregas”, escribieron la semana pasada los analistas de Bloomberg Intelligence Kevin Tynan y Andreas Krohn. “El ritmo de adopción y la competencia subsiguiente, dado un entorno regulatorio y de subsidios gubernamentales más intenso, aumenta la urgencia de construir placas de gran volumen en el extranjero”.