El Complejo Metalúrgico de La Oroya (CMLO), ubicado en los andes peruanos, ha reiniciado sus operaciones después de 13 años de paralización, tras un proceso de liquidación y ahora en manos de los acreedores laborales agrupados en la empresa Metalúrgica Business Perú SAA (MBP), informó este miércoles el Ministerio de Energía y Minas en un comunicado.
“Cuando en 2015, antes de recibir la representación del Gobierno, me enteré de la situación del CMLO, tuve la intuición de que la única solución practicable era que el complejo pase a los trabajadores. Espero, sinceramente, que este reinicio sea una muestra que también se puede hacer gran empresa desde abajo”, declaró el viceministro de Energía, Jaime Chávez, en la ceremonia de inauguración.
El complejo metalúrgico se encuentra en la provincia de Yauli, en el departamento de Junín, en el centro del país, y estaba en manos de Doe Run, pero en 2009 paralizó sus operaciones al aducir que no tenía suficientes recursos, tras ser acusada por las autoridades peruanas de incumplir con sus compromisos ambientales.
Trece años después, Chávez saludó a los integrantes de la empresa Metalúrgica Business Perú SAA, administradora actual de la refinería y sus 1.270 extrabajadores accionistas, “por hacer realidad este largo anhelo y los exhortó a convertir el CMLO en uno de los más importantes centros tecnológicos metalúrgicos del país”.
“No queda más que felicitarlos y que esto sea un factor de progreso para La Oroya y toda la sierra central y un significativo grano de arena en el resurgimiento de la economía en nuestro país”, agregó.
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Por su parte, el presidente del Directorio de MBP, Luis Castillo, indicó que las actividades metalúrgicas del CMLO se realizarán “con respeto irrestricto al medio ambiente, a los derechos laborales y con la participación activa con las 21 comunidades ubicadas en la zona de influencia”.
“No festejamos que somos empresarios, festejamos el logro de un largo esfuerzo de 13 años y, además, nuestro primer año de funcionamiento como empresa Metalúrgica Business Perú”, dijo Castillo al añadir que esta apertura “es un hito en la historia del país”.
Bajo el lema, “Empresa de los trabajadores, para los trabajadores y la población”, los operarios recorrieron las instalaciones del complejo y pusieron en funcionamiento las calderas del remodelado circuito de zinc.
Tras la paralización de las operaciones de esta infraestructura en 2009, en abril de 2012 la minera fue declarada por sus acreedores en proceso de “liquidación en marcha”, ante la imposibilidad de aprobar el plan de reestructuración que presentó para volver a operar en el complejo metalúrgico de La Oroya.
La Corte Superior de Justicia de Lima determinó en agosto de 2014 que la empresa debía pagar al Estado peruano US$ 163 millones por no haber construido una planta de ácido sulfúrico y el circuito de cobre en el complejo metalúrgico de La Oroya.
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