Tras la caída de las acciones de Netflix a su punto más bajo en cinco años, la empresa corre el riesgo de perder su recurso más valioso: sus empleados estrella.
Trabajar en Netflix ha sido uno de los empleos más codiciados en Hollywood, si no en todo el sector corporativo de Estados Unidos. La empresa es una de las marcas más apreciadas, paga bien y ofrece la oportunidad de trabajar con las personas que cambiaron la forma en que vemos televisión.
Pero una baja récord en el precio de las acciones de Netflix, precipitada por sus malos resultados financieros, ha sacudido la confianza de los empleados en la trayectoria a largo plazo de la empresa. También ha borrado el valor de las opciones de muchos empleados. Las personas que tenían decenas o cientos de miles de dólares se quedaron sin nada.
Más que nunca, una mayor cantidad de personas buscan dejar Netflix, dijeron empleados actuales y antiguos la semana pasada. Netflix ha defendido durante mucho tiempo que su cultura es el secreto de su éxito.
El cofundador Reed Hastings y su copresidente ejecutivo, Ted Sarandos, han lidiado con la dificultad de preservar la cultura mientras la empresa se amplía. Netflix creció de unos 2,000 empleados a finales del 2013 a más de 11,000 a finales del año pasado.
La mayoría de esos nuevos empleados venían de Hollywood y del extranjero, donde las culturas corporativas son muy diferentes a las de Silicon Valley. La inclinación de Netflix por el debate abierto no siempre se interpretaba bien.
Este desafío solo será más difícil ahora que la compañía está en modo de reducción de costos. Los líderes estarán aún más presionados para cumplir y menos dispuestos a dar a sus subordinados la libertad de cometer errores. Netflix ha indicado que no contratará a tanta gente y que controlará de cerca los gastos. Esta es una empresa en la que se suponía que se podía gastar lo que se creyera necesario.
Netflix ya está reestructurando equipos en su departamento de ingeniería para crear niveles júnior, sénior, etc. Muchos empleados ven esto como un esfuerzo por reducir costos. Netflix siempre ha sido una organización bastante plana. Hay líderes en los rangos más altos, pero muchas de las personas en los equipos están al mismo nivel.
La compañía no enmarcó el cambio de esta manera. Afirmó que era para ayudar al avance profesional de las personas.
Ambas opciones pueden ser ciertas. Cuando Netflix estaba comenzando, no contrataba empleados de bajo nivel. Simplemente contrataba estrellas y les pagaba el doble o el triple de lo que recibirían en otros lugares. Netflix ahora es lo suficientemente grande como para necesitar un nivel júnior, y la creación de este nivel también le permite tener ciertos trabajadores con salarios más bajos.
Netflix aún ofrece la oportunidad de ganar mucho dinero en la cadena de televisión más grande del mundo. No se está derrumbando. Es casi tan grande como Disney+ y HBO Max juntos. Pero Netflix se sintió invencible. Ahora que la compañía se enfoca en administrar los costos (y copiar a sus pares), Netflix se siente cada vez más como una corporación común y corriente.
La empresa sabe que su cultura está bajo presión. Incluso antes de sus recientes problemas de suscriptores, los líderes habían comenzado un proyecto para reescribir el famoso memorándum cultural.
Responder al mayor desafío interno y externo de la empresa en una década requerirá que Hastings permanezca activo. Aparentemente, había allanado el camino para la sucesión cuando nombró a Sarandos codirector ejecutivo y a Greg Peters como director de operaciones. Hastings dijo que no se iría a ninguna parte, pero muchos de sus empleados sénior creían que renunciaría al control del día a día en los próximos dos años.
Cuesta imaginar que la junta quiera que eso suceda en este momento.