Desde abril último, Comunal observa un progresivo retorno a los espacios de trabajo colaborativo o “co-working”. Así, sus indicadores van en camino a recuperarse, impulsando a la empresa a retomar su expansión, pero con al menos tres cambios en el negocio.
Su co-fundador y CEO, Ernesto De Olazával, afirmó que la facturación de la empresa -cuyo mayor inversionista es el Grupo Wiese- en octubre superó en 15% el registro del 2019. A fin de año, espera que esa tasa suba a 20%.
Por su parte, la ocupación de sus 14 sedes en Lima, distribuidas en Miraflores, Barranco, San Isidro, Magdalena y Surco, apunta a cerrar en 80% a diciembre, duplicando así lo visto en el peor momento de la pandemia.
En CADE 2022, señaló a Gestión que el precio por m2 supera en 30% al registro más bajo del periodo de emergencia sanitaria, en camino a su recuperación total.
Al respecto, Sandro Vidal, gerente de Consultoría e Investigación de Colliers International, destacó que los precios de alquiler de los espacios de “co-working” han empezado a mejorar en los últimos meses. Sin embargo, el promedio del último trimestre todavía es menor a años previos.
En detalle, el precio mensual por escritorio flexible (no exclusivo) para una persona y del espacio dedicado (exclusivo) está 10% y 2% por debajo del 2021, cuando éste se cotizaba en S/ 477 y S/ 625, respectivamente. Frente al 2019, esos precios también son menores, pero las variaciones son distintas por empresa y zonas.
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Retoma expansión
Consultado por la expansión de las sedes de co-working, Dé Olazával afirmó que la mejora de los indicadores les permite retomar este proceso. Así, en septiembre último abrieron un espacio en Miraflores, el cual ya tiene una ocupación de 80%.
Antes de cerrar el 2022, el ejecutivo planea incorporar dos locaciones más en Lima. Si bien prefirió mantener en reserva las ubicaciones, mencionó que seguirán enfocándose en las zonas empresariales más consolidadas, por el momento.
“El foco en la pandemia fue aguantar el negocio y buscar salud de la operación, luego fue retomar nuestros indicadores como ocupación y facturación, y ahora estamos en la fase de retomar el crecimiento”, anotó.
Y en Ciudad de México, adelantó que anunciarán en los próximos días su tercera sede.
Contratos más flexibles
En esta nueva fase de expansión, De Olazával sostuvo que el negocio está marcado por al menos tres cambios en la operación. En los contratos, explicó que han adoptado esquemas con pagos mensuales que permiten ampliar o reducir la demanda de m2.
Asimismo, el consumo de espacios también ha cambiado, pues ahora se contrata una posición para dos colaboradores, cuando antes era un escritorio para cada uno. “Las empresas se están organizando para enviar equipos de trabajo por días, por el formato híbrido que están adoptando”, anotó.
En la relación con los propietarios de oficinas, mencionó que Comunal ha pasado de ser un inquilino tradicional -que paga una renta fija- a un “socio”. En consecuencia, las ganancias por los ingresos se reparten entre ambas partes.
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Más allá de las zonas empresariales
Si bien Comunal seguirá enfocando su operación en Lima en las zonas empresariales consolidadas en el primer semestre del 2023, también irá observando oportunidades fuera de estos lugares, de cara a un nuevo ciclo de inversiones.
“En caso algún piloto funcione, en el segundo semestre del 2023 estaríamos haciendo proyectos en otras zonas y regiones”, adelantó.
Y fuera del Perú, afirmó que el objetivo es expandirse en América Latina, con la mira a largo plazo en Colombia, Chile y Brasil. Sin embargo, el paso más próximo será consolidar un crecimiento orgánico en México, replicando lo realizado en Lima.
Inventario total cae el 2022, pero se recuperaría el 2023
En Lima, alrededor del 85% de los metros cuadrados (m2) de espacios de “co-working” están en manos de siete empresas (de un total cercano a 40). En conjunto, tienen 87,000 m2, lo cual representa una disminución del 22% frente al 2021, según Colliers International.
Sobre tal variación, Vidal explicó que uno de los jugadores del segmento cerró ciertas ubicaciones con el objetivo de reenfocar el negocio en la actual coyuntura, pero no para retirarse del mercado. En el 2023, estimó que se sumarían más de 20,000 m2 de este tipo de oficinas.
En esta recuperación del inventario, destacó la apuesta de las empresas por sedes “satélite” fuera de las zonas corporativas, para captar una masa de usuarios que volverán a oficinas, pero esperan ser designados a lugares más cercanos a sus domicilios. Las nuevas zonas son Barranco, Surquillo, Callao, San Luis y Lince.
Nuevos clientes
Para Vidal, la expectativa de recuperación en la demanda y precios de los “co-working” también responde a la incorporación de nuevos clientes que migrarían desde una oficina tradicional a estos espacios colaborativos.
A la fecha, refirió que empresas de márketing, servicios diversos, tecnología y áreas de ventas vienen pasando de una oficina convencional a un “co-working, pues la naturaleza de estas actividades lo permite.