Este año, las juntas generales de accionistas, a realizarse en las próximas semanas, no solo revisarán y aprobarán los estados financieros de sus compañías, sino que, además, evaluarán decisiones importantes frente a un escenario de pandemia y de incertidumbre electoral.
“El proceso electoral hará que las empresas dejen algunas decisiones para más adelante, incluso podría darse un periodo de parálisis en el que no se tomarán decisiones hasta que las cosas estén más claras, lo cual podría ser después de una segunda vuelta”, señaló a Gestión el consultor y director de empresas, Marco Antonio Zaldívar.
Si algún candidato antisistema despunta en las encuestas causará preocupación en las compañías, que buscarán proteger sus activos, acotó.
Stand by
Asimismo, las operaciones de fusión, adquisición o liquidación de empresas, que aumentaron en los últimos meses, se están suspendiendo o avanzan lentamente a la espera de los resultados electorales, expresó Carlos Arata, socio de Rubio Leguía Normand.
Si bien algunas decisiones de inversión se dejarán en stand by, a la espera de que se despeje la incertidumbre, las más consolidadas continuarán en ejecución y no se frenarán por este proceso, refirió Alejandro Gómez Saba, presidente de la Asociación Peruana de Finanzas (APEF).
Liquidez
En tanto, Beatriz Boza, socia de EY, sostuvo que la preocupación por la liquidez y el uso de recursos será un punto a ser abordado en las juntas. Es una inquietud de la gerencia y el directorio por al año tan difícil que está afectando las utilidades y el bolsillo de los accionistas, refirió.
El objetivo es que el directorio funcione bien, sea deliberante, comprometido y capacitado, que garantice igualdad de trato a los accionistas y ofrezca debida información con una estrategia que cuide la gestión integral de riesgo de la empresa, aseveró Boza.
Los entrevistados señalaron que se dará prioridad a la búsqueda de nuevos perfiles de dirección para la empresa.
Experiencia
Así, se espera el nombramiento de más directores con experiencia en manejo de crisis, pues es diferente dirigir una empresa boyante a una que pasa por un momento muy difícil, en el que se deben tomar decisiones cruciales, sostuvo Arata.
Para Gómez, las compañías se enfocarán en directores con perfil financiero estratégico, con una mirada de contrapeso, racional y de largo plazo, distinta a la emocional y entusiasta de un director tradicional.
Los expertos coinciden en que los directores entrantes deberán estar sesgados a la innovación y digitalización para adaptarse con mayor facilidad al nuevo escenario.
Apuesta
La mayoría de empresas evaluará, además de la entrega de dividendos, el aumento o reducción de capital. “La decisión de incrementar el capital ahora es una apuesta, como cuando uno va al casino y sigue apostando para recuperar lo invertido, pero puede ser que la situación no mejore y no solo pierda lo primero sino todo”, aseveró Zaldívar. Asimismo, Arata consideró que si la firma generó ganancias, probablemente optará por guardarlas como utilidad acumulada para repartirla luego o las capitalizará.
Preparándose para posibles fusiones y adquisiciones
“La fusión, adquisición o liquidación de una empresa suele analizarse en las juntas solo cuando el proceso ha avanzado mucho o va a consolidarse, pero esta vez puede haber una discusión sobre estar preparados para seguir un camino u otro”, manifestó el consultor Marco Antonio Zaldívar.
Si se presentan oportunidades de crecimiento -inorgánico- para la compañía con un costo financiero muy bajo, se deberán aprovechar, sostuvo.
Asimismo, comentó que empresas familiares están buscando directores terceros o independientes, alineados con los intereses de la empresa, más experimentados y que puedan ofrecer un enfoque distinto.
Otras compañías con esa estructura organizacional están acelerando los cambios generacionales y prefiriendo gente algo más joven tanto en la dirección como en la plana gerencial, y con visión a futuro, refirió el consultor y director de empresas.