
El cierre tributario de 2025 marca un periodo crucial para las empresas, que deben alistar sus cuentas y reportes con orden y previsión para cumplir adecuadamente con sus obligaciones fiscales. Más que un trámite contable, este proceso representa una oportunidad para detectar inconsistencias, optimizar la carga fiscal y evitar sanciones de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat).
El abogado tributarista Octavio Salazar enfatizó que el cierre fiscal no debe verse como un procedimiento mecánico, sino como una revisión integral de la gestión financiera.
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“El cierre no es solo contabilidad ni derecho tributario, es demostrar que cada gasto tiene una razón de negocio, un sustento documental y un registro oportuno”, explicó. Para el especialista, las empresas deben concentrarse en tres pilares: coherencia contable, sustento documental y oportunidad en las deducciones tributarias.
Errores frecuentes y gastos sensibles
Entre los errores más frecuentes detectados por la administración tributaria figuran los gastos sin respaldo, los ingresos omitidos y las diferencias entre la contabilidad y las declaraciones tributarias. Estos fallos, advierte Salazar, pueden generar reparos automáticos debido al cruce digital de información que realiza la Sunat.
Los gastos de representación, viáticos, asesorías y vehículos figuran entre los gastos más cuestionados. El abogado explicó que esto se debe a que la autoridad tributaria exige demostrar su necesidad, razonabilidad y vinculación directa con la actividad empresarial.
Salazar recomendó a las micro y pequeñas empresas a trabajar en orden y anticipación. “Si el especialista llega en marzo, ya es tarde. Las Mypes deben cerrar mes a mes, guardar comprobantes y usar correctamente sus medios de pago”, advirtió.
Otro aspecto clave es la conciliación contable y tributaria. Si los saldos no coinciden, la Sunat puede presumir errores y aplicar sanciones. “Es la piedra angular del cierre. Si los saldos contables no coinciden con los tributarios, la Sunat asumirá que hay error; y, si hay error, se aplicarán multas o reparos”, puntualizó.
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Finalmente, el especialista resaltó la importancia de incorporar la planificación tributaria como parte de la estrategia empresarial. “Planificar no es evadir, es anticipar. Una empresa ordenada gana rentabilidad, atrae inversión y evita sanciones”, concluyó.







