Carlos E. Paredes, ex presidente de Petroperú, analiza la situación de la actividad petrolera en la Amazonía
Tras los actos de sabotaje al oleoducto del año pasado y la reciente toma de instalaciones petroleras en la selva ¿considera usted que esta actividad se ha vuelto inviable?
No, para nada. La industria petrolera y Petroperú están pagando las consecuencias de la ausencia de Estado en esta región. Los peruanos de las comunidades reclaman la provisión de servicios básicos por parte del Estado. Espero que los recientes anuncios respecto al Plan de Cierre de Brechas constituyan un hito que permita establecer un nuevo “contrato social” y la paz y el orden requeridos para explotar este recurso, mientras tenga valor en el mercado.
Las empresas petroleras, incluyendo a Petroperú, no pueden terminar siendo chivos expiatorios en todo esto. Lo vimos el mes pasado en el caso del Lote 95 y con la toma de instalaciones del oleoducto. Es crucial restablecer el orden y la producción, sino todos perdemos especialmente los peruanos de la Amazonía.
La producción petrolera del país viene cayendo desde hace muchos años. ¿Qué factores han determinado que hayamos llegado a esta situación?
El incremento de la tensión social de los últimos años ha desincentivado que las empresas sigan invirtiendo, especialmente a largo plazo. Asimismo, muchas de las regalías parecen excesivas y algunos contratos de concesión están por vencer. Revertir la situación requiere enfrentar todos estos problemas. Es hora de dar mensajes claros: no podemos desperdiciar los recursos que la naturaleza nos otorgó. La única forma de sacar de la situación de pobreza y pobreza extrema a muchos peruanos de esta región, es restaurando el orden y promoviendo la inversión privada.
¿Dónde está la mayor cuota de responsabilidad por la situación actual? ¿En el Estado, en las empresas operadoras, en los grupos violentistas que azuzan a la población?
Principalmente en el Estado (sus tres niveles tienen algo de responsabilidad), dado que su rol esencial es proveer servicios públicos básicos a la población más vulnerable, incluyendo servicios de agua, salud, educación, orden público y justicia. Urge desarrollar proyectos de alto impacto en el corto plazo. Se puede hacer y entiendo que se está caminando en esa dirección.
Además de la carencia de capital humano de calidad en los organismos gubernamentales, cabe resaltar que muchos de los municipios en los que operan empresas petroleras no se ven directamente beneficiados por el canon y sobrecanon petrolero.
El DS sobre cierre de brechas ya ha sido anunciado, pero pareciera que no hay un plan detallado, con montos y cronogramas de inversión, responsabilidades de ejecución. ¿Por dónde y cómo empezar?
No se puede esperar a tener el plan perfecto. Hay que acordar grandes lineamientos, desarrollar expedientes técnicos –pues sin estos no se hace nada– y ponerse a ejecutar. Luego, iremos haciendo camino al andar.
Cambiando de tema, ¿con los nuevos retrasos, producto de la pandemia, y la caída del precio del crudo, la rentabilidad de la refinería de Talara podrá lograrse algún día?
El PMRT siempre ha tenido una rentabilidad baja. Como mencioné reiteradamente, este proyecto le ha restado mucho valor a Petroperú. No se debió hacer, así de simple. Sin embargo, en el 2019, ya no había marcha atrás: había que terminarlo de la manera más eficiente posible. Los nuevos e inevitables retrasos a causa de la pandemia generan más sobrecostos y reducen aún más la magra rentabilidad del proyecto. Solo queda seguir esforzándose por terminar el proyecto cuanto antes y propiciar la entrada de capital privado a la empresa para asegurar que, en el futuro, las decisiones de inversión pasen por un adecuado análisis de costo-beneficio.
¿Qué se necesita para lograr la sostenibilidad y la seguridad en las operaciones del Oleoducto Nor Peruano)?
El ONP es un Activo Crítico Nacional, por lo tanto, es necesario promover el respeto de la ley y el orden con el apoyo de las instituciones del Estado responsables de esta función (las fuerzas del orden y el Ministerio Público).
No obstante, dado que la economía del ONP también depende de las operaciones de los productores de la zona, es necesario que estos también puedan trabajar en un contexto de orden y respeto por la ley y la propiedad privada.
Durante su gestión se dio inicio a un proceso importante por la integridad y la lucha anticorrupción en Petroperú, vemos que esto sigue generando resistencias en las personas afectadas dentro de la empresa. ¿Cómo asegurar la continuidad de este esfuerzo?
No hay otro camino más que la convicción propia y que la administración cuente con el respaldo del Ejecutivo. No se debe socavar los esfuerzos de aquellos que buscan combatir este flagelo que afecta a muchas de nuestras instituciones.
El gran sobreendeudamiento de Petroperú hace prácticamente imposible lograr el concurso de un inversionista privado en el accionariado de la empresa. ¿Qué hacer ahora?
Nunca es tarde para rectificar errores. Resulta indispensable incorporar capital privado a Petroperú, la ley lo prevé. Y para esto, primero debe reducirse el sobreendeudamiento. Sin aporte de capital del Estado no habrá mayores cambios y prolongaremos la agonía.
Mucho se habla de la modernización de Petroperú, ¿el futuro de la empresa está, por ejemplo, en las energías renovables? ¿Por dónde empezar ese camino?
Las grandes empresas petroleras del mundo están caminando hacia energías renovables. El futuro está allí. De aquí a 30 o 40 años, la industria del petróleo estará en franco declive. Una empresa no puede ir de espaldas al futuro. Petroperú puede jugar un rol muy importante en acelerar este proceso en nuestro país –de la mano con la empresa privada–, promoviendo diversos proyectos a su alcance. Espero que de aquí a algunos años Petroperú se haya convertido en Enerperú…