La industria de derivados de cannabis para uso medicinal enfrenta un problema que podría poner en riesgo su desarrollo: el mercado ilegal. Según calcula Andrés Vázquez, presidente del laboratorio Cann Farm, apenas el 5% de los productos comercializados en Perú provienen de empresas legales que cumplen lo dispuesto por el marco normativo.
Vázquez indica que los derivados de cannabis solo pueden venderse con receta médica y en boticas o farmacias autorizadas por los reguladores. “Además, la ley impide hacer publicidad de productos que se venden con receta médica. Solo se pueden realizar anuncios de lanzamiento”, agrega.
Los productos ilegales, indica, no cumplen con la normativa y se comercializan sin ninguna regulación, incluso a través de apps de delivery, portales de comercio electrónico y redes sociales.
“Las empresas e individuos que lo hacen son responsables, pero considero que son más responsables las autoridades que no fiscalizan las normas que emiten”, afirma.
Además, los productos ilegales no necesariamente son más baratos que los comercializados de manera formal.
Para el presidente de Cann Farm, el mercado ilegal de derivados de cannabis representa una amenaza a la industria local, pues afecta la competitividad que podría desarrollarse en un país con tantas ventajas para el cultivo de cannabis, como es el Perú.
Vázquez explica que la competitividad se ve golpeada porque no se genera una masa crítica de usuarios en el mercado legal, lo que podría desincentivar otros proyectos para la producción de derivados de cannabis a nivel local.
Hasta el momento, Digemid ha otorgado dos licencias de producción: una para Cann Farm (con cultivo) y otra para Laboratorio Ravettino (sin cultivo). Existen cerca de 50 droguerías con licencia para importar y comercializar derivados de cannabis al por mayor y varias decenas de farmacias ya cuentan con licencia para vender estos productos.
“Sería una pena que, por el mercado ilegal, algunos proyectos de producción local hayan decidido echarse para atrás con sus inversiones”, reflexiona Vázquez.
Producción
Cann Farm concluyó en enero su primer cultivo de cannabis, que también es el primero de tipo legal realizado en el Perú.
“Hemos identificado una serie de aspectos por mejorar en cuanto a los cultivos, pero las genéticas (semillas) funcionaron bien. Esta primera campaña solo probamos CBD (cannabidiol) y CBG (cannabigerol). Aún tenemos que probar las genéticas con alta concentración de THC (Tetrahidrocannabinol)”, indica Andrés Vázquez.
El presidente del laboratorio añade que es posible que la primera producción de derivados de cannabis de la empresa se realice durante el segundo semestre de este año.
Cann Farm también importa derivados de cannabis para comercializar en farmacias, tanto fórmulas magistrales como productos terminados. En este último caso, el laboratorio es el titular del registro sanitario del producto denominado Epifractán, que se ofrece en 40 puntos de venta con licencia (locales de Farmacia Universal, QF Farmacia Magistral, Botica Vanttive, Boticas Homeopáticas del Perú, Cannabis & Co. e Inkafarma)
La empresa también ganó una licitación del Ministerio de Salud para suministrar de derivados de cannabis a la farmacia de Digemid.