Madre de Dios es una de las tres zonas productoras de castaña amazónica en el mundo. Pero los efectos del cambio climático -como hoy lo es el ciclón Yaku- está afectando su cosecha, generando incertidumbre entre las familias que viven de este cultivo. Al menos 600 recolectores trabajan de la mano de Bosques Amazónicos (BAM), empresa que destinará este año recursos, tras su quinta emisión de papeles comerciales de casi US$ 5 millones, a un proyecto que predice el comportamiento de la floración y producción de la fruta exótica para garantizar la comercialización.
Para financiar estas iniciativas, el proyecto de reforestación y conservación de bosques emitirá nuevos papeles comerciales -ya ha hecho cuatro emisiones antes hasta por US$ 27 millones-; cuyos recursos también se destinará a otras iniciativas que ejecutará este 2023: incrementará su área de conservación en 20,000 nuevas hectáreas, ubicadas en Madre de Dios y Ucayali; y un proyecto de producción permanente de bosques en 400,000 hectáreas que pertenecen a comunidades indígenas en Loreto. El convenio lo firmaron con la Cámara Comercial Indígena.
“Si bien al año nosotros generamos un poco más de 2.5 millones de créditos de carbono (a través de la conservación de un total de 500,000 hectáreas, de las cuales más de 19,000 son de la empresa), con la incorporación de estos dos proyectos lograremos generar 5 millones de créditos anuales a partir del 2024″, dijo Jorge Cantuarias, CEO de BAM, en diálogo con gestion.pe
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Una ‘buena noticia’ que les permitirá, según sus cálculos, lograr ingresos por venta de bonos de carbono por más de US$ 40 millones, considerando que el valor de cada crédito ya llega a los US$ 10 (en 2021 fue de US$ 3,5).
Cabe indicar que, al cierre del 2022, las ventas de la empresa se duplicaron con respecto al 2021, pasando de los US$ 17 millones a US$ 35.1 millones. “Para este 2023, esperamos no bajar los US$ 30 millones”, sostuvo el empresario.
Para el año en curso, la empresa tiene 2.7 millones de créditos de carbono en stock y sumaría 6 millones más una vez que culmine su proceso de verificación de los años 2021 y 2022. “Esperamos el visto bueno del Ministerio del Ambiente para que, de manera directa, podamos acceder a la certificación de los nuevos bonos y colocarlos en el mercado”, anotó.
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BAM opera en el país desde el 2007 y se dedica al desarrollo y comercialización de servicios medioambientales, entre ellos la forestación y reforestación de bosques, con la finalidad de capturar naturalmente en ellos dióxido de carbono y así obtener derechos asociados a reducciones de emisiones verificadas de carbono, bonos de carbono, para posteriormente negociarlos y comercializarlos en los mercados internacionales para ser tranzados.
A diciembre del 2022, según informa en sus Estados Financieros, culminó los trabajos de la primera etapa de un vivero construido con fines de preparación de plantas para siembra como shihuahuaco y marupa, principalmente. La inversión total fue de US$ 522,230, de los cuales US$ 492,933 forma parte de las instalaciones y US$ 22,297 de los equipos diversos.
Además, el año pasado BAM adquirió predios a terceros en la región Huánuco, los cuales representaron una adición en el rubro de terrenos de 311 hectáreas a un precio total de US$ 240,103.
¿Quiénes compran bonos de carbono?
En el caso de BAM, el 95% de sus compradores de bonos son empresas internacionales y, el resto (5%), nacionales. Asimismo, el 40% los vende la empresa directamente a compañías multinacionales como British Petroleum, el 40% se comercializa a través de brokers especializados y un 20% por las plataformas de internet.
“Las grandes usualmente se acercan directamente a nosotros, son de los sectores de transporte aéreo, marítimo, patroleras, entre otras”, anotó.
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Por otro lado, en su línea de negocio de madera, la compañía, que es propietaria de 16,694 hectáreas de tierras contiguas tituladas en Campo Verde, Ucayali, donde mantiene plantaciones por 992 ha de especies nativas (principalmente Marupa y Shihuahuaco) empezará a cosechar y comercializar en el 2026.