Es un instrumento muy extraño, técnicamente un bono perpetuo de Vale SA que paga cuando la producción de mineral del gigante minero brasileño alcanza ciertos umbrales. Y durante años, pocos en São Paulo parecieron notarlo mientras los precios estuvieron atascados en solo unos centavos con un bajo volumen de cotización.
Pero los inversionistas están dando una nueva mirada a las notas y los precios se están disparando. El atractivo es que, si bien los bonos se venden en moneda local, el pago se basa en los ingresos en dólares de Vale. Eso significa que los valores de la compañía de grado de inversión pagarán un rendimiento en dólares de aproximadamente 10% este año, una cifra casi inaudita en un mundo donde los bancos centrales globales han hecho todo lo posible para mantener bajas las tasas de interés.
Ahora, una nueva oferta de bonos está a punto de llegar al mercado secundario, aumentando la liquidez y brindando la oportunidad de participar a nuevos inversionistas justo cuando los precios de los metales industriales parecen estar en la cúspide de un nuevo superciclo. El Gobierno de Brasil y el banco estatal de desarrollo BNDES, que poseen aproximadamente 55% del monto por pagar, planean vender su participación el próximo mes, por un valor de aproximadamente 12.900 millones de reales (US$ 2,240 millones) a precios actuales. Es parte de un plan de vender activos estatales liderado por el ministro de Economía, Paulo Guedes.
“Las notas son muy atractivas en este momento”, dijo Ulisses de Oliveira, administrador de fondos de Quasar International Cap Mgmt Ltd., con sede São Paulo “La venta de BNDES aporta liquidez al comercio”.
Los valores ahora alcanzan casi los 60 reales después de duplicarse con creces en los últimos 12 meses, según datos compilados por Anbima, la asociación de mercados de capitales del país.
Las notas se emitieron con un valor nominal de 0.01 reales cada una en 1997, justo antes de la privatización de Vale, y los propietarios recibieron una por cada acción de capital que tenían. La idea era que los inversionistas fueran recompensados directamente a medida que Vale aumentara la producción, y obtendrían pagos inesperados en años en que la producción y los precios de los metales fueran particularmente sólidos.
Las notas no tienen un cupón fijo y, en cambio, pagan a los tenedores un dividendo equivalente a 1.8% de los ingresos netos de algunas ventas de mineral de hierro y 2.5% de los ingresos netos de cobre y oro después de que se cumplan ciertos umbrales de producción, algunos de los cuales están vinculados al lugar donde se extrae el mineral. Los ingresos se calculan en dólares y luego se convierten en reales para las distribuciones a los inversionistas.
Si bien no se han alcanzado los umbrales de producción en la región que abarca el sur de Brasil, después de que una ruptura mortal de una represa en Minas Gerais redujera la producción, solo la región norte está proporcionando a los tenedores de bonos rendimientos atractivos, según Oliveira.
En octubre del año pasado, Vale pagó 1.27 reales por nota en dividendos. El primer pago de este año será por 2.76 reales el 1 de abril, y Oliveira estima un pago de al menos 3 reales en octubre, lo que proporcionaría un rendimiento en dólares de 9.6%, con un precio de 60 reales por el instrumento.
Ese es un nivel extraordinario si se considera que los bonos en el extranjero a más largo plazo de Vale, con vencimiento en más de 20 años, rinden solo un 4.2%. Las notas perpetuas también pagan más de tres veces el rendimiento promedio en dólares de 2.8% para las empresas de mercados emergentes calificadas en el segmento BBB, según datos compilado por Bloomberg.
Con un aumento en los volúmenes de producción en las minas de Vale en el norte de Brasil y considerando el aumento de 80% en los futuros de mineral de hierro durante el año pasado, los valores representan un gran valor, según Jorge Junqueira, socio de la firma de gestión de activos Gauss Capital Gestora de Recursos Ltda., que posee notas.
“Esas notas son muy peculiares, y hace algún tiempo había una falta total de conocimiento de esos activos, incluso de parte de algunos de los principales analistas de capital de Vale”, dijo. “Con el dólar a este nivel, este activo es muy interesante para los inversionistas”.
Por supuesto, los pagos a los tenedores de notas son dolorosos para la compañía con sede en Río de Janeiro. El director financiero, Luciano Siani Pires, dijo en una conferencia telefónica con analistas en octubre que Vale planeaba recomprar los valores en algún momento, una perspectiva que preocupa a los tenedores de bonos ya que podría reducir la liquidez.
En una junta de tenedores de bonos el 19 de marzo, el Gobierno y BNDES votaron mediante su participación mayoritaria a favor de cambiar las cláusulas de los valores para que Vale pueda recomprarlos, sin pagar ninguna compensación a los tenedores de bonos. Oliveira y Junqueira dicen que votaron en contra la propuesta y ahora que fue aprobada están considerando opciones legales para tratar de revertir la decisión.
En una respuesta enviada por correo electrónico a Bloomberg, Vale dijo que las recompras no son una prioridad por ahora y que haría una oferta “transparente y pública” si decide recomprar los bonos en el futuro. Dijo que las regulaciones del mercado de capitales prohíben a la compañía ofertar por los bonos que venderán el Gobierno y BNDES el próximo mes, y tampoco permiten que Vale compre los valores lentamente en el mercado secundario, lo que niega las especulaciones de que lo esté haciendo.
BNDES, también con sede en Río de Janeiro, instruyó en septiembre a los bancos para organizar la venta y se realizarán presentaciones a los inversionistas del 30 de marzo al 9 de abril.
“Si Vale quiere recomprar los bonos, tendrán que presentar una propuesta muy atractiva”, dijo Oliveira.