Trabajadores en las fábricas de Boeing Co. abandonaron sus puestos de trabajo por primera vez en 16 años después de que los miembros de su mayor sindicato votaran abrumadoramente a favor de rechazar una oferta salarial y declararse en huelga.
Los miembros de la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales, o IAM por sus siglas en inglés, el cual representa a 33,000 empleados de Boeing en la costa oeste de Estados Unidos, dejaron de trabajar a medianoche del viernes. Cientos de trabajadores formaron piquetes en la fábrica de Renton, a las afueras de Seattle, que fabrica el avión más vendido de Boeing, el 737 Max.
Las acciones de Boeing caían hasta un 3.9% en el premercado el viernes. Acumulan una baja de un 38% este año tras la crisis desencadenada por el desprendimiento de un panel de un 737 en pleno vuelo en enero.
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Los maquinistas votaron en un 94.6% a favor de rechazar la oferta de Boeing y en un 96% a favor de una huelga. Aunque ambas partes han expresado su deseo de volver a la mesa de negociación, la medida es otro dolor de cabeza para Boeing. La empresa ha sido golpeada por problemas de calidad tras la casi catástrofe de principios de año, la cual provocó investigaciones, disgustos entre sus clientes y una reorganización de la plana ejecutiva.
“Esto ha tardado mucho en llegar, nuestros miembros han hablado alto y claro esta noche”, dijo Jon Holden, presidente del distrito 751 del IAM, ante una sala abarrotada de miembros del sindicato y medios de comunicación. “Está claro que había aspectos de este acuerdo que no eran suficientemente buenos”. Para cuando terminó de hablar, los cánticos de “huelga, huelga” eran ensordecedores.
Seattle, sede histórica de Boeing, sigue siendo su mayor centro de fabricación. Además de los 737, la compañía fabrica los modelos 777 y 767 en sus instalaciones de Everett, al norte de la ciudad.
Holden añadió que la oferta de Boeing no compensaba 16 años de estancamiento salarial, el aumento de los costos de la salud y la relocalización de miles de empleos sindicales. “Hay mucho en juego aquí para nuestros miembros, así que estoy orgulloso de ellos”, dijo. “Y vamos a volver a la mesa lo antes posible”.
Boeing dijo en un comunicado que sigue “comprometida a restablecer nuestra relación con nuestros empleados y el sindicato, y estamos dispuestos a volver a la mesa para llegar a un nuevo acuerdo”.
Al declararse en huelga, los miembros del sindicato ignoraron llamados del nuevo director ejecutivo de Boeing, Kelly Ortberg, quien ha prometido restablecer las relaciones laborales. Y desoyeron la recomendación de sus propios dirigentes sindicales de que aceptaran condiciones que incluían un aumento salarial garantizado del 25% en cuatro años.
Aunque se trata de la mayor subida salarial de este tipo jamás ofrecida por el fabricante de aviones, los trabajadores habían esperado un aumento mucho mayor. Tampoco les gustó que la empresa tratara de eliminar un bono anual.
Boeing se encuentra en una situación financiera difícil desde que el accidente del 5 de enero sacó a la luz las deficiencias en sus fábricas y obligó al fabricante de aviones a reducir la producción. Como resultado, la empresa ha estado perdiendo efectivo y su calificación crediticia está un escalón por encima del grado especulativo, ya que tiene que hacer frente a una pesada carga de deuda de US$ 45,000 millones.
Cai von Rumohr, analista de TD Cowen, calcula que un paro de 50 días, en línea con huelgas anteriores, recortaría entre US$ 3,000 y US$ 3,500 millones del flujo de caja de Boeing.
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En riesgo de perder grado de inversión
Boeing Co. corre el riesgo de perder la calificación de grado de inversión, ya que el fabricante de aviones se enfrenta a la posibilidad de una huelga prolongada que perjudicaría aún más la producción y el flujo de caja.
Moody’s Ratings ha mantenido la calificación crediticia de la deuda no garantizada de Boeing en “Baa3″ desde abril. La agencia calificadora informó este viernes en un comunicado que está revisando las calificaciones para una posible rebaja y que “evaluará la duración de la huelga y su impacto en el flujo de caja y la posible captación de capital que pueda emprender Boeing para reforzar su liquidez”.
Boeing ha estado luchando por mantener la calificación de grado de inversión, una misión que ahora se ha complicado con la huelga que convocaron anoche los trabajadores. La empresa tiene una deuda neta de más de US$ 45,000 millones y ha estado perdiendo liquidez después de verse obligada a reducir la producción tras un accidente casi catastrófico en enero.
El descenso a la categoría “basura” aumentaría los costos de endeudamiento de Boeing en un momento en que lucha por recuperar sus operaciones comerciales y de defensa. Boeing también ha estado perdiendo dinero en algunos contratos de defensa, y su negocio espacial se ha visto afectado por retrasos y excesos de costos. Según Moody’s, la empresa tiene US$ 4,000 millones en deuda que vence en 2025 y US$ 8,000 millones que vence en 2026.
La rebaja a categoría “basura” tiene otras consecuencias financieras, como, por ejemplo, un menor número de inversionistas dispuestos a comprar la deuda de la empresa. Dos agencias calificadoras de riesgo deben rebajar la nota de una empresa a grado especulativo para que su deuda abandone el índice de grado de inversión y deje de considerarse de alta calificación.
El director financiero de Boeing, Brian West, declaró el viernes a los analistas en una conferencia de Morgan Stanley que la empresa estudiará las medidas necesarias para reforzar su balance. El fabricante de aviones está evaluando su estructura de capital para asegurar que pueda cumplir con el próximo vencimiento de deuda en los próximos 18 meses, indicó.
“Seguimos comprometidos a gestionar el balance con prudencia”, señaló West en una conferencia. “Queremos dar prioridad a la calificación crediticia de grado de inversión”.
Unos 33,000 trabajadores de las principales plantas de Boeing en el área de Seattle votaron anoche a favor de rechazar un nuevo acuerdo laboral y declararse en huelga. Boeing ha dicho que está dispuesta a volver a la mesa de negociación, después de ofrecer un aumento salarial del 25% junto con otros beneficios. Se desconoce la duración y el impacto de la huelga, pero la directiva del sindicato también se ha mostrado dispuesta a reanudar las conversaciones.
Fitch Ratings también informó el viernes que la calificación de grado de inversión de Boeing tiene “un margen limitado para una huelga”. Al igual que Moody’s, Fitch sitúa a Boeing en el nivel más bajo por encima del grado especulativo. Lo mismo ocurre con Standard & Poor’s, que califica a Boeing con “BBB-”.
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