En el mundo y el Perú, el proyecto Corani (Puno) de Bear Creek Mining es el mayor desarrollo greenfield (nuevo) de plata rumbo a construcción. En medio de una ausencia de nuevas inversiones en la minería local, el reciente anuncio de inicio de obras para septiembre de este 2024 despertó optimismo en el mercado; sin embargo, demoras administrativas impedirían cumplir el plazo estimado. Pese a ello, la empresa canadiense mantiene la apuesta por esta iniciativa y realizaría una revisión de la inversión definida, señaló su gerente general, Andrés Franco, en entrevista con Gestión. Conozca los detalles.
¿Cómo va el proyecto Corani?
Hemos estado realizando estudios y algunas actividades, pero también muy enfocados en lo social. Más allá de generar una expectativa de empleo (1,500 a 2,000 personas en el pico de construcción; y entre 450 y 500 trabajadores para la operación), deseamos que las personas tengan una posibilidad que no esté asociada a la minería.
¿De qué manera?
Podemos tomar las ventajas comparativas del entorno para un desarrollo conjunto con la minería y aplicaciones de la tecnología a su realidad. Es ver cómo esta riqueza puede colaborar, si podemos unir la plata con la alpaca en un solo negocio con potencial de desarrollo y logramos fusionar la plata con fibras de alpaca en prendas. En medias, por ejemplo, con diferentes propiedades. La plata destruye las bacterias.
Trabajamos para desarrollar esta tecnología, creamos dos centros de investigación científica para desarrollar una serie de cosas. Tenemos 108 iniciativas en general. Hicimos pruebas y encontramos que el ichu tiene una gran cantidad de pulpa, se pueden hacer papeles y empezamos a hacer los primeros domos de ichu para albergar a las personas.
¿Cuántos años ya llevan en la zona?
Iniciamos esto el 2000. El 2010 empezamos los estudios de impacto ambiental porque ya teníamos las reservas, el 2013 obtuvimos el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), y el 2018/2019 obtuvimos el permiso de construcción, en la peor época. Empezamos el diseño de ingeniería de detalle y vino la pandemia, los proveedores no querían garantizar nada, paralizamos por completo el 2020.
El proyecto está demorando…
Lo que pasa es que tenemos que transitar procesos administrativos por 265 instituciones del Estado y son 407 normas para obtener permisos. No es nada sencillo. Es todo un esquema complejo. El 2023 pensamos empezar con fuerza y las protestas que se dieron fueron más en el sur, en Puno. Entonces prácticamente el 2023 no avanzamos nada.
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¿Y este 2024?
El 2024 sí hemos iniciado algunos procesos como, por ejemplo, los permisos de disponibilidad hídrica para el campamento. Ya teníamos el permiso, pero nos dan por dos años o un año y hay que renovar cada año. Estamos pidiendo la renovación desde el año pasado y hasta hoy no la otorgan por errores de tipo administrativo del Estado. Si el proyecto no avanza como debe ser es por el proceso administrativo que no nos está ayudando.
Habían adelantado que la construcción empezaría en septiembre…
Cuando tengamos toda la documentación, revisaremos la inversión definida el 2019 (US$579 millones). Se ha dado un cambio por inflación, hay que volver a sacar las cuentas y para eso hay que tener los permisos. Igual tenemos nivel de flexibilidad de 20%, el proyecto puede llegar a US$ 700 millones.
Así, ¿esperan cumplir la expectativa de inicio de obras?
La disponibilidad hídrica la teníamos aprobada hasta agosto del año pasado. Empezamos (a pedir la renovación) en ese mes y esperamos que iba a demorar hasta septiembre (del año pasado) para comenzar a construir en septiembre de este año. Estamos abril y no la tenemos. Es muy difícil decir una fecha porque es incierto, tenemos que hacer algunos ITS (instrumentos técnicos) menores para unos cambios que se harán. Ya presentamos algunos y los tiempos tampoco son los que uno espera. El Senace (Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles) es bastante complicado.
No podemos decir una fecha (de inicio). La inestabilidad política que hay genera cierta expectativa no muy favorable. Sin embargo, mantenemos el interés. México tiene 7,300 toneladas de plata al año, luego esta China con 3,600 t y después Peru con 3,300 t. Nosotros vamos a producir aproximadamente 543 toneladas. Si le aumentas eso, automáticamente nos vamos convertir en el segundo productor. En expectativas estamos bien, los ingresos y canon minero para Puno serán extraordinarios.
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Corani: reservas, producción y capital
¿Las reservas y la vida útil han ido cambiando?
Las reservas de plata son 229 millones de onzas, y están confirmadas. En plomo tenemos 1.3 millones de t de reservas y 768,000 t en zinc. Las perspectivas no han cambiado, lo que hemos mejorado es la producción. Inicialmente teníamos 12 millones o 13 millones de onzas, ahora son 16.7 millones de onzas al año en los tres primeros años, en plomo aproximadamente 57,000 t al año y en zinc 47,000 t al año los primeros años, ahí si se han dado algunas modificaciones para la mejora del flujo y recuperación de inversión.
¿Ven potencial para una mayor vida útil?
Hasta ahora, es el máximo periodo definido (15 años), hay perspectivas de desarrollar otro tipo de minerales en la zona. En algún momento se ha visto en el lugar litio, potasio, otro tipo de minerales, como el cobre, pero falta hacer más exploración.
¿El proyecto ya está financiado ?
Hay un monto definido que se dio en un momento dado. Hoy, mientras no tengamos los permisos, no sabemos si será ese el monto. Hay gente que puede aportar, pero no sabes el monto total. La idea es que el monto final no se salga mucho de la suma original.
¿La producción futura está comprometida o hay acuerdos de regalías?
Estamos en eso, se maneja a nivel de Canadá, hay acuerdos que no se pueden adelantar. Hay cosas que se están haciendo, Puno es una zona con mucho interés. La disponibilidad de reservas nos respalda. El precio de la plata no ha ido como esperábamos (mínimo de US$30 o US$35 la onza, ahora está US$22) y, por lo tanto, no es tan sencilla la búsqueda, pero el interés sí existe, es el proyecto de plata más grande del mundo.
Pareciera que el país se enfoca en generar mayores normas para regular aún más, y cada vez que ocurre eso nos genera mayores dificultades. Esas cosas no ayudan. Hasta ahora vamos invirtiendo cerca de US$ 210 millones, en trámites, estudios, reservas, temas sociales.
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Más allá de Corani
En Perú, ¿tienen otras exploraciones o concesiones?
Tenemos algunas joint ventures que queremos trabajar, estamos en ese proceso, no puedo dar mayores detales al respecto, pero sí hay otros proyectos que queremos realizar en Perú y otros países. Ahora ya estamos en México, tenemos la mina Mercedes. Hay otras ideas que esperamos que se hagan realidad.
¿Siempre reafirmándose como productores de plata?
Ahora nuestro interés mayor es plata, pero no estamos dejando de lado otros minerales porque en Corani tenemos plomo. Lo que puede darse como perspectiva es pórfidos de cobre, en la zona son bastante significativos y podemos dar un cambio de acuerdo a cómo se den las cosas. Es una opción que se verá en el futuro, ahora no hay nada, pero como perspectiva sí.
¿Hay algunas negociaciones maduras para joint ventures?
Están en fases bastante iniciales, lo primero que había que hacer es traer a vulcanólogos que analicen la zona como tal. Hemos venido estudiando a detalle para saber la historia y el potencial y enfocar mejor los recursos. Hacer 10 perforaciones te sale US$2 millones o US$3 millones. Nosotros hemos hecho cerca de 600 perforaciones para definir las reservas. Ahora en cobre estamos con indicios, pero hay que hacer más actividades.
¿Buscarían proyectos geológicamente similares a Corani?
Hay una mayor apertura a inversiones en minería no solo en Perú, sino en el mundo entero.
¿Qué aspectos impulsarán la demanda de plata en el futuro?
La lucha médica contra las super bacterias. La plata tiene posibilidad de ser usada en partes de las baterías, en mayores elementos de circuitos eléctricos, es el mayor conductor. En perspectiva, la demanda es positiva, en el cobre también.
En tanto, tras el conflicto en el proyecto Santa Ana (que terminó con un arbitraje), dejaron totalmente esa iniciativa?
Sí, no tenemos nada que ver con el proyecto.
FICHA BIOGRÁFICA:
Nombre: Andrés Franco Longhi.
Cargo: vicepresidente y gerente general de Bear Creek Mining.
Nacionalidad: peruana.
Profesión: licenciado en administración con especializaciones en economía, física, biología y química.
Trayectoria: en diferentes sectores como energía, construcción, pesca y puertos. Finalmente, con 12 años en el sector minero.
Hobby: la investigación científica.
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Bachiller en Comunicación Social (Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Trabajé en radio y prensa escrita y, desde el 2013, soy redactor de la sección de Negocios del Diario Gestión.