La llegada del Fenómeno de El Niño (FEN) global -y los estragos que dejaría en Perú- parece cada vez más inminente. El Gobierno de Dina Boluarte declaró en emergencia 18 regiones con la intención de facilitar la toma de decisiones respecto a este evento climatológico que calentará las aguas del litoral peruano.
Sin embargo, el Barómetro de CEO, estudio que Gestión elabora junto a Ipsos mes a mes, es claro: existe un pesimismo inmenso en el empresariado nacional sobre el manejo que pueda tener el Estado para ello. La opinión de gerentes del sector avícola, agroexportaciones y aéreo así lo confirman.
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Poca fe
Los resultados de esta nueva edición del estudio son contundentes. Frente a la consulta de si el Gobierno está preparado para enfrentar el golpe del FEN, el 99% de los 156 CEO encuestados señalaron que perciben a la administración de Boluarte “poco preparada” o “nada preparada”.
Además, consultados por el golpe particular de los desastres naturales que el fenómeno pueda acarrear para sus negocios, 51% de los CEO encuestados respondieron que serán muy afectados o afectados.
“En nuestro caso, todo va a depender de cuánto incremente la temperatura del verano. En general, siempre afecta la productividad de la crianza tradicional de nuestras gallinas. Si hay mucho calor ponen menos huevos, pero consumen lo mismo en alimento”, explica Pedro José de Zavala, gerente general de La Calera a este diario.
El ejecutivo indica que el FEN afectaría los resultados de sus granjas en los primeros dos trimestres del 2024 y podrían subir los precios de sus productos. “El promedio en enero era S/ 6 el kilogramo (15 huevos). Ahora está más o menos S/ 9. Después de dos años malos, el sector está bastante complicado”, agrega.
En Aeropuertos Andinos del Perú (AAP) comparten la preocupación. “Tenemos que prepararnos todos, tanto Gobierno como nosotros. La idea es que el impacto sea lo menos grave. Tenemos tiempo para hacerlo. Esa es una ventaja comparada con lo que ocurrió a inicios de año”, dice Raúl Díaz, CEO de la empresa, recordando que las protestas en enero afectaron la infraestructura de sus operaciones en Arequipa, Ayacucho y Juliaca.
Con ese ‘mal trago’ previo, y sin esperanzarse totalmente en lo que pueda hacer el Gobierno, en AAP ya están tomando medidas en sus aeropuertos para contener al FEN.
“Estamos coordinando con todos los proveedores y locatarios, los que están en el aeropuerto, para que no tengan problemas logísticos si ocurre un impacto fuerte. Eso significa que las tiendas sigan llenas, seguir ofreciendo toda la comida. Estamos pensando en los pasajeros que también pueden ver afectados sus ingresos”, asegura Díaz a Gestión.
También están haciendo pruebas en los sistemas eléctricos de sus cinco aeropuertos concesionados. “A veces los cortes de luz que se dan por lluvias o tormentas pueden generar cortocircuitos. La idea es mantener el nivel de servicio porque si llegas a un aeropuerto con todo cerrado no tiene mucho sentido”, explica el gerente.
Agricultura desesperanzada
En la agricultura, la expectativa sobre lo que pueda ejecutar el Gobierno es prácticamente nula. “Desde el FEN pasado hasta ahora no se ha hecho absolutamente nada. Siguen los puentes baileys, no los definitivos. Las protecciones necesarias no se hicieron y el presupuesto no se usó. No es sorpresa esa respuesta”, dice Jorge Ramírez, gerente general de Netafim y ex CEO de Camposol.
El ejecutivo de la empresa agroexportadora considera que la declaratoria de emergencia es reactiva, mas no preventiva. El impacto del FEN en su sector reduciría la productividad hacia fin de año y afectaría la campaña de productos como la palta en 2024. “La planta no manda la señal de reproducción que necesita. Al no hacerlo, las cosechas serán mínimas”, detalla Ramírez.
“Nuestro negocio, que es atender al agro, está más golpeado que nadie. Las inundaciones fueron una cereza más en el pastel. Ya cargábamos los bajos precios de exportación de la campaña pasada, costos altos de fertilizantes que subieron con la guerra Rusia Ucrania. Luego las revueltas de diciembre que evitaron que la fruta saliera del sur. Todo eso se perdió”, recuerda el CEO de Netafim.
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