Los alcistas del cobre obtendrán bastante de los últimos resultados de Antofagasta Plc, puesto que el productor chileno lidia con varios de los desafíos clave del lado de la oferta para satisfacer el crecimiento de la demanda impulsado por la transición energética.
Como ha sido la tónica esta temporada de resultados, Antofagasta reportó una caída más pronunciada de lo esperado en las ganancia en medio de precios más bajos, reveses en la producción y presiones de costo.
Más allá de la inflación en toda la industria en energía y otros insumos mineros, la empresa controlada por la familia más rica de Chile también está soportando caídas en la calidad del mineral y restricciones de agua en una región afectada por la sequía.
Pero quizás la cifra más importante fue un aumento del presupuesto de US$ 1,000 millones para construir una planta de procesamiento, cuya aprobación también se retrasará varios meses. Esa es una señal preocupante para los productores, especialmente cuando las demandas ambientales y sociales crecen a medida que algunos Gobiernos, incluido el de Chile, quieren elevar los impuestos para abordar mejor las desigualdades.
El presidente ejecutivo de Antofagasta, Iván Arriagada, dijo el jueves en una llamada con analistas que los planes para aumentar la carga tributaria total en Chile a más del 50% desde el 40% actual, haría que las inversiones fueran “mucho más desafiantes”. Los comentarios moderados de Arriagada contrastan con los de su homólogo de Barrick Gold Corp., Mark Bristow, que a principio de esta semana dijo que el proyecto de ley de impuestos en su forma actual “destruye la industria del cobre”.
Si el aumento del presupuesto de Antofagasta es una señal, entonces la inflación que afecta a la industria del cobre también presenta un desafío para las inversiones necesarias para ayudar a llenar un vacío de suministro del metal para cableado a medida que aumenta la demanda producto de un proceso de electrificación incipiente para reemplazar los combustibles fósiles.
Si las interrupciones de la cadena de suministro global que elevan los costos y los plazos para expandir la producción generan más retrasos en los proyectos o incluso cancelaciones, los suministros seguirán siendo escasos y los precios de los metales obtendrán un impulso a mediano plazo, escribe el analista de Bloomberg Intelligence Grant Sporre.
En un estudio publicado el mes pasado, S&P global advirtió sobre un déficit de cobre “sin precedentes e insostenible” en la próxima década, ya que los proveedores se enfrentan a un escenario en el que la demanda casi se duplicará para el 2035.