Apenas el 30% de los peruanos cuenta con estudios de educación superior, según el Grupo Educación al Futuro. Dicha realidad, junto con el avance tecnológico para aprender a distancia que inició durante la pandemia, ha impulsado el crecimiento de los programas educativos para personas que trabajan. Hoy, hay más de 15 universidades que se dirigen a este público, la mayoría privadas.
En los últimos dos años, la inversión de las compañías en la capacitación de su personal se ha incrementado en 80%, según ManpowerGroup. Las universidades y las empresas especializadas en el desarrollo de habilidades blandas son sus principales aliados.
“Si antes una empresa destinaba, por ejemplo, S/ 10,000 en capacitación al año, ahora desembolsa S/ 18,000. Destinan mayores recursos en capacitación porque si no se encuentran las habilidades y los conocimientos (que un puesto necesita), lo que queda es desarrollarlos desde la compañía”, explica el gerente comercial de ManpowerGroup, Daniel Galdos.
El ejecutivo asegura que hacia el 2024 la inversión de las empresas en capacitación se podría hasta duplicar con respecto a este año.
Además de los programas de maestría, posgrado y diplomados “a medida” (según los requerimientos de cada empresa), hay una alta demanda por cursos de actualización, que son más cortos y muchas veces son dictados por gigantes como Google o Microsoft.
El aumento en la demanda por programas de posgrado y maestría se debe también a que quienes los culminan pueden aumentar sus ingresos en hasta 60%, según Eva Asensio, vicedecana de la Facultad de Empresa y Comunicación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
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Lo que dicen las universidades
La vicerrectora de Desarrollo y Aprendizaje Digital de la Universidad Continental, Emma Barrios Ipenza, afirma que las propuestas educativas dirigidas a personas que trabajan han permitido que la institución se expanda fuera de Huánuco, donde empezó. Hoy tiene presencia en Arequipa, Cuzco y Lima.
“El crecimiento en número de alumnos se debe principalmente a que las personas están en continúo proceso de reconversión. Aquellos con carrera técnica necesitan ascender, por lo que se deciden por (estudiar) carreras de Ingeniería mientras laboran. La educación continua se está viendo como una necesidad ante las nuevas tendencias del mercado”, apunta.
La Universidad Continental lanzó la primera carrera de Administración y Gestión Pública a distancia para gente que trabaja. En pandemia, ganó una licitación para capacitar a todos los directores de los institutos tecnológicos. “Esta es un área que viene creciendo”, señala Barrios. El número de procesos en los que la universidad participó para capacitaciones “a medida” en el sector público aumentó en 20%.
Vanessa Vargas, directora de la Escuela de Postgrado de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), señala que, en general, el mayor apetito por la capacitación se refleja en el aumento de en más de 60% del número de alumnos con respecto al 2022. Revela, además, que las empresas públicas son las que más se inclinan por los programas in house.
Hacia el 2024, la USIL aumentará la oferta de programas de educación continua y educación ejecutiva. “Nuestra oferta en programas de educación ejecutiva ha crecido en 200% en relación al año pasado. Además, al primer semestre, ya han pasado por este programa la misma cantidad de alumnos que en todo el 2022. Al cierre del 2023 se proyecta duplicar el número de alumnos que se obtuvo el año pasado”, puntualiza.
Eduardo Mantilla, director académico de la Dirección de Profesionalización de Adultos (DPA) de la Universidad ESAN, detalla que los programas para gente que trabaja han tenido un crecimiento anual promedio de 10%.
“La demanda se ha venido recuperando ya que, con la pandemia, muchos estudiantes postergaron sus estudios. El 60% de los nuevos ingresos es de personas con estudios técnicos previos, mientras que un 40% no tiene estudios previos”, comenta.
Mantilla destaca el mayor interés de las empresas por capacitar a su personal y cree que este irá en aumento en los próximos meses. “Hemos recibido ya tres solicitudes de empresas privadas con interés de financiar parte o la totalidad de la capacitación de su personal. El interés por capacitación del sector privado se está reactivando tras la pandemia”, apunta.
Hacia dónde van
El futuro de los programas para gente que trabaja va de la mano con la innovación y el desarrollo digital, así como de actividades de liderazgo (con enfoque en management) y capacidades blandas, que es lo que más demandan las empresas que apuestan por la capacitación de su personal.
“Los programas para gente que trabaja forma líderes capaces de innovar dentro de las organizaciones y que puedan gestionar sus propios negocios”, resalta Mantilla, de ESAN. Muchos de los estudiantes que culminan los programas para adultos llevan luego una maestría.
Debido a la alta demanda de los programas para personas que trabajan, Mantilla adelanta que ESAN agregará tres nuevas carreras relacionadas a la Administración y el Marketing en el 2024. También permitirá estudiar de forma semipresencial, modalidad que muchos estudiantes de provincias valoran.
Vargas, de USIL, sostiene que el futuro de los programas y cursos especializados, específicamente relacionados a la tecnología, es cada vez más prometedor por la necesidad de contar con líderes con conocimientos actualizados.
Además, Ipenza, de la Universidad Continental, recalca el valor de la innovación en los programas de educación para adultos para que los profesionales puedan adaptarse a las necesidades laborales a cualquier edad.
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