Aumenta la presión sobre los administradores de fondos de inversión catalogados como ASG (ambiental, social y de gobernanza corporativa) para que demuestren que son sinceros con los clientes sobre lo que están vendiendo.
La tensión se intensificó la semana pasada cuando la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos y BaFin, el regulador financiero de Alemania, iniciaron una investigación sobre las acusaciones de que el brazo de gestión de activos del Grupo DWS de Deutsche Bank AG había estado declarando erróneamente las credenciales ambientales, y posiblemente sociales, de algunos de sus productos de inversión catalogados como ASG.
Los reguladores han señalado que la revisión se encuentra en etapa inicial y DWS ha rechazado las acusaciones respecto de que sobreestimó activos ASG.
Desde entonces, los investigadores han planteado preguntas sobre las credenciales de los administradores de dinero que afirman que están comercializando fondos diseñados para abordar la crisis climática y la injusticia social.
Una organización sin fines de lucro con sede en Londres llamada InfluenceMap dijo que más de la mitad de los fondos con temática ambiental no está a la altura de los objetivos del Acuerdo de París. Christiana Figueres, exsecretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, dijo que los fondos soberanos del mundo estarán en el lado equivocado de la historia si se aferran a estrategias que no reconocen la rapidez con la que el planeta se está calentando.
Figueres no acusó a los fondos patrimoniales de hacer un lavado verde, pero lamentó lo que calificó como el fracaso de la industria en adoptar estrategias que se comprometan con una huella de carbono más baja.
El momento en que se realizan estos comentarios es preocupante para una industria que ha crecido explosivamente a US$35 billones en activos y cuando hay muchos administradores de dinero apostando a que los inversionistas seguirán invirtiendo más dinero en fondos que se comercializan bajo la premisa de que se adhieren a los mejores principios ambientales, sociales y de gobernanza.
No obstante, la realidad es bastante diferente. InfluenceMap descubrió que el 55% de los fondos comercializados como bajos en carbono, libres de combustibles fósiles y de energía verde exageraban sus credenciales ambientales, y más del 70% de los fondos que prometían objetivos ASG no alcanzaron sus metas.
La SEC formó un grupo de trabajo en marzo con el objetivo de investigar posibles conductas indebidas relacionadas con las declaraciones de sostenibilidad de las empresas. Gary Gensler, quien asumió el control de la agencia en abril, dijo que su personal está trabajando en una regla para impulsar las revelaciones climáticas por parte de los emisores de acciones, y que el regulador sigue centrado en los temas ASG.
En un informe reciente, la Alianza Global de Inversiones Sostenibles eliminó US$ 2 billones del mercado europeo para inversiones sostenibles después de que la Unión Europea introdujera en marzo normas contra el lavado verde.
Todavía no hay requisitos similares en Estados Unidos, por lo que no está claro cuántos fondos ASG ecológicos hay realmente. A fines del 2020, los activos sostenibles totalizaban alrededor de US$ 12 billones en Europa, en comparación con cerca de US$ 17 billones en Estados Unidos.
Dada la contracción observada en Europa, la cifra de Estados Unidos podría experimentar una reducción similar cuando se aplique un mayor rigor regulatorio.