(G de Gestión) La productividad laboral (medida a partir del PBI y el número de trabajadores ocupados) en términos reales avanzó apenas 0.16% en el 2022 respecto del 2019, según el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima (CCL). El Estudio de Productividad de Empresas Peruanas 2023, realizado por Aurys Consulting, identifica qué medidas tomaron las compañías más productivas en el periodo 2019-2022 y las acciones que priorizarán para este año.
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De 198 empresas analizadas (con ventas superiores a los US$ 30,000,000 y que muestran variaciones no mayores al 100%, según información pública disponible para los años 2019, 2020 y 2021) pertenecientes al ranking de las top 500 de la economía peruana, el 56% tuvo un desempeño exitoso en productividad; es decir, en crecimiento tanto de ventas como de utilidad neta. De estas, 49 mostraron desempeños por encima de la mediana. El estudio las denomina “top performers”.
¿Cómo lo lograron?
En base a la información analizada y tomando como referencia los resultados del 2019, las top performers experimentaron un incremento del 6% en sus ratios de productividad (total, operacional, laboral y del overhead). El componente que impulsó el aumento fue la proactividad laboral; es decir, la relación entre las ventas y los costos laborales (operaciones, gastos administrativos y de ventas) del personal total. El mayor uso de la tecnología, el trabajo remoto, incentivos económicos asociados a las ventas o el alineamiento organizacional para tomar acción sobre objetivos específicos explicarían el avance, según Aurys Consulting.
Por otro lado, la productividad operacional (relación entre las ventas y los costos operacionales) tuvo un desempeño por debajo de la productividad total (relación entre ventas y costos directos, y overhead). El aumento del costo operacional se vio influenciado principalmente por el incremento de los precios (insumos y suministros), el quiebre de stock o el crecimiento del costo logístico que se experimentó durante el 2020 y el 2021, el avance en el costo de servicios a causa de la inflación y el alza en el costo para operar.
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Las acciones concretas
El modelo de competitividad de Aurys Consulting define 13 palancas accionables, agrupadas en tres ámbitos de trabajo y seis focos. Bajo este esquema, se evidenció que las top performers concentraron sus esfuerzos en tres focos: asegurar (o incrementar) sus ingresos (79%), evitar el quiebre de la cadena de pagos (42%) y capacitar a sus equipos para alcanzar los objetivos de venta (41%). Las palancas más relevantes para mejorar la productividad fueron las de aumento de rendimiento y valor agregado, reducción de cuellos de botella, y capacitación y especialización.
En contrapartida, las empresas declararon poner menos atención sobre los elementos relacionados con tener una estructura organizacional simple.
Todos los sectores estudiados (servicios financieros, servicios generales, industria manufacturera, y minería y energía) definieron como prioridad alta abordar las palancas relacionadas con el aumento de los ingresos.
Tareas pendientes
A pesar de la importancia declarada en las palancas de optimización de productividad en reducción de costos (3 y 4) y optimización de consumos (5), las empresas no las abordaron de forma sistemática. En cambio, se notó una correlación entre las palancas de aumento de los ingresos (1) y las de capacitación de personas (11). Aunque las top performers no son ajenas al entorno, solo cuatro de las 49 compañías abordaron 10 o más palancas.
Agenda para la productividad
Para recuperar el enfoque holístico de la productividad, Aurys Consulting propone tomar en cuenta cinco puntos: 1) profundizar las prácticas con el fin de optimizar el uso de los recursos, 2) repensar y ordenar el pipeline digital de la empresa, 3) incorporar a la agenda de negocio componentes relacionados con los compromisos de desarrollo sostenible, 4) integrar el esfuerzo de mejora de productividad con la planificación de la compañía y 5) asegurar el liderazgo del equipo directivo.
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Es editora de la revista G de Gestión. Estudió Ciencias y Artes de la Comunicación y tiene una maestría en Periodismo y Globalización. Cuenta con más de 10 años de experiencia en la profesión. Fue becaria Dag Hammarskjöld (Naciones Unidas) y Transparency Fellow (Transparencia Internacional).
