En diversos círculos profesionales, las maestrías se han convertido en elementos claves para alcanzar nuevas oportunidades laborales. Así, algunos de estos programas concentran las preferencias, en función de los objetivos de los interesados, según el estudio Donde quiero estudiar - Posgrado Maestría Lima y provincias, de Arellano. Sin embargo, la elección de las modalidades y el acceso a estos programas educativos enfrentan ciertos dilemas.
Ana Lucía Navarro, gerente de cuentas de Arellano, destacó la importancia de conocer las preferencias de los potenciales alumnos de programas de maestría para ofrecer una propuesta segmentada. De esa manera, señaló que la proporción de hombres y mujeres entre los interesados de Lima es similar; sin embargo, ésta difiere fuera de la capital (ver gráfico).
“En las provincias, la participación de las mujeres (59%) versus los hombres (entre los interesados) es un poco mayor que en Lima (52%). También vemos que el segmento C está un poco más interesado en provincias frente a Lima”, comentó a Gestión.
Por universidad de procedencia, los potenciales estudiantes de maestrías en Lima y provincias provienen principalmente de instituciones privadas (71% y 59%, respectivamente). Y por condición laboral, los interesados son mayormente trabajadores dependientes, pero la participación de los independientes en provincias (33%) es más alta que en Lima (20%).
“Están pensando en expandir y hacer crecer sus empresas. Lo sienten como una inversión a largo plazo”, anotó.
Las maestrías preferidas
Aun cuando los interesados en estudiar maestrías provienen de diversos rubros, estos profesionales estarían concibiendo a dichos programas de estudio como una puerta al campo de la gestión o dirección. De esa manera, En Lima, las maestrías preferidas son la de Finanzas (11%), Gestión Pública (10%) y los MBA (7%).
En provincias, las maestrías más pedidas también son Gestión Pública (19%), Recursos Humanos (9%), los MBA (8%) y Operaciones y Logística (7%).
“La preferencia está vinculada a los potenciales puestos de trabajo, sobre todo, para dependientes”, anotó, tras mencionar que la preferencia por las maestrías puede variar dentro de cada región entre provincias y zonas.
Por universidades, cuatro de las cinco primeras con mayor intención de ingreso de los encuestados en Lima son privadas, entre ellas, la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), seguida de ESAN. Esta institución empata en el segundo lugar con la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
En provincias, la tendencia se repite, aunque la Decana de América pasa al cuarto lugar y tres de las cinco primeras universidades son de Lima. “En el top cinco tenemos a la Universidad de Piura, pero hay un mercado que las universidades de provincia no deben perder. En provincias miran a Lima como una plaza académica relevante”, añadió.
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Los dilemas de la virtualidad y el acceso
En el retorno a las actividades presenciales, el 40% de los potenciales estudiantes de maestrías en Lima y el 45% en provincias ve más conveniente llevar las clases de forma virtual, lo cual más que duplica la preferencia por las clases presenciales (18% y 17%, respectivamente). Sin embargo, esta orientación colisiona con el valor que ellos mismos dan a esta modalidad.
Y es que, para el 51% en Lima y 61% en provincias, el aprendizaje en una maestría virtual es menor al que puede entregar un formato presencial.
“Los interesados prefieren el formato virtual, pero hay que incrementar su valor. Algunas clases son grabadas y la gente quiere interactuar, este tipo de situaciones hay que tenerlas en cuenta”, sostuvo Navarro.
En tanto, el limitado acceso a las maestrías por cuestiones económicas también representa un dilema. En provincias, las mujeres son las más interesadas (59%) por estudiar maestrías. Sin embargo, también son las que menos ingresos mensuales tienen (S/ 2,690) en promedio frente sus pares de Lima, o los hombres del Perú.
“Son las que menos ganan y probablemente sea un esfuerzo distinto para ellas (estudiar una maestría). Sería importante un financiamiento para animarlas”, consideró.
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Los atributos, precio y la influencia de la familia
Para elegir una determinada maestría, los interesados toman en cuenta principalmente una enseñanza de alto nivel, el licenciamiento de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) y el prestigio. Estos tres atributos están relacionados a la calidad académica de la institución.
En tanto, el precio se encuentra en el octavo lugar de los factores considerados en elección de una maestría en Lima; y en décimo lugar, en provincias.
“El precio siempre será relevante, pero vemos que hay otros aspectos relacionados con la calidad, exigencia y empleabilidad, que se debe tener en la propuesta de valor para luego entrar a competir con un precio que haga sentido con los atributos que se ofrece”, explicó.
Sin embargo, esta importante decisión no solo involucra a un ejercicio de reflexión personal. Y es que, aun cuando los interesados ya son adultos (de 37 años en Lima y 35 años en provincias), las primeras personas a las cuales consulta son sus padres o algún familiar (20%), abriendo así la oportunidad de dirigir la comunicación a los parientes.
“Es bueno no perderlo de vista. En pregrado, las universidades tienen que dirigirse al padre de familia porque será el aliado para tomar la decisión, y en posgrado, el padre o la pareja, también incluyen. En Lima, también son importantes los colegas”, finalizó.
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APUNTE
Hacia maestrías con el aula invertida
Daniel Alfaro
Fundador de Pirka Consultoría y exministro de Educación.
Líder de educación de Propuestas del Bicentenario
Nos falta mucho camino por recorrer en la oferta de maestrías. Si bien ya dimos el paso de asegurar condiciones básicas de calidad (a través de acreditaciones), aún seguimos siendo de los países que menos publicaciones tiene a nivel de investigación científica académica. La investigación se ha incrementado más de dos veces desde cuándo comenzó el licenciamiento, pero todavía nos falta más investigación y más patentes registradas para estar con una mayor competitividad, no solo dentro del país sino también en el exterior. Por la virtualidad, los estudiantes pueden elegir carreras o maestrías de afuera, con lo cual la competencia crece mucho. Después de la nueva normalidad, hemos tenido acceso a generar un aprendizaje de manera remota y eso ha generado el aprendizaje autónomo, más habilidad en los estudiantes, lo que permite a la maestría implementar lo que se llama el aula invertida, que los estudiantes puedan reforzar la teoría autónomamente, de tal manera que puedan usar la clase con el profesor para poner en práctica ese conocimiento; y el segundo punto es la modalidad híbrida para muchas personas que están fuera de Lima y desean seguir con su formación en línea. De otro lado, si analizamos el porcentaje de la población que acaba el pregrado y tiene acceso a maestría, es sumamente reducido y por lo usual es de un nivel socioeconómico alto que permite financiar la maestría. Sin embargo, las universidades están generando financiamiento porque el retorno de una maestría permite financiar el estudio y también existen las becas del Pronabec para personas con gran rendimiento y que han sido aceptadas en alguna universidad top del mundo.
CIFRAS Y DATOS
Redes sociales. Facebook, Whatsaap e Instagram son las redes más usadas por los interesados en maestrías.
Exterior. 42% de interesados en maestrías en Lima y 49% en provincias consideraría estudiar en el extranjero.
Canales. Webs y charlas son los canales más importantes para buscar información de maestrías por parte de los interesados.
FICHA TÉCNICA:
Universo: Graduados universitarios interesados en estudiar una maestría.
Muestra: 209 en Lima y 105 en provincias (Arequipa, Trujillo, Cusco y Piura).
Género y edad: Hombres y mujeres de 25 años a más.
Técnica: Cuestionario digital estructurado y estandarizado.
Periodo de ejecución: Julio y agosto del 2022.