Apple Inc. actualizó las pautas de su App Store el lunes con un lenguaje nuevo y más claro que explica su política hacia la negociación de criptomonedas y tokens no fungibles (TNF).
La empresa no tiene problemas con la negociación de criptomonedas ni con ninguna otra aplicación que permita la negociación de tokens y monedas digitales, siempre que tengan las licencias regionales necesarias para operar donde se distribuye la aplicación.
Pero para que las aplicaciones vendan TNF y servicios relacionados, deberán pasar por los sistemas de compra dentro de la aplicación de Apple y “no pueden incluir botones, enlaces externos u otros llamados a actuar que dirijan a los clientes a mecanismos de compra ajenos a la aplicación.”
El esfuerzo por canalizar los pagos a través del propio sistema de pago de Apple, justificado por el fabricante del iPhone como la única forma segura de proteger a los usuarios y su información confidencial, ha abarcado disputas legales con el fabricante de Fortnite, Epic Games Inc., y enfrentamientos con Gobiernos como el de Corea del Sur.
Apple cobra una tarifa típica del 30% sobre los pagos que maneja, lo que ha generado ingresos significativos de productos como Fortnite que incluyen una gran cantidad de contenido en el juego que los jugadores con mucho dinero pueden desbloquear.
Apple advierte específicamente contra cualquier funcionalidad de la aplicación que permita a los titulares de TNF “desbloquear funciones o funcionalidades dentro de la aplicación”, lo que puede haber servido como una solución oblicua a su regla de pagos. Eso puede afectar algunos proyectos de TNF que usan el token como una tarjeta de membresía, lo que brinda beneficios y acceso adicionales.
Aun así, Apple permitirá a los usuarios mostrar, navegar y compartir su colección de TNF con otras personas en aplicaciones en iPhones y iPad.
Los volúmenes de negociación de TNF (arte digital y coleccionables registrados en cadenas de bloques) se han desplomado un 97% desde su récord de enero después de que una serie de conmociones económicas y agitaciones en el sector cripto agriaron el apetito por los activos digitales.