Que muchas actividades, incluidas las ferias, se lleven al lado virtual no es una novedad. Sin embargo, aunque esta ha sido una salida, el 85% de ferias que se tenía pensado realizar este año en el país no se ejecutarán, según proyectó la Asociación de Ferias del Perú (AFEP).
Manuel Centeno, presidente del gremio, indicó a Gestión que el impacto en sus ingresos será similar. “Nuestro calendario ferial presencial, en el que se incluía las ferias minera, pesquera, de energía, textil, agroindustrial, entre otras, nos planteaba desarrollar 95 ferias a nivel nacional, siendo el 2020 un año pico con buena perspectiva. El formato virtual nos permite adaptar algún tipo de feria, pero otras son más difíciles de hacerlo ya que pueden ser un tipo de festival, como el caso de gastronomía”, dice.
Se proyectaba que el mercado de ferias tendría un movimiento de US$ 5,500 millones este año, pero la caída de esta cifra será también en 85%. Las que generan el mayor aporte es la Expoalimentaria, ExpoPesca, MotorShow, Expotextil, PeruModa, de corte internacional, aunque también están las ferias regionales como la ExpoAmazónica, que no se han podido ejecutar.
“Pensemos en ferias como la ExpoMina (postergada hasta el 2021) es una de las que más grandes, con 700 stand. Además, algunas tienen expositores internacionales, y este año es complicado hacerlo por el tema de los vuelos”, sostuvo Centeno.
Reconversión
En el escenario actual algunas se han reconvertido, como el caso de la Feria del Libro o la del Salón del Cacao y del Chocolate. “En este último caso, la ventaja es que se ha desarrollado el e-commerce y estamos generando un negocio hacia el cliente final, ya que antes las reuniones y cierres de negocio eran solo entre las empresas y marcas”, refiere el representante gremial.
Lo cierto es que solo un 15% se está reconvirtiendo hacia el lado virtual, y el 85% se pospone para el próximo año. “Tenemos la esperanza de que una porción de estas, un 10% se pueda realizar en el último trimestre de este año”, explica.
Para ello, han trabajado una alianza público-privada con Cenfotur, Promperú, y los gremios como el Buró de Convenciones, para preparar sus protocolos de reinicio (no más de 2 personas por stand, desinfección constante, pasillos más grandes, entre otros), ya que su actividad está planteada para volver a operar en la cuarta fase de reactivación. Centeno señala que las ferias pueden incluir incluso más control que los malls.
“Solo falta que el Mincetur eleve al MINSA el protocolo y sea aprobado, y de darse así, en noviembre y diciembre podríamos realizar algunas ferias de manera presencial, en particular las de ámbito local”, agregó.
Sin embargo, si la Fase 4 se retrasa ya no se podría ejecutar ese 10% que se espera, dijo.
Para Centeno, la industria en general está parada, lo que incluye no solo a los organizadores de la feria sino también a los colaboradores externos (servicios, seguridad, acondicionamiento, etc).
Inversión e ingresos
Lo cierto es que la puesta en marcha de una feria virtual es menor en costo que una feria presencial. El ejecutivo refiere que hay que tener en cuenta el gasto en alquiler, infraestructura, logística y una serie de elementos como la seguridad, entre otros.
En términos generales, una feria virtual puede tener como inversión la tercera parte de una feria física, y el tema de rentabilidad es algo relativo.
“Además se maneja un marketing distinto, pero de menor alcance, se tiene que manejar una estrategia de comunicación distinta. Las ferias virtuales no van a reemplazar a las ferias físicas, pero si las van a potenciar”, agrega.