Los acreedores de menor rango en la bancarrota de Grupo Aeroméxico SAB están protestando contra un plan liderado por Apollo Global Management Inc. y Delta Air Lines Inc. que dicen distribuye el valor de manera injusta y podría llevar a un “litigio prolongado”.
El plan, que contempla que el mayor prestamista de Aeroméxico, Apollo, y el socio corporativo Delta obtengan participaciones en la propiedad de la aerolínea, está “empañado por conflictos de interés y opacidad”, escribieron el martes los acreedores no garantizados Invictus Global Management y Corvid Peak Capital Management en una carta que también detallaba su propuesta alternativa.
El plan actual ofrece una recuperación de hasta el 85% para los acreedores no garantizados del propio Grupo Aeroméxico, mientras que los acreedores de las filiales recibirán entre un 3% y un 16%, según documentos judiciales. Por su parte, Apollo y Delta recibirían cada uno más del 20% de las nuevas acciones de la compañía. Los acreedores que objetaron el plan dijeron en su carta el martes que las recuperaciones eran “desproporcionadas”.
Representantes de Aeroméxico y Apollo no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios. Un representante de Delta dijo que la compañía había apoyado a Aeroméxico durante el Capítulo 11 y que “los representantes en la junta han cumplido plenamente con todos sus deberes a lo largo del proceso de quiebra”.
Propuesta alternativa
Apollo concedió un préstamo de quiebra de US$ 1 millón a Aeroméxico para ayudarla a superar la protección judicial, y Delta acordó adquirir US$ 185 millones de esa deuda para ayudar a una aerolínea asociada. Como parte del plan, Delta otorgaría US$ 100 millones adicionales en financiamiento y condonaría parte de su parte del préstamo de quiebra, según documentos judiciales.
Según el plan, Apollo convertiría parte de la deuda en capital, y un grupo liderado por el administrador de activos también proporcionaría nuevo capital y financiamiento de deuda por un total de más de US$ 1,400 millones. Una propuesta de salida anterior no incluía la conversión de deuda en capital por parte de Apollo.
La empresa tiene previsto solicitar en diciembre a la jueza de quiebras estadounidense Shelley C. Chapman que permita a los acreedores votar sobre el plan. Chapman tendrá en cuenta la votación en enero cuando tome una decisión final sobre si aprueba la reorganización y permite que la aerolínea salga de la protección judicial.
Los acreedores que objetaron el plan, que se describieron a sí mismos como “empresas de inversión propiedad de minorías y mujeres, fundadas por veteranos de la reestructuración y la inversión en dificultades”, dijeron que eran titulares de créditos no garantizados en varias entidades de Aeroméxico y que habían estado “trabajando incansablemente” en su propio plan de salida, que pidieron a los principales interesados que consideraran el 21 de noviembre.
Ese plan no proporcionaría un trato peor a Delta o Apollo, sino que reasignaría el valor que se destina a los acreedores que se espera que reciban recuperaciones completas y a los inversionistas externos que buscan comprar acciones en la empresa reorganizada, decía la carta.
Invictus, con sede en Austin, Texas, tiene unos US$ 48.5 millones en reclamaciones contra la filial de Aeroméxico, Aerovías. Según el plan propuesto, Aerovías pagaría a sus acreedores no garantizados entre el 15% y el 16%, según los documentos judiciales. Corvid Peak Capital Management, de Nueva York, tiene US$ 46.4 millones en reclamaciones de Aerovías y casi US$ 7 millones en pagarés garantizados por Aeroméxico.