Los accionistas del grupo alemán Siemens aprobaron la escisión de la división Energía, actividad histórica del conglomerado, cuyo director ejecutivo quiere hacerla “abandonar el carbón”.
"Ahora quedó despejado el camino para una empresa independiente, consagrada únicamente a la energía", señaló la compañía.
Esta cesión parcial, anunciada con gran pompa hace un año atrás, tuvo el efecto de un rayo, al ser el sector de la energía la actividad histórica del grupo.
La decisión se integra en la estrategia del grupo de darle la espalda a la industria pesada, en la que el conglomerado de Múnich tiene sus raíces, y apostar por la ola digital en la industria manufacturera.
El grupo prevé vender el 55% de sus acciones de su filial Siemens Energy, que distribuirá entre sus accionistas.
Siemens permanecerá durante un tiempo como accionista principal, para después realizar “nuevas reducciones significativas” en su participación, en un periodo previsto de entre “12 y 18 meses”.
En su discurso ante los accionistas, Joe Kaeser, director ejecutivo del grupo, anunció el despliegue de un futuro "plan de abandono del carbón" para la subsidiaria, en la que tiene intención de mantener una minoría (de capital) de bloqueo.
"Le pedí al consejo ejecutivo de Siemens Energy que me brinde rápidamente un plan de abandono del carbón", señaló.
En febrero, el conglomerado alemán fue blanco de movilizaciones de grupos ecologistas a causa de su participación en la controvertida construcción en Australia de una mina de carbón a cielo abierto.