Luego de 13 meses en terreno negativo, el empleo formal en el sector agropecuario volvió a crecer. En septiembre, las contrataciones en el agro repuntaron en un 14.7%, generando cerca de 71,000 puestos de trabajos adicionales, algo no visto desde agosto del 2023, reportó el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP).
Este avance está relacionado al impulso que tuvo el sector agropecuario durante ese mes, al elevar su producción destinada a los envíos al exterior de palta, mango y arándanos, principales productos de la exportación agropecuaria.
Solo con esta alza, el sector logró una recuperación de sus niveles de empleo formal en el tercer trimestre, alcanzando un crecimiento promedio de 2.9% a pesar de los números rojos de julio y agosto. Para Paola Herrera, analista senior del Instituto Peruano de Economía (IPE), este aumento en las contrataciones podría continuar en lo que queda del año.
Herrera precisó que los resultados de septiembre se deben, principalmente, a la mayor producción de arándanos sobre todo en regiones del norte como La Libertad, Lambayeque y Piura. Así, teniendo en cuenta que los últimos meses del año son los de mayor relevancia para estas exportaciones, la recuperación del sector seguiría avanzando en el último trimestre del 2024.
“Se disiparon los impactos de climatológicos del año pasado. En octubre, la exportación de arándano habría crecido incluso más, entonces, es posible que esta recuperación del empleo en el agro formal se vea en octubre quizá con un poco más de fuerza e incluso se mantenga hasta fin de año”, comentó a Gestión.
La economista del IPE apuntó que una creación de puestos de trabajos formales así de alto no se veía desde abril del 2022, cuando se alcanzó un crecimiento de alrededor de 30%.
De hecho, hasta el 2022, el empleo formal en el agro tenía tasas de crecimiento importantes. Entre el 2018 y el 2022, la cantidad de trabajadores aumentó un promedio de 8% debido al auge del agro moderno.
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Sin embargo, los agroexportadores aún tienen dudas. Gabriel Amaro, presidente de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), indicó que, si bien estamos en una temporada de campañas de uva, mango y arándanos, en los cuales se necesita más personal; no podría asegurar que se concrete una tendencia en las contrataciones en estos últimos meses.
“No estoy tan seguro (de que seguiría aumentando el empleo formal en el último trimestre). A fines de noviembre y diciembre, comienza a subir el mango, de lo que somos tercer mayor exportador en el mundo. Pero tenemos un problema en Piura, que es la región donde sale la mayor producción nacional y exportación de mango por la crisis de agua”, señaló.
Pese a que la producción y los envíos al exterior podría aumentar en el cuarto trimestre del 2024, Herrera, del IPE, explicó que es complicado que, en estos meses, se pueda recuperar totalmente el nivel de empleo formal que el agro perdió.
Si bien la producción para la agroexportación se está recuperando y superaría los niveles del 2023, todavía no se alcanzarían los resultados de su mejor año como para revertir la fuerte caída de empleo formal de los primeros meses de este año.
“Es probable que no llegue a los niveles máximos que había estado alcanzando hacia el 2022 y que, más bien, eso demoré un poco más de tiempo. Aunque se reactive la actividad, la recuperación del empleo sigue más rezagada porque siempre demora más en recuperarse. Es probable que todavía veamos esta recuperación en el 2025″, sostuvo.
Amaro coincidió en que, aún si se logra un cuarto trimestre de empleo formal en verde, no se vería una recuperación total al finalizar el año. El presidente de AGAP estimó que durante este periodo de empleo en rojo se han perdido cerca de un millón de puestos de trabajo en planilla.
“La pérdida ha sido de 73,000 puestos menos cada mes. En promedio, se han perdido alrededor de un millón de empleos directos en ese año, tanto temporales como permanentes”, calculó.
Riesgos para el empleo en el 2025
Aunque el último Reporte de Proyecciones Mercado Laboral del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), emitido en septiembre, proyecta que los puestos de trabajos formales en el sector privado de los rubros de agricultura y pesca caerán en 1.5% (-5,901); para el 2025 espera un crecimiento de 7.8% con 27,458 trabajadores adicionales en la planilla.
Contando la población ocupada no solo formal, el MTPE estima que, el próximo año, esta aumentaría un 0.8% en las actividades de agricultura y ganadería, con un total de 711,000 puestos de trabajo adicionales.
Herrera, del IPE, consideró que las expectativas para el próximo año sí son positivas, por lo que, en el primer trimestre del 2025, podríamos continuar con una recuperación, pero aún hay retos.
“Se tiene bastante optimismo de parte de los emprendedores, pero siempre va a ser un tema bastante clave cómo se enfrenten a los fenómenos climáticos. Si bien para el año que viene no se espera todavía ese tipo de fenómenos, es un riesgo latente”, señaló.
Aunque el Puerto de Chancay es un aspecto positivo debido a la reducción de costos que generará para los despachos al exterior, Amaro señaló que esto no bastaría para aumentar el empleo agropecuario.
El representante de AGAP recordó que, el próximo año, con la actual ley agraria, se encarecerán las condiciones para la agricultura formal, lo que complica que se generen más inversiones y, por ende, más empleos formales.
“Con el puerto de Chancay estamos esperando que vengan buques más grandes con mucha frecuencia. El problema que tenemos es que no hay suficiente carga para llenarlos. Necesitamos atraer inversión nueva y comenzar a reinvertir y eso solo se va a dar si hay una nueva ley agraria”, advirtió.
Con un nuevo marco normativo, proyectó que, en un periodo de cinco años, se podrían aumentar un millón de empleos formales directos y, por cada puesto de trabajo directo, se crearían cerca de 2.3 empleos indirectos.
Amaro añadió que generar más empleo con la nueva ley agraria también dependerá de varios factores, entre los cuales está que se avance con los proyectos de irrigación pendientes y que se impulse la asociación entre las nuevas inversiones con la pequeña agricultura.
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