Tras los embates del ciclón Yaku y el fenómeno de El Niño (FEN) costero a inicios de este año, en los próximos meses el Perú enfrentaría un nuevo golpe de un FEN que, hasta la fecha, se proyecta moderado en medio un escenario de recesión económica que viene afectando diversos sectores, como los de pesca y agricultura.
Durante el 2023, la economía fue impactada por factores climáticos que, según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), tuvieron un impacto de cerca de 1.5% del producto bruto interno (PBI).
Solo seis años antes, en el 2017, el país ya había enfrentado un fenómeno de El Niño en el que, según Macroconsult, los daños generados en ese año sumaron US$ 4,000 millones (1.9% del PBI). Además, Thorne & Associates, estimó que -como flujo del PBI- el impacto osciló entre S/ 25 mil y S/ 35 mil millones (alrededor de 3% del PBI).
Diferentes especialistas ya han resaltado que la ocurrencia de nuevas anomalías climáticas hacia adelante, de manera más frecuente, no debería ser una sorpresa pues hay un factor que está enmarcando esta situación: el cambio climático.
Gestión realizó el conversatorio “El impacto del cambio climático y sus efectos en la economía peruana” para responder a tres preguntas: ¿qué tan vulnerables somos?, ¿podemos confiar en los anuncios del Gobierno para mitigar esta situación? y ¿qué podríamos esperar para los primeros meses del 2024?
Paola Lazarte, exministra de Transportes y Comunicaciones; Alonso Segura, exministro de Economía y Finanzas; Abraham Levy, director y accionista en Ambiental Andina; Rosario Bazán, cofundadora y CEO de Danper; y Claudia Sícoli, directora de las carreras de economía de la UPC, dan su mirada sobre este tema clave.
Paola Lazarte, exministra de Transportes y Comunicaciones
A diferencia de otros países, el componente de planificación de ciudades se ha dado de manera desordenada que los asentamientos poblacionales están donde no deberían. Presupuestalmente hablando, la mitigación y la recuperación de la infraestructura pública y privada es mucho más costosa que si hubiésemos tenido una planificación adecuada. Somos vulnerables desde el punto de vista físico de infraestructura, pero también esta situación nos lleva a una vulnerabilidad presupuestal porque son recursos que no necesariamente están presupuestados.
Crear nuevas entidades no es la manera más adecuada para dar frente a fenómenos como El Niño. Más bien, podemos crear mecanismos financieros para generar incentivos para que se puedan ejecutar proyectos de manera rápida, por ejemplo, utilizar contratos que ya estén vigentes para poder dar infraestructura de manera más veloz. El problema en la reconstrucción, o en la etapa posterior al fenómeno de El Niño, es licitar y ejecutar los expedientes técnicos y eso no debería ser, el principal problema debería ser conseguir los recursos.
Necesitamos hacer reformas sustanciales. Ya tenemos en fenómeno ad portas, lo que tenemos que hacer es apuntalar los planes de contingenci. No es muy costoso una reforma de finanzas públicas para generar incentivos para que los gobiernos locales cumplan con sus actividades de limpieza de cauces, defensas ribereñas. Al mismo tiempo necesitamos una reforma de la gestión de infraestructura, no crear nuevas entidades, sino hacer que los sistemas administrativos y los sistemas conexos sean tal que los proyectos se puedan hacer de manera rápida.
Alonso Segura, exministro de Economía y Finanzas
Es básicamente la disfuncionalidad del sector público la que hace que no puedas tener ni respuestas de corto plazo, ni estrategias de mediano y largo plazo. El Estado peruano es muy burocrático y las entidades no conversan entre ellas, a eso súmale incapacidades de gestión. Por ejemplo, en una tarea de prevención, preparación para cambio climático o El Niño, tienes distintos niveles de gobierno que tienen que tener un rol, pero la centralización tanto política como fiscal están allí.
Gran parte de los problemas que tenemos en el país se deben a una descentralización mal hecha. El ideal de la descentralización es que tengas al Estado más cerca del ciudadano, la pregunta es si este Estado le es funcional y sirve a las necesidades de los peruanos. La respuesta es no, y el problema es cómo desarmar esa descentralización mal hecha.
De hecho, estamos yendo en la dirección contraria, cada vez estamos viendo mensajes políticos de: “Miren cómo le estamos dando más plata a los gobiernos regionales y locales”. Lo ven como un gran logro, pero en muchos casos significa presupuesto mal gastado. Se les han transferido competencias y no las ejecutan, entonces los recursos se pierden y los bienes y servicios públicos no llegan al ciudadano.
Rosario Bazán, cofundadora y CEO de Danper
El golpe no es únicamente por el tema de las lluvias e infraestructura, estamos hablando de altas temperaturas, estrés térmico a niveles que no hemos tenido anteriormente; todo ello están generando la contracción en la producción agrícola. Es decir, si una hectárea de arándanos producía en condiciones normales 20 toneladas, ahora este año ha tenido 10 o menos toneladas. Eso significa que los costos se elevan. Además, las plagas y enfermedades hacen que esos costos se eleven aún más.
Todo esto tiene un impacto directo negativo en la generación de empleos, sobre todo considerando que el sector agroindustrial es el principal generador de empleo en el Perú, es la fuente de empleo del 25% de la población económicamente activa.
¿Cómo está la situación de la agricultura familiar respecto a la infraestructura? Terrible, no se ha trabajado en infraestructura resiliente ante el fenómeno de el Niño, la situación es caótica. Las agroexportaciones se han multiplicado más de 40 veces, hemos pasado de US$ 400 millones en el 2000 a casi US$ 10 mil millones, pero seguimos siendo “un país de una sola carretera”. Se quiebra un puente y estamos completamente desarticulados. El punto no es cambiar el nombre de las instituciones que van a velar por nosotros, es un tema de decisión política. El Gobierno no ha hecho su tarea ahora, como tampoco lo ha hecho antes.
Abraham Levy, director y accionista en Ambiental Andina
Hay una predictibilidad de impactos conocida la cual tenemos que todos interiorizar y volverla parte de nuestros planes de ejecución o de gestión pública.
No sabemos en el Perú identificar “la bacteria”. ¿Va a venir el fenómeno de El Niño en el verano? No, el fenómeno de El Niño llegó en febrero de este año y está con nosotros. El FEN no es la lluvia en Piura, es el calentamiento del mar. Eso produjo, incluso, el ciclón Yaku. Tenemos que entender el problema bien. El 25% de la vida de todos los que estamos aquí va a transcurrir en condiciones de El Niño, de menor o mayor magnitud; 25% de La Niña; y 50% en condiciones neutrales.
Para recordar, en El Niño del 2015-2016, se dio una situación similar: se calienta (el mar) al final del verano, tenemos un otoño muy cálido y se atenúa en el invierno. Pero se mantiene fuerte hasta diciembre. Ya la última semana del útimo mes del año cambia (la magnitud) a moderado.
Cada presidente tiene su fenómeno de El Niño. Entre diciembre y marzo del 2017, El Niño “Kuczysnki” tuvo una magnitud entre débil y moderado, y nos dio una paliza. Contrariamente El Niño del 2016, entre diciembre 2015 y marzo 2016, fue entre moderado y fuerte, pero no llovió nada. ¿Por qué no llovió? Porque las aguas más calientes estaban ma afuera y la costa estaba protegida por temperaturas bajas, similar a lo que pasa ahora. Si me preguntan: ¿va a llover en el verano? yo diría poco.
Claudia Sícoli, directora de las carreras de economía de la UPC
El fenómeno el Niño es algo que se da de manera secuencial. Entonces, ¿por qué no estamos hablando de reubicación de poblaciones vulnerables? ¿de generación de infraestructura que nos permita llevar el cauce? Para mí, más que hacer frente a un fenómeno que ya pasó o que se viene, tenemos que empezar a pensar en cómo vamos a enfrentar esto cómo país hacia el futuro. No podemos seguir ‘parchando’ las situaciones. No hay ninguna visión de mediano y largo plazo. Para mí ese es uno de los problemas más acuciantes que genera inflación, problemas de empleo, problemas de agroexportación, problemas de calidad de vida, enfermedades, etcétera.
Hay equipos técnicos que trabajan dentro de los ministerios que son los que terminan generando las políticas de Estado. Considero que deberíamos reforzar esos equipos que son los que al final se mantienen en las carteras, aunque cambien a los ministros; a través de estos equipos se pueden implementar estas políticas de Gobierno de mediano a largo plazo. El mayor problema es el tema de la corrupción, hay dificultad en ejecutar los recursos porque los funcionarios están más preocupados en que el presupuesto no vaya a tener fallas, pues todo está bajo una “sombra de corrupción”.
Además de la prevención, el tema está aglomerando a una cantidad importante de peruanos que tienen condiciones de vida muy bajas. Creo que tenemos también que pensar en prevención social. El Gobierno tiene que ir pensando de qué manera va a poder apoyar a estos grupos de personas que se van a ver afectados con las diferentes situaciones que se pueden dar.