Mariana se inscribió al gimnasio más próximo a su casa, pagó por un año aunque sabe que probablemente vaya solo cuatro meses, aún así, le ha dicho a su entrenador que comprará la proteína que le recomendó. No tiene tiempo para cumplir el resto de la estricta dieta, por lo que recurrirá a vitaminas. Tiene 29 años.
Un pack completo de suplementos alimenticios para elevar la masa muscular puede costar desde S/ 1,500 al mes, de acuerdo con Marco Reeves, presidente de la Asociación Nacional de Gimnasios. No obstante, el promedio de peruanos que entrena llega a invertir S/ 200 al mes en productos como proteínas de suero, aminoácidos y colágeno. El monto -indica- se duplicó frente al 2019 (prepandemia) y varía según el distrito.
Los más de 300 gimnasios que conforman la Asociación, dicen, son parte de la salud pública en el país. Luego que el COVID-19 cambió el estilo de vida de millones de peruanos, éstos locales ahora entrenan al 5% de la población (en 2019 era al 3%) bajo una filosofía de la salud primero y “envejecer más lento”.
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Por esto, el 80% de los usuarios que van al gimnasio obedece las recomendaciones de sus entrenadores sobre la compra de sus suplementos, afirma Reeves. Incluso -señala- la demanda sigue en aumento pese a que el precio de los productos se elevó un 30% debido a la inflación.
“La gente igual consume, solo un 20% de quienes entrenan no lo hacen por factores económicos”, agrega.
Demanda se duplica en el segmento A
Cruzando la calle de donde entrena Mariana hay una farmacia. Tras una compra rápida, la vendedora farmacéutica le recuerda que tiene promociones vigentes en suplementos nutricionales, específicamente, el complejo B, por S/ 17.
Ana María Jiménez, presidenta de la Asociación Peruana De Farmacias, también atribuye a la pandemia el nuevo comportamiento de los peruanos sobre su salud.
Según dice, lo que antes se destinaba a productos dermoestéticos, cambió a, por ejemplo, leche proteica para adultos mayores, el complejo B, la vitamina D y la C que “está de moda”. “En estos productos es donde vemos un mayor nivel de demanda en las farmacias”, menciona.
Por segmentos socioeconómicos, detalla que el A y B consumen suplementos netamente transnacionales, y que si antes el monto destinado a éstos productos representaba un 25% de sus gastos en salud, ahora ha subido un 25% más. En el segmento C y D, en tanto, pasó de un 5% a un 15%.
“A través de las promociones que se están activando y la mayor difusión de información, vemos que la demanda sigue creciendo muy fuerte, creemos que se mantendrá”, sostiene.
Cabe indicar que, solo en el 2022, se importaron a Perú cerca de US$ 41 millones de suplementos provenientes principalmente de China, Suiza y Alemania. Un año antes, el monto fue de US$ 37 millones.
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¿Posible regulación?
La Asociación Peruana de Farmacias y la Asociación Nacional de Gimnasios manifestaron que, en efecto, en Perú no es necesario una prescripción médica para que el usuario adquiera los suplementos nutricionales y vitaminas, salvo algunas pocas excepciones.
En las farmacias, Ana María Jiménez menciona que, para evitar contraindicaciones, los técnicos que atienden se aseguran de realizarle al cliente las preguntas previas antes de sugerirle algún producto. En los gimnasios, en tanto, Reeves señala que la mayoría de entrenadores ha recibido capacitación técnica en nutrición.
No obstante, para la decana del Colegio de Nutricionistas del Perú, Maritza Zela Guevara, cualquier persona que prescribe o receta un suplemento nutricional, sin ser nutricionista, atenta contra la salud de la población y debe ser denunciado porque es un acto ilegal.
“En el mercado existen demasiados suplementos nutricionales que van cambiando de composición nutricional sin que exista ningún órgano de control para autorizar dichos cambios. Las vitaminas y minerales; y otros suplementos deberían venderse por recetas prescritas por el nutricionista y no deberían estar disponibles a venta libre como actualmente sucede”, dijo a Gestión.
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¿Cómo afecta el exceso de suplementos?
El Colegio de Nutricionistas del Perú afirma que el exceso y deficiencias de macronutrientes (proteínas, lípidos y carbohidratos) y micronutrientes (vitaminas, minerales) afectan a los diferentes órganos del cuerpo humano por ende afectan la salud de la población peruana.
“Para evitar ello, es necesario que se norme la prescripción de los suplementos nutricionales y solo deben venderse con las recetas únicas prescritas por el Nutricionista”, señala.
“La población peruana logrará tener un adecuado estado nutricional, solo sí acude y/o recibe el asesoramiento del nutricionista; es el profesional idóneo para prescribir un régimen alimentario nutricional en el que se equilibre los macro y micronutrientes de acuerdo a los requerimientos adecuados enmarcado en una alimentación saludable”, añade Zela.
La Asociación de Gimnasios dijo a Gestión que buscarán una alianza con dicho Colegio e incluso con el Colegio de Sicólogos, pues muchos peruanos dejan el deporte -en la mayoría de casos- debido a problemas de salud mental.
Pero, para Ana María Jiménez, la prescripción de un nutricionista limitaría el acceso a estos productos al segmento C y D de la población peruana que no tienen economía para una consulta con el especialista. Asimismo, indicó que debería prohibirse la venta de estos suplementos en los supermercados, pues ahí nadie asesora al cliente.
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