A pesar de que el gigante chino Evergrande, al borde de la quiebra, anunció un acuerdo para el pago de un bono, aún mantiene expectantes a los mercados a nivel mundial sobre si logrará superar la crisis o caerá afectando a la economía de China y, por ende, a la del mundo. En ese sentido, cabe preguntar si lo que suceda con la gigante inmobiliaria tendrá algún impacto en la economía peruana.
Según Luis Eduardo Falen, head de Macroeconomía de Intéligo SAB, para Perú el efecto, sujeto a la situación de Evergrande, sería a través de las cotizaciones en el precio de los metales, los cuales se verían afectados si se ahonda la situación negativa de la inmobiliaria. Esto impactaría en los términos de intercambio y, con ello, en la bolsa peruana, pues se mueve principalmente por la actividad minera.
Asimismo, y ligado a lo anterior, también habría un efecto cambiario, pues la percepción de mayor riesgo hace que se presione al alza al dólar (moneda peruana se deprecia).
“Al ser una economía que depende de los precios de metales, se tiene en cuenta lo que sucede con la actividad china. Este tipo de hechos puede comprometer el crecimiento de China y dinamismo, y más aún, al explicarse por el lado del sector inmobiliario (intensivo en uso de cobre), se verían afectados los términos de intercambio y, de manera más directa, a la bolsa”, afirmó.
No obstante, señaló Falen, en el corto plazo no se espera que los precios de metales como el cobre rompan con sus niveles actuales, pues estos se sustentan principalmente en la reapertura de las economías. En ese sentido, lo que pase alrededor de Evergrande ocasionaría un efecto transitorio en la bolsa.
Cabe resaltar que, según el representante de Intéligo, se espera que el gobierno chino evite que el efecto sea sistémico para su economía.
“Si se mantiene este dinamismo no se espera que evite el proceso de normalización. Esto hace que el precio de los metales se mantengan en niveles elevados. Si bien no siguen en sus máximos, se mantienen altos”, afirmó.
Contexto
Evergrande es un “actor” importante en el mercado chino si se tiene en cuenta que la actividad inmobiliaria es preponderante en ese país. El problema radica en su capacidad de cumplir con sus obligaciones de deuda, la cual es alrededor del 2% del PBI de China, por lo que no es un monto menor. Si la comparamos con el PBI peruano, esta deuda es más grande.
“No solo van a dejar de pagarle a los accionistas o prestamistas, sino que también hay toda una cadena de pagos que van a romper. No se les entregaría viviendas a los que las hayan comprado, no van a poder pagarle a sus proveedores y contratistas. Asimismo, siendo la construcción una actividad intensiva en mano de obra, entonces también habría un efecto en el mercado laboral. Este es un riesgo sistémico para China que puede expandirse al resto de países”, indicó Falen.