La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos debería endurecer su política monetaria pronto y de manera decisiva para evitar lo que podría convertirse en una inflación “muy persistente”, declaró la economista jefe del Banco Mundial (BM), Carmen Reinhart.
Reinhart, quien ha estado advirtiendo durante algún tiempo que los impactos en la cadena de suministro podrían derivar en una inflación sostenida en Estados Unidos y en otros países, dijo que cualquier retraso por parte de la Fed en el aumento de las tasas de interés solo prolongaría el problema.
“Si la inflación es de hecho más persistente, mi conclusión sobre la política de la Fed es que si hace más ahora, estará mejor que si hace muy poco, demasiado tarde”, dijo poco antes de que el BM publique un reporte sobre desarrollo económico.
Sostuvo que la Fed había estado señalando un ajuste modesto según los estándares históricos, pero podría cambiar de marcha en vista de los datos recientes.
“Soy de la opinión de que, si la tendencia es retrasar la acción y ser más circunspecto, básicamente está empujando el problema hacia el horizonte (a futuro)”, agregó.
Reinhart ha estado argumentando por casi un año que es poco probable que la elevada la inflación sea temporal porque los impactos en la cadena de suministro afectaron los precios de las materias primas, los costos de transporte, los envíos globales y otros sectores.
La crisis entre Ucrania y Rusia está exacerbando las presiones inflacionarias que han hecho que los precios del petróleo trepen un 77% desde diciembre del 2020 hasta el mes pasado.
“Todo eso no es temporal y la inflación demuestra que muy pocas cosas en la vida son permanentes, pero muchas son bastante persistentes”, expresó.
Los funcionarios de la Fed siguen divididos sobre la agresividad con la que deben comenzar los próximos aumentos de las tasas de interés en su reunión de marzo.
El presidente de la Fed de St. Louis, James Bullard, reiteró el lunes los llamados a un ritmo más rápido de aumento de las tasas, pero otras autoridades del banco central se han mostrado reticentes a comprometerse con alzas de tasas más radicales.
En un artículo publicado la semana pasada, Reinhart y el economista del BM Clemens von Luckner señalaron que una respuesta más oportuna y sólida de los principales bancos centrales aumentaría los costos de financiamiento para los mercados emergentes y las economías en desarrollo y podría empeorar las crisis de deuda existentes.
No obstante, indicaron que los costos a largo plazo de retrasar esta acción serían severos, ya que Estados Unidos y otras economías avanzadas no lograron abordar rápidamente la inflación en la década de 1970 y en última instancia necesitaron políticas mucho más draconianas, lo que desencadenó una grave recesión y una crisis de deuda de los países en desarrollo, advirtieron.