Los riesgos vienen desde fuente externa y doméstica, pero, en base a qué tan probables son, los domésticos son los que deben tener el mayor foco de atención, señaló Alonso Segura, ex ministro de Economía y Finanzas.
Posible retroceso en la situación sanitaria
Según Carlos Casas, ex viceministro de Economía y decano de la Facultad de Economía y Finanzas de la Universidad del Pacífico, lo que suceda con la nueva variante ómicron puede ser trascendental para, además del tema sanitario, el tema económico y el desarrollo normal de las actividades, siendo un símil de lo sucedido con los inicios de la crisis del COVID-19.
Añadió que su efecto a nivel mundial también afectaría el “buen momento” en el precio de los commodities, lo cual impactaría a la economía peruana por el lado de las exportaciones, entrada de divisas e impuestos.
“Un primer riesgo que está volviendo a aparecer es el de la nueva variante. Si este es fuerte puede impactar en nuevas restricciones en actividades económicas. Este es un peligro latente, que, si bien por ahora es poco probable, de materializarse sería el mayor golpe para la economía mundial y, por supuesto, la peruana”, indicó.
Por su parte, Segura señaló que si se tiene una disrupción en la economía global por la variante ómicron, esto finalmente impacta de manera fuerte en economías como la peruana. “Todo esto puede impactar por precios y por cantidades”, dijo.
Situación política inestable
También mencionó que el riesgo desde el lado político recae en que no se puedan mejorar las expectativas de los agentes económicos, sobre todo los vinculados a la inversión privada. “La conflictividad política llevaría a un desempeño pobre de la inversión privada y, por lo tanto, de la economía”, indicó.
Casas comentó que la inestabilidad política, respecto a las controversias, anuncios y acciones que se tomen desde el Ejecutivo y Congreso, se presenta como un riesgo para el siguiente año, pues tendría impacto en las decisiones de inversión y, con ello, en el empleo y crecimiento de la economía.
“Tenemos una situación política que nos está generando incertidumbre respecto a lo que pueda pasar con la economía, y que posiblemente termine con un proceso de vacancia. Todo ello retrasa inversiones, que hasta ahora, según el BCR, no crecerían en el 2022. El Ejecutivo debe empezar a contactar con los sectores empresariales, sobre todo el minero″, mencionó.
Manejo fiscal no oportuno
El manejo de las cuentas fiscales, señaló Casas, podría suscitar un problema respecto a soportar un mayor nivel de endeudamiento y presentación ante las calificadoras de riesgo (recientemente Fitch y Moodys bajaron la calificación crediticia de Perú).
“El Estado por ahora tiene un presupuesto equilibrado, pero se puede caer en propuestas populistas que finalmente restarían en la percepción que se tiene de Perú respecto a su manejo fiscal y el sostenimiento de la deuda”, indicó.
Segura señaló que, por ahora, sí hay un riesgo por el lado de las cuentas fiscales, pues el manejo en el siguiente año es incierto y depende de la dinámica económica (crecimiento).
“Se está asumiendo que la actividad económica va a ir bien y eso no es lo que parece. El gobierno actual es propenso a abrir la billetera, lo que podría generar desvíos fiscales”, manifestó.
Inflación y China
El riesgo de la inflación, señaló Segura, puede ocasionar que la Fed y otros bancos centrales tomen una postura más fuerte respecto al retiro de estímulo de liquidez, siendo un factor que influye en el flujo de capitales hacia economías emergentes.
“Lo que pase con la Fed es un riesgo derivado de la inflación, la cual puede ser retroalimentada con la nueva variante. Esto (la inflación) finalmente ocasiona pérdida de poder adquisitivo del país y disgusto social. El supuesto base es que la inflación cede”, mencionó
La situación de socios comerciales como China, y una posible desaceleración de su economía, según Casas, puede impactar en la peruana. “Lo que pase con el crecimiento de la economía China es un riesgo que siempre existe”, manifestó.
Oportunidades
Si no hubiese grandes impactos por el lado interno y externo, a través de los canales mencionados, entonces se podría aprovechar un precio alto del cobre, lo cual se presentaría en favor de la economía peruana, según Casas.
“Hicimos un estimado, en caso de mantenerse el precio de los minerales, de ingresos de la minería por S/ 70,000 millones en los próximos cinco años. Esta es una buena oportunidad para impulsar los proyectos de cobre, pues posiblemente se demande más de este metal para, por ejemplo, carros eléctricos. Anuncios como el cierre de minas van en contra del aprovechamiento de la oportunidad”, mencionó.
Segura consideró que la razón por la que se tendrá un crecimiento positivo el próximo año es por lo que sucede en el exterior y su impacto a través de los precios de los commodities, lo cual no es aprovechado como se debería.
“La última vez que teníamos el precio de los metales (cobre) a esos niveles la economía crecía más de 6%. La economía debería estar muy bien el siguiente año si hay un buen manejo desde lo político y no se cumplen los otros riesgos”, manifestó.
Perspectiva
Casas comentó que las variables de pobreza y crecimiento son resultado de todas estas evoluciones en los eventos antes mencionados. “La variabilidad es tan grande de lo que pueda ocurrir el próximo año, que es posible que el crecimiento esté por debajo o por encima de la proyección del banco central. Si se mejora la situación política y vemos que las cosas están avanzando podríamos crecer más, sin considerar otros riesgos”, mencionó.
En el escenario base, indicó Segura, la pobreza no se reduciría y probablemente haya muy poca generación de empleo. “La dinámica económica es el principal reductor de pobreza, por lo que si se complica (y se tiene un crecimiento por debajo de 2%) se podría inclusive dejar de generar empleo y la pobreza comenzaría a subir de nuevo respecto a los niveles del 2021″, concluyó.